Sigock

Capitulo 1 parte 1

Buenas. Mi nombre es Nami. Esta es una adaptación de una serie (el nombre lo he cambiado). Lo que pasa es que hace unos años, los profesores me obligaron a escribir una historia de detectives y pues para que no supieran que era pura copia le cambie el nombre. Me gusto la idea y quiero compartirlo con ustedes. Por ahora solo tengo los dos primeros capítulos, mientras los subo seguiré escribiendo los demás. No he cambiado nada, a parte del título, los diálogos son exactamente los mismos que venían en la traducción. Vi algunos errores pero por mantenerme fiel, no los cambie. Lo único mío serian las descripciones, ya que originalmente son videos, y algunos pensamientos y reacciones que agregue basándome en especulaciones.

¿Les gusta la portada? Me tarde dos horas (buscando los efectos que quería) y se supone que debería de estar estudiando. Si les gusta la historia deséenme suerte para el examen.

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Capitulo 1

El segador oscuro busca al hada de oro

En una noche, cuando la luna carmesí se alza en el cielo, el ladrido de un perro rompe el silencio. En el jardín de la mansión, corren las liebres del perro tratando de escapar en vano. Una adivina frente a sus seguidores encapuchados les habla mientras afuera se desata una tormenta.

― ¡Un joven seguramente morirá pronto! ―anuncia levantando sus manos― La muerte será el comienzo de todo… ¡El mundo se convertirá en piedra y empezará a caer!

― ¿Que debemos hacer?

― ¡Por favor, díganos, señora Roxana! ―suplican los hombres encapuchados preocupados.

― Prepara una caja grande y haz que flote en la superficie del agua… Entonces… ¡Envía 11 liebres salvajes corriendo!

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En el reino Saubure.

Primavera de 1924.

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Limita con Francia, Suiza e Italia es la pequeña nación europea de Saubure. Y situado en la base de los Alpes es el Santa Margarita de la Academia. Es una escuela de prestigio, su reputación en el reino cementado como la institución educativa para los niños de la aristocracia. Soy estudiante aquí. Mi nombre es…

― ¡El segador oscuro! ―dice un alumno casi a grito. Todos los presentes en el pasillo se pegan a las paredes, temiéndole a algo imaginario.

Si, el segador oscuro.

Suspiro y avanzo por el camino que han abierto.

― ¡Mira aquellos ojos negros como la boca de lobo que se traga la oscuridad!

― ¡Estoy segura que tiene negro el corazón, también!

Es fácil caminar por aquí. Llegando al salón encuentro una carta en mi asiento. No tengo que preocuparme por ojos indiscretos, puesto que toda la clase se encuentra parada tratando de alejarse de mi tanto como las paredes del salón les permiten.

Kazuya.

Kazuya, ¿cómo es la vida en un país extranjero? Tras el final de la última guerra mundial, cuando tus calificaciones sobresalientes fueron reconocidas por nuestro aliado, Saubure, y que fuiste aceptado como estudiante de intercambio, papá y el resto estábamos muy orgullosos de ti.

Kazuya, te has convertido en un hombre hecho y derecho, tan pronto como sea posible, vuelve a casa por nosotros.

Conviértete en un hombre de éxito en la vida… y para tu país ―como tú hermano mayor―.

Suspiro de nuevo. Levanto la vista y reprimo las ganas de gritar. Frente a mí, a pocos centímetros de mi cara, se encuentra la maestra inclinada sobre el banco observándome fijamente. Doy un brusco salto hacia atrás con la silla mientras observo a los alumnos que ya están todos sentados en sus lugares.

― Creo que deberías de leer historias de fantasmas ―afirma la maestra.

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― En esta academia… no, en este país, hay un montón de historias de fantasmas, ¿ves? ―continua la maestra al finalizar las clases mientras me acompaña por uno de los muchos pasillos de la academia― ¡Quiero decir, incluso el mundo político tiene un Ministro de lo Oculto, que solo sirve para demostrar el AAMOR a nuestras historias de fantasmas!

― ¿Y el segador oscuro es uno de ellos, señorita Cecilia?

― Es más bien conocido como la “Primavera Segadora”. El “oscuro” de todo es un añadido a la honra que los niños te han puesto, Kujo.

¿Un honor? De pronto la maestra da un salto al frente y levanta mis manos cerca de su cara.

― ¡Si tienes un tema común de que hablar, puedes hacer un montón de amigos! ―se acerca mas― Haz cien amigos y suban los Alpes juntos, Kujo.

Sus últimas palabras salen como un grito. Se da la vuelta y apunta la montaña que se alza en el horizonte, no está demasiado lejos, desde la escuela se puede contemplar sus picos de nieve y la neblina que rodea las faldas de la montaña.

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Abro la puerta, cede con facilidad pero eso no es lo preocupante, si no la oscuridad que hay dentro.

― Un tema común ―digo para mi, consciente de que nadie más me escucha―… ¿las historias de fantasmas?