Capitulo 1 parte 5

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Buenas. Jejejeje ya estamos llegando al final del primer capítulo, creo que estaré en graves problemas porque aun no término de editar el segundo capítulo, sinceramente me da mucha flojera pero por eso mismo empecé a subir, una forma de obligarme a trabajar. También el segundo capítulo es uno de mis favoritos, aun que es muy difícil darle el mismo habiente que en la serie. Pero ya saben, cualquier consejo es bienvenido en los comentarios. Y antes de terminar, me disculpo por lo de la foto, les escribí un mensaje en la entrada pasada, se me olvido subirles la foto pero ya esta, para cualquiera que quiera verla. Les dejo la siguiente entrada.

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― Kujo, ¿estás comiendo? ―Me pregunta una de las sirvientas que trabajan en la cocina del colegio. Lleva varios platos en la mano y… un periódico donde…― ¿Que tiene de malo?

“¡Otro gran logro para Inspector de Blois!”

¡¿“El brillantemente resolvió el asesinato a tiros de la pitonisa, Roxanne”?!

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― ¿Qué demonios es esto?

― ¿Perdona? ―contesta Grevil.

― ¡Dice que recibió un agradecido beso y un yate de lujo de la nieta!

― Ah, ¿eso? Yo no la coaxial me obligo a darle un beso…

― ¡No te preocupes por el beso! ¡Es el yate de lujo y la gratitud de los aristócratas! En primer lugar, el que debe estar en el extremo receptor no eres tú, pero Vic-

Me tapa la boca con la mano y me arrastra por los pasillos hasta una puerta blanca que cierra tras nosotros. Estamos en su oficina. Intento liberarme.

― ¡Bien, bien! ―dice después de un rato―. Pierdo a tu pasión…

Se sienta en la silla detrás del escritorio donde solo había encima una muñeca como Victorique pero con un vestido rosa.

― Ambos están invitados a unirse a mí en mi crucero de soltero este fin de semana.

― Por supuesto.

― ¿Es natural? Victorique no recibe un permiso especial para salir a la calle sin mi influencia ―dice mientras acaricia la muñeca.

― ¿El permiso para salir a la calle?

― Olvídalo no he dicho nada… Este fin de semana, entonces.

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― Así que hice planes con Grevil? ―pregunta Victorique después de que le cuento lo sucedido.

― ¡Por supuesto! ¡Yo no iba a dejar que se salga con la injusticia de robar el crédito! Por ahora, tenemos la ventaja…

― Kujo. ¿Vas a divertirte al pasar tus preciosas fines de semana con Grevil?

― No, en absoluto. Y encima de eso, va a ser embarazoso caminar con el hombre que posee esa absurda Pompadour… ¿Como sucedió esto?

― En cuanto a mí, se que tienes preguntas, pero… Ya veo…  Entonces voy a ser capaz de salir de esta prisión… Voy a preparar el viaje.

― ¿Ahora? Quiero decir, es el fin de semana faltan días todavía. Sé que debes estar emocionada, pero ―me ignora por completo, se dirige al elevador―… ¡ah, espera! Si subes a eso sin permiso…

― Este ascensor es para el personal de la escuela y yo, puedes soplar y resoplar por la escalera mucho tiempo, ese cansancio levanta los muslos.

Recuerdo todas las escaleras, los pasillos, las vueltas, los escalones…

― ¡Victorique!

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Ya es sábado en la mañana, partimos desde la Academia Santa Margarita a la ciudad dentro de pocos minutos. Encuentro a Victorique al lado de un montón de cosas, hay de todo: maletas, lámparas, libros, sillas, bolsas y una sombrilla.

- Así que… ¡¿porque es necesario todo este equipaje para un crucero de un día para otro?!

- Mi cerebro ha calculado meticulosamente esta cantidad de equipaje necesario para el viaje como mínimo.

- ¿Vas realmente a llevar todo esto?

- Pero claro, Kujo será el  que lo lleve.

Agarro la primera maleta del montón, la abro y empiezo a controlar todo lo que tiene adentro.

- ¿Qué? ¡Oye! tienes que examinar el de alguien más…

- ¿Una brújula? El barco ya tiene una. No necesitas un chaleco salvavidas, y con solo un cambio de ropa no se… ¿para qué es el conjunto de utensilios? ¿Hay aperitivos en esta lista? ¿Una silla? ¿Eres una refugiada?

- ¡Si digo que es necesario, es necesario!

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Logramos llegar al tren, nos acomodamos en uno de los vagones, Victorique tuvo que dejar todas sus cosas, al menos la mayoría, en la academia.

- ¿Cuánto tiempo más vas seguir enojada? No había nada que hacer…

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