Capitulo 1 parte 2

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Buenas. Les tengo una excelente noticia: ¡pase el examen!. Jajaja, estoy bien feliz. Les quería subir otra entrada, soy tan buena. También les he puesto una foto de Victorique, una adaptación, claro, igual que mi historia, pero es una foto hermosa (si la persona de la foto algún día lee esto, mis felicitaciones). Díganme que les parece la foto y si tienen recomendaciones para arreglar la historia, sus opiniones son bienvenidas. Necesito consejos para las descripciones de los personajes.

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Es una biblioteca pero por la decoración parece más mansión, la única luz es de un tragaluz en el techo, el cual se encuentra a muchos pisos de distancia.  Las escaleras cruzan el vacio que se forma en el centro, como un cuento de hadas.

― ¿Qué es esto? ―sigo hablando para llenar el silencio― Un barco fantasma que aparece en noches de tormenta. La baya de la Reina… Leviatán, un alquimista que podría producir el oro de los intestinos de los muertos. Ambas historias son bastante aterradoras―paso las hojas con velocidad hasta que un dibujo me llama la atención. Es un lobo pero muy corpulento con patas cortas y lengua de serpiente―… Un lobo gris brillante que puede hablar los lenguajes humanos. Un lobo hablando, ¿eh? Ahora hay una criatura que no me importaría conocer.

Algo brilla en el suelo de las escaleras donde estoy sentado. Lo levanto y lo sostengo entre mis dedos. Es un hilo fino como el de las arañas pero dorado como el oro puro.

― ¿Qué es esto?

Alzo la vista hacia el tragaluz donde se ve otra pequeña luz a su lado, una luz dorada.

― Oro…

De inmediato dejo el libro en las escaleras y salgo corriendo subiendo por estas. Las escaleras de la biblioteca son todo un laberinto, una termina de un lado y la otra empieza en el otro, al lado o incluso en el piso de abajo… Mi respiración es acelerada pero sigo subiendo como puedo, varias veces regreso sobre mis pasos buscando un mejor camino. La luz dorada aun brilla, no está muy lejos, solo unos pisos más. Prácticamente voy arrastrándome cuando al fin logro llegar al último piso. El lugar esta tan iluminado que unos segundos me deja segado. Es un invernadero. Palmeras, arboles, flores, no conozco ni la mitad de las plantas pero allí están, crecen en su lugar con cierta armonía. Subo los últimos escalones contemplando las plantas. Hasta que al fin recuerdo lo que me trajo hasta aquí. Miro hacia al frente. Veo en el suelo unos largos hilos dorados… No, cabello que le pertenecía a… 

― ¿Muñeca?

Tiene que ser, sus rasgos son finos, sus ojos de un azul con verde y se mantiene quieta en su lugar que no parece respirar. Mira fijamente un círculo de libros abiertos a su alrededor. Ella está sentada en medio con un vestido negro con blanco.

― Así que finalmente lo hiciste ―¿la muñeca habla?―. Llegas tarde, Segador Primavera.

― ¿Como sabes de mi? ―pregunto sin poder salirme de mi asombro. La muñeca habla.

― El futuro que se levanto de la jarra de plata se reflejaba en el espejo mágico ―dice mientras se levanta sosteniendo en sus manos un espejo, el cual alza para observar algo en el―. De acuerdo con el augurio, parece que va a visitar una vez más. Mañana, cuando escuches la campana del mediodía…

― E-Espera un segundo. ¿Por qué?

― Fuiste elegido… Como un solo fragmento con el que llenar mi aburrimiento…

Me mira con aquella cara de muñeca pero hay algo en sus ojos que me atemoriza. Salgo corriendo escaleras abajo, tan rápido o más que como había llegado.

Una muñeca… ¡Una muñeca me dijo mi futuro!

...

Es como un sueño extraño. Estoy en mi cuarto ya en mi cama con la luz de la luna entrado por la ventana. Un lobo aúlla. Un jardín botánico en la biblioteca… Una extraña chica que dice cosas extrañas…

...

― Oh, esa es Victorique ―dice la maestra con su usual energía después de que le conté lo que había pasado―. ¡Eso es maravilloso! ¡Has hecho una amistad ya! Ella es una compañera de clase de los tuyos, Kujo ―la cara de Victorique aparece en mi mente, si la hubiera visto antes, lo recordaría―.  Siempre hay una silla vacía en el aula, ¿verdad? Oh, esto es perfecto. Kujo, dale estos folletos a ella, ¿de acuerdo?

Deja caer una montaña de papeles sobre mis pies y, antes de que me dé cuenta, ya se encuentra a varios metros de distancia.

― Nos vemos más tarde ―grita mientras se va.

― Espere un segundo, por favor.

Mis palabras son cortadas por el sonido de las campanas del mediodía. Me volteo, detrás de mí se alza la torre de la biblioteca.

― Cuando escuche la campana del mediodía ―digo repitiendo las palabras de Victorique.

...

Vuelvo a subir las escaleras y vuelvo a quedarme sin aliento al llegar arriba. Esta vez la encuentro dando vueltas en el suelo, parece un bulto negro y dorado. Rueda hasta mis pies y retrocedo unos pasos asustado.

― ¿Por fin estás aquí? ―se sienta en el suelo mirándome fijamente.

― ¿Q-Que estás haciendo?

Se levanta.

― Has llegado hasta aquí después de lo que esperaba, así que me estaba aburriendo.

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