Sigock

Capitulo 3 parte 4

Buenas, perdón por haber tardado tanto en subir el siguiente capítulo… o parte de capitulo. Es que reorganizamos mi cuarto y mi laptop en algún momento de este día la van a formatear. Bueno, aun no terminamos el trabajo pero por fin tengo un momento para subir la entrada. Entonces, ¿qué les pareció la parte de acción? Lo que falta del capítulo sigue siendo explicación y después un cierre y ya. Sinceramente no he empezado a escribir el siguiente capítulo así que se dé que se trata. También este capítulo lo termine el mismo día que les subí la primera parte, creo que lo dije o quizá ya estoy confundiendo cosas, bueno si encuentran errores, que yo sé que hay, no se molesten, yo les tomo foto y después lo arreglo. Así que comenten, voten, estamos en un país libre.

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Julie levanta a una niña del suelo, aun respira.

― ¡Estas sangrando! ―le grita preocupada mirando la blusa de la niña con una mancha roja en el brazo izquierdo. La niña intenta concentrarse pero su conciencia se pierde― Espera aquí, mientras yo…

Julie busca entre sus pocas pertenencias algo que le ayude. La niña no dice nada, le extiende un collar, en el aire cuelga el dije de un corazón rosa.

― ¿Estas dándome eso? ―pregunta Julie sorprendida― Pero dijiste que era algo preciado para ti.

La niña asiente, aun que ninguna de las dos puede estar segura de lo que la otra dice. Julie mira sorprendida a la niña y aun que no se mueve, ella espera pacientemente a que tome el collar.

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― Incluso en medio del derramamiento de sangre, encontré un poco de amistad.

 .

Julie toma el collar decidida, lo guarda en un bolsillo y pasa el brazo sano de la niña sobre su cabeza, obligándola a pararse.

― No voy a dejarte aquí… ¡Sigamos juntas! ¡Escaparemos juntas!

 .

― Mi mente estaba a punto de estallar, pero resistí hasta la bahía, y finalmente llegamos…

 .

Un grupo de niños salió por la puerta de metal y lograron llegar a la cubierta del barco.

― ¡Ahí esta! ¡La sala de radio! ―dice uno esperanzado mientras señala una puerta al otro lado.

Julie sale por la puerta detrás de sus amigos aun cargando con su amiga que colgaba casi sin vida de su hombro.

― ¡La ayuda llegara pronto! ―intenta animar Julie mirando preocupada a su amiga.

Los niños corren hasta la puerta y la abren. Su interior es oscuro pero llegan a ver un rastro de luz proveniente de una habitación al final del pasillo. Unas cortinas tapan la entrada como puertas. Los niños la descorren y contemplan sorprendidos. Es un grupo de señores con trajes que los miran fascinados desde una mesa llena de vasos y botellas vacías. Un señor parado más cerca de los chicos sorprendidos, se acerca abriendo sus brazos.

― ¡Bienvenidos, valientes liebres! ―les dice con una sonrisa, junta sus manos y aplaude. Los demás señores de la habitación lo imitan.

Los niños se quedan al lado de la puerta sorprendidos.

― ¡¿Dónde está mi aliado?! ―pregunta uno de los señores mirando disgustado a los niños.

― ¡Dígannos sus nacionalidades! ―grita otro a su lado― ¡¿Cuáles conejos sobrevivieron?!