Capítulo 1 ✔

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—¡Laura! —alguien grita mi nombre con fuerza. Mi madre.

—Ahora no. —murmuro sin pensar.

Ella al parecer no está de acuerdo y tira de mis sábanas haciendo que quede al descubierto. Tiemblo de frío y abro los ojos para mirar el reloj. Las nueve y media.

—¡Mamá, por favor que es sábado!

Ella me mira severamente. Mi gato, Miau Sin Sentido se sube a mi cama y yo aprovecho para acariciar sus orejas. Su pelaje azabache me hace ligeras cosquillas.

Sí, ya se que el nombre del pobre gato es raro de narices, pero yo quería llamarlo Miau y mi hermano Ángel quería llamarlo Sin Sentido así que llegamos a un acuerdo. No somos normales.

—Ya es hora de que te levantes —replica—. El colegio empieza en dos días y tengo un trabajo asignado para ti hoy.

Con mucho pesar dejo mi cama para ir a vestirme y asearme. Bajo a la cocina lista para desayunar.

—Laura, aquí tienes el desayuno.

Sonrío a Ángel con agradecimiento y agarro el plato con tostadas que me da. Nada más con verlas, mi estómago ruge. Mamá entra a la cocina y se sienta con nosotros a desayunar.

—¿Cuál es el trabajo que tengo que hacer?— pregunto curiosa. Mi hermano suelta una carcajada que trata de ocultar.

Oh, no. Eso no es buena señal. Mi madre se llena la boca de tostada para no contestar. Estoy muerta. Todo en ellos grita «sospechoso».

—Pues... —habla cuando termina de masticar.— Los Ambrose están dando una fiesta esta noche y necesitan personal. He pensado que podrías ir a servir.

Ambrose. Una palabra, siete letras y un infierno.

Vale, quizás, soy un poco dramática.

—¡De eso nada! —bramo— No pienso ir con ellos.

Mamá suspira con pesadez y mi hermano sigue sonriendo. Maldito. Ya le tocará sufrir a él.

—Como ya sabía que te ibas a oponer, he llamado a Landon, él te va a esperar en la puerta de su casa.

En sus ojos, puedo ver que está rogando por que vaya. Necesitamos ese dinero para poder pagar los gastos de todo y ella no podrá ir porque tiene que trabajar en su tienda. Tengo que ir yo, no hay otra opción.

Estaréis pensando que por qué no va mi hermano. Muy fácil, él tiene que estudiar mucho y es literalmente un desastre respecto a servir como camarero. La última vez le tiró una gamba a una señora en la cabeza.

Claramente, yo soy la de la genética buena.

—Está bien, iré.

Mamá lo agradece con la mirada y sale de la cocina tras terminar su tostada.

—Hoy vas a ver a tu novio. —se burla Ángel.

Me gusta Lysander Ambrose desde que tengo memoria. Hemos sido vecinos de toda la vida así que lo conozco desde pequeña aunque son pocas las veces que he cruzado palabra con él últimamente. Mejor.

Landon Ambrose es otra historia aparte. Él es el más simpático de toda su familia y a pesar de que no lo considero mi amigo, me gusta hablar con él de vez en cuando.

—No es mi novio y ya no me gusta.

Mi hermano se termina su tostada de un bocado y sale de la cocina dejándome sola pero no sin antes añadir: —Lo que tú digas hermanita.

Ruedo los ojos y estampo mi cabeza contra la mesa con exasperación. Cuando la vuelvo a levantar, me percato de que me he apoyado sobre mermelada que se había caído de mí tostada.

¡Qué empiece la guerra! ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora