Capítulo 28 ✔

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Maratón 3/3

Termino de ponerme mis zapatos justo cuando llaman al timbre de la casa Steel.

Me he puesto un vestido de manga larga de color azul claro con rayas blancas. La tela se pega a mi cuerpo resaltando mi figura. He decidido dejarme el pelo suelto porque voy mejor así. Apenas llevo maquillaje, sólo un poco de colorete y algo de brillo en los labios.

Voy hasta la puerta para abrir y hago un esfuerzo por esconder mi emoción, no quiero parecer una loca de remate. Lysander, mi novio, me va a buscar para ir a nuestra segunda cita.

Una vez que la puerta está abierta, frunzo el ceño al no ver a nadie. Me asomo mirando hacia los dos lados sin ver a nadie. Cuando voy a cerrar la puerta, veo un papel pequeño y cuadrado en el suelo. Lo recojo con desconfianza y lo leo.

Si quieres encontrarme tendrás que resolver este acertijo:

"Allí donde debería de haber espacio, hay una unión que elimina la separación entre nosotros. Si la quieres atravesar, sólo has de pasar. Lleva cuidado de no tropezar, pues la pendiente puede hacerte caer."

-Lysander.

Respiro más tranquila cuando veo que es de Lysander y reconozco su letra. Después de leerla dos veces, no consigo la respuesta. ¿No iba a ser la cita en nuestra casita? Ruedo los ojos. Sólo Lysander prepararía un tipo de cita así.

Mi mente piensa a toda velocidad, ¿qué puede ser? Podría ser una montaña o un puente...

La pendiente y la unión me dan una pista crucial. No se refiere nada de lo que he pensado, se refiere a las escaleras que unen nuestras habitaciones.

Sonrío satisfecha y empiezo a caminar hasta nuestras casas. Apenas tardo unos minutos en llegar.

Landon está en la puerta, esboza una sonrisa al verme mientras se hace a un lado para dejarme pasar.

—Espero que hayas resuelto el acertijo, vecina favorita. —dicho esto, sale de la casa Ambrose y cierra la puerta tras él.

Parpadeo confundida por su repentina salida, pero me centro en encontrar a mi rubio, eso es lo único importante en este momento.

Subo las escaleras que llevan a las habitaciones de la parte de arriba. Es por eso que está ahí la escalera, mi casa es más baja que la de los Ambrose así que la escalera va hacia arriba en dirección a la habitación de Lysander.

Subo los peldaños de dos en dos, estoy emocionada por llegar.

La puerta está cerrada, la abro y entro. Recorro la habitación con la mirada hasta dar con Lysander, que se encuentra apoyado en su ventana. Lleva su típica camisa y unos pantalones elegantes. Cuando me ve, levanta su mirada hacia mí y me sonríe. Yo se la devuelvo al instante.

—Buen acertijo, casi no lo acierto. —me acerco a él.

—Era muy fácil, podría haberlo complicado más, Cereza.

—Bah.

Gruño y lo ignoro saltando la ventana y parándome en las escaleras. Apoyo mis manos en la barandilla mirando el horizonte. Él me sigue y se sitúa detrás de mí.

—Por cierto, no me has saludado, novia mala —protesta—. Pésimo servicio.

Giro mi cabeza levemente para verlo de frente. Deslizo una de mis manos por su cuello y planto un casto beso en sus labios. Lysander aprieta mi cintura y me devuelve el beso, gustoso.

Nos separamos cuando nos falta el oxígeno porque, por desgracia, los humanos necesitamos oxígeno.

No me agrada la idea.

—Esto ya está mejor —comenta sonriente—. Creí que te tendría que devolver a la fábrica de las novias.

Suelto una carcajada.

—No me creo que sigas pensando que existe esa fábrica —hablo incrédula—, ¡te lo inventaste cuando tenías ocho años!

—¡No me lo inventé! —finge molestia— Mi padre me habló de esa fábrica cuando le pregunté que era una novia y la fábrica sí existe.

—¿Pero cómo va a existir? Eso es...

—¿Imposible? ¡No lo es! —se enfurruña— Mi padre me lo dijo muy convencido.

—Ya sabemos porqué no has tenido más novias aparte de mí.

Él me mira, altamente molesto, y en un solo movimiento consigue poner mi espalda contra la barandilla. Ahora me he quedado frente a él.

Sus ojos verdosos me analizan, haciendo que mi corazón se acelere tontamente dentro de mi pecho.

—No tenía novia porque ellas no son como tú, Laura —su aliento roza mis labios haciendo que mi piel se erice—. Ellas no son tan sencillas como tú, ni son tan graciosas sin ni siquiera intentarlo, no son tan auténticas como tú y, sobretodo —acaricia mi cara—, no tienen las mejillas color cereza.

Me he quedado totalmente sin palabras. Su expresión es tan seria mientras me lo dice que no tengo ninguna duda de que es realmente cierto. Sus ojos no me miran tan tristes como siempre, hay una inusual calidez en ellos. Esa calidez que llevo viendo últimamente, la que estaba antes de ese viaje a Miami hace casi tres años.

Al ver que yo estaba muda, siguió hablando.

—Así es como me di cuenta de que no te quiero, Laura —niega con la cabeza—. Ayer respondí mal. Yo te amo, Cereza.

Una sonrisa tira de mis labios y se hace presente. ¿Y yo? ¿Lo amo? Nunca he sentido nada como lo que siento hacia él, es más intenso que cualquier otra cosa, junto a Lysander me siento segura, confiada y lo más importante, amada. Así que posiblemente yo no sé que es el amor a estas alturas de la vida pero estoy segura de que lo que siento por él es fuerte, intenso e irrompible.

—Yo... Yo...

—No hace falta que digas nada —su mirada se suaviza—, no te lo he dicho para que me lo devuelvas. Lo dije porque realmente lo siento.

—¡No, es que yo...! —me interrumpe.

—Es enserio, no necesitas decir nad... humkbf. —tapo su boca con mi mano haciendo que no pueda hablar, o al menos que no se le pueda entender.

—¡Lysander, calla! —me quejo— Es mi turno de hablar, me toca —destapo su boca—. ¡Yo también te amo, estúpido! No lo sabía hasta que, pensándolo mucho, me he dado cuenta de que no sé qué haría sin ti, siempre has estado ahí y siempre he tenido sentimientos por ti aunque me daba vergüenza demostrarlos, pero tú sabes mucho de mí y yo de ti no.

Él arruga sus cejas.

—¿Qué es lo que quieres saber? —su mano acuna mi mejilla.

—Cuéntame lo que pasó en Miami hace dos años.

✔✔✔

Hola, guerreros. Hoy es... ¡viernes de QELG!

Queda muy poco para terminar esta historia. *llora*  Peeeero estoy muy emocionada y contenta de todo lo que llevo escrito hasta ahora.

Este capítulo ha sido intenso respecto a sentimientos y el siguiente posiblemente os hará llorar. Ahora me voy antes de que dé mil spoilers más.

 Ahora me voy antes de que dé mil spoilers más

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¡Qué empiece la guerra! ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora