David, solo en su cuarto, ajustó el sostén de encaje de su madre con una mezcla de nervios y excitación. Lo que no esperaba era lo que sucedería en ese preciso instante. Apenas el brasier rozó su piel, un calor intenso recorrió su cuerpo, y al mirarse en el espejo, vio como su pecho comenzaba a cambiar. Lentamente, sus músculos masculinos se suavizaron, y unos senos comenzaron a crecer, llenando completamente el sostén. Su piel se volvió más tersa, perdiendo cualquier rastro de vello, mientras su abdomen se afinaba y sus caderas se ensanchaban.
El cambio no se detuvo ahí. Sus glúteos crecieron, redondeándose y tomando una forma que nunca antes había visto en sí mismo. Sus muslos se volvieron más voluptuosos, y su cuerpo en general adoptó una silueta femenina. Su rostro se transformó de manera notable: sus facciones se suavizaron, sus labios se hicieron más carnosos y sus pestañas crecieron de manera casi surreal. Finalmente, su cabello, corto y algo desordenado, comenzó a alargarse, cayendo en ondas suaves hasta sus hombros.
David se miró en el espejo, y para su sorpresa, lo que veía era una mujer... ¡su propia madre! Era idéntico a ella, con las mismas curvas y el rostro casi idéntico, pero con una energía que nunca había sentido. Sorprendido, no pudo evitar pasar sus manos por su nuevo cuerpo, tocando sus senos, sus glúteos y explorando esa figura femenina. Cada toque le traía una sensación desconocida, y a la vez, le llenaba de miedo. No podía creer lo que había sucedido.
En pánico, se quitó rápidamente el sostén, y el cambio fue instantáneo: volvió a ser él mismo. Jadeando, trató de procesar lo que acababa de vivir. Pero la curiosidad era más fuerte que el miedo. Después de un momento de reflexión, decidió volver a ponerse el brasier, esta vez acompañado de algo más. Buscó entre la ropa de su madre y encontró un par de bragas y un vestido. Se los puso con cuidado, sintiendo cómo su cuerpo se transformaba nuevamente. Ahora, vestido completamente como una mujer, no pudo evitar experimentar un inmenso placer. Se miró en el espejo, sorprendido por lo femenina y sensual que se veía, disfrutando más de lo que esperaba.
Finalmente, la curiosidad lo llevó a probar otra idea: ¿qué pasaría si se pusiera el sostén de su hermana? Buscó en su habitación y encontró un brasier suyo. Al ponérselo, la transformación fue inmediata. Sus senos crecieron nuevamente, pero esta vez adoptaron la forma más juvenil y firme de su hermana. Su cuerpo cambió por completo: ahora era idéntico a su hermana. Su rostro se volvió más joven y su cabello oscuro y largo se transformó en una melena brillante como la de su hermana. Era como si hubiera tomado prestada su identidad.
Impactado por lo que acababa de descubrir, David se dio cuenta del poder que tenía. Podía transformarse en cualquier mujer simplemente usando su sostén. Lleno de preguntas y con una creciente curiosidad sobre lo que esto significaba, decidió que exploraría más este extraño don, sin saber aún hasta dónde lo llevaría.
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UN SOSTEN FANTASTICO
Science FictionDavid era un joven de 20 años, lleno de energía y pasión por los deportes. A pesar de su vida normal y su círculo social formado por sus mejores amigos, Victoria, Alejandra y Jorge, había un secreto que lo consumía por dentro. Al usar un sostén de m...