David era un joven de 20 años, lleno de energía y pasión por los deportes. A pesar de su vida normal y su círculo social formado por sus mejores amigos, Victoria, Alejandra y Jorge, había un secreto que lo consumía por dentro. Al usar un sostén de m...
Era domingo y la casa de David estaba animada, con la llegada de varios familiares para un día de visitas. Sus tíos, Mario y Silvia, junto a sus abuelos, Joaquín y Matilde, llegaron temprano, listos para pasar un buen rato en familia. Con ellos venía su prima de 10 años, Camila, una niña con la que David siempre había tenido una excelente relación. Siempre jugaban juntos cuando David era más pequeño, y su vínculo seguía siendo fuerte.
El día transcurría con normalidad, entre risas y anécdotas familiares. Después de un almuerzo delicioso, decidieron pasar la tarde en la piscina, disfrutando del buen clima. Mientras todos estaban distraídos conversando y disfrutando del agua, David notó la maleta de Camila abierta, con su ropa a la vista. Algo en su mente despertó una nueva idea.
Sigilosamente, David se acercó a la maleta y, al rebuscar en ella, encontró un pequeño sostén de niña y algo de ropa de Camila. Sin dudarlo, tomó las prendas y se fue al baño lo más rápido posible, asegurándose de que nadie lo viera.
Una vez dentro, comenzó a intentar ponerse el pequeño sostén, aunque fue difícil debido a su tamaño. Finalmente, lo ajustó en su cuerpo y, como ya había experimentado antes, sintió el cambio comenzar. En pocos segundos, su cuerpo había cambiado completamente: David se había transformado en su prima de 10 años.
Sorprendido por su nueva forma, se miró en el espejo. Ahora, en el cuerpo de una niña pequeña, todo era diferente: su estatura, su apariencia, todo. Se vistió con la ropa de Camila y salió del baño, adoptando el rol de su prima.
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(La IA no me dejo hacer una imagen más real😅)
David pasó el resto del día como Camila, interactuando con su familia. Para evitar sospechas, les dijo a todos que David había salido un rato y que volvería más tarde. Durante todo el día, experimentó lo que era ser una niña de nuevo, aunque la incomodidad de estar en un cuerpo tan pequeño no dejaba de hacerle sentir extraño.
Conforme el día llegaba a su fin, los tíos y abuelos de David se preparaban para irse a casa. David, aún en el cuerpo de Camila, se escabulló nuevamente al baño para intentar quitarse el sostén y volver a la normalidad. Sin embargo, tal como le había pasado antes, una fuerza invisible parecía impedirle quitarse la prenda. No importaba cuánto lo intentara, no lograba deshacerse del sostén, y el miedo comenzó a invadirlo. ¿Qué pasaría si no podía volver a ser él mismo?
Desesperado y sin otra opción, David decidió irse con sus tíos y abuelos a casa, aún en el cuerpo de Camila. Durante el viaje, su mente corría a mil por hora, buscando una solución, pero todo lo que podía hacer era esperar.
Una vez en casa de sus tíos, David pasó la noche tratando de quitarse el sostén, pero no lo lograba. La situación era cada vez más angustiante, pero finalmente, por alguna razón mágica, el sostén se aflojó y pudo quitárselo. En ese instante, su prima Camila apareció mágicamente en su cama, dormida como si nada hubiera pasado.
David, ahora de vuelta en su forma original, se dio cuenta de que no tenía su propia ropa. Sin más alternativa, buscó en el armario de su prima y encontró algo que le quedaba extremadamente ajustado. No era la mejor opción, pero era todo lo que tenía. Se cambió rápidamente y salió de la casa sin hacer ruido.
Al llegar a su casa, entró sigilosamente a su cuarto y, exhausto por el largo día, se cambió a su pijama. Sabía que el día siguiente tenía clases en la universidad, y después de lo que había vivido, todo lo que quería era descansar.
