David se encontraba aturdido por la repentina transformación. Al mirarse en el espejo de la habitación, se vio reflejado en su versión femenina: su cabello castaño brillante caía en suaves ondas sobre sus hombros, y su figura esculpida, sus glúteos redondos, cintura ancha y senos grandes, era un recordatorio de la belleza que siempre había deseado. Una mezcla de sorpresa y confusión lo invadió, pero la atmósfera cálida y romántica de la noche lo envolvía, creando una extraña sensualidad en el aire.
Victoria, con una sonrisa traviesa, se acercó a él, acariciando suavemente su brazo. "No te preocupes, cariño. Todo estará bien", dijo con voz suave y tranquilizadora. La mirada de Victoria lo llenó de una calidez reconfortante, y aunque el pánico inicial lo había abrumado, la conexión entre ellos era innegable.
David, con el sostén aún ajustado a su cuerpo, sentía cómo las sensaciones se desbordaban. Victoria lo observaba con una mezcla de admiración y deseo, sus ojos brillando con complicidad. La energía entre ellos era palpable, y en ese instante, David decidió entregarse a sus emociones.
(Momento +18)
Victoria se acercó lentamente, sus manos recorriendo el contorno de los senos de David, sintiendo su suavidad y el latido de su corazón. "Eres hermosa", murmuró, mientras sus labios se encontraban con el cuello de David, dejando un rastro de besos que encendían cada fibra de su ser.
David, sintiendo cómo sus labios y su piel reaccionaban a cada toque, se dejó llevar. La combinación de su figura esculpida y los besos de Victoria lo hacía sentir poderoso y vulnerable a la vez. Cada caricia de Victoria se sentía como fuego en su piel, y el calor aumentaba en su interior. Se arqueó hacia adelante, presionando sus senos contra el cuerpo de Victoria, sintiendo la necesidad de más cercanía, más contacto.
Victoria, notando su entrega, deslizó sus manos por la cintura de David, empujándolo suavemente hacia la cama. La excitación llenaba el aire mientras David se dejaba caer sobre la colcha, mirándola con una mezcla de deseo y sorpresa. "Quiero que disfrutes de esto", le susurró Victoria.
A medida que la tela de las sábanas se deslizaba hacia los lados, David sintió el aire frío tocar su piel, lo que intensificó su deseo. Victoria le sonrió con complicidad y se inclinó para besar sus senos, uniendo sus labios a la piel suave que tanto había deseado explorar. David dejó escapar un gemido de placer, sintiendo cómo la calidez de los labios de Victoria lo llenaba de una nueva energía.
Victoria continuó explorando el cuerpo, tocando cada parte de él como si fuera un lienzo, creando una obra de arte con sus caricias. "Déjate llevar", decía, mientras sus manos recorrían el abdomen de David hasta bajar a su vagina, donde empezó a tocar y a masajear lentamente esta parte, hasta que introdujo sus dedos adentro, causando gemidos y placer en David, sintiendo cómo sus músculos se tensaban en respuesta a cada roce.
David, completamente sumido en el momento, comenzó a perderse en el mar de sensaciones que Victoria le brindaba. Con cada beso, cada roce, cada palabra susurrada al oído, David se permitió sentir nuevamente su cuerpo femenino. La vulnerabilidad se transformó en poder, y la pasión se encendió entre ellos, mientras se entregaban a una noche de intensa conexión y placer mutuo.
A medida que la noche avanzaba, la tensión palpable entre ellos se intensificó. David, sintiendo la electricidad de su toque y el deseo que comenzaba a arder en su interior. La pasión de Victoria lo envolvía y, aunque su mente luchaba con la situación, su cuerpo respondía de manera diferente. Los besos de Victoria eran ardientes, llenos de amor y deseo, y pronto se dio cuenta de que no quería que el momento terminara.
Ambos se movieron al unísono, explorando, aprendiendo el uno del otro en una sinfonía de amor y placer. Las risas y susurros se entrelazaban con los suaves gemidos que escapaban de sus labios. Esa noche, David entendió que, a pesar de las sorpresas de la vida, lo que realmente importaba era el amor que compartía con Victoria.
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UN SOSTEN FANTASTICO
Science FictionDavid era un joven de 20 años, lleno de energía y pasión por los deportes. A pesar de su vida normal y su círculo social formado por sus mejores amigos, Victoria, Alejandra y Jorge, había un secreto que lo consumía por dentro. Al usar un sostén de m...