16.Una Pequeña Mentira

3.9K 61 1
                                    

David estaba acostado en su cama, mirando el techo, tratando de despejar su mente, pero no podía dejar de pensar en todo lo que le había pasado últimamente. Los cambios repentinos en su cuerpo lo asustaban cada vez más, y el incidente en la carrera lo había dejado nervioso. Mientras reflexionaba, llegó a una conclusión: no volvería a usar sostenes. No quería arriesgarse a que sus pechos crecieran sin control o que ocurriera otro cambio nuevamente. De alguna manera, no usar un sostén le hacía sentir que tenía un poco más de control sobre su propio cuerpo, aunque fuera solo una ilusión.

Al día siguiente, en clases, todo parecía volver a la normalidad. Sin embargo, Jorge seguía algo desconcertado por la repentina desaparición de David el día de la carrera. Aprovechó un momento de calma para acercarse.

— Jorge: "Oye, David, ¿qué pasó el otro día? De repente te fuiste y no volviste. ¿Todo bien?"

David sabía que tendría que inventar algo rápido.

— David: "Sí, sí, lo siento. Me surgió un problema familiar de última hora, algo que no podía ignorar."

— Jorge: "¿Un problema familiar? Qué mal, hermano. ¿Está todo bien ahora?"

— David: "Sí, todo bien. Ya está solucionado. Fue solo algo de imprevisto."

— Jorge: "Bueno, me alegra que todo esté bien. Igual fue una lástima que no pudieras correr. Nos hubiera venido bien tu velocidad."

— David (forzando una sonrisa): "Sí, fue una pena, pero no podía hacer nada."

Jorge parecía conforme con la respuesta, aunque David se sentía algo incómodo por mentirle a su amigo.

Después de clases, David y Victoria se encontraron como de costumbre. Mientras caminaban por el campus, David decidió contarle su reciente decisión.

— David: "Victoria, estuve pensando en lo que pasó en la carrera... y he tomado una decisión."

— Victoria (curiosa): "¿Qué decisión?"

— David: "No voy a volver a usar sostenes. Ni a transformarme en mujer de nuevo."

Victoria lo miró con sorpresa.

— Victoria: "¿Qué? ¿Por qué? Tienes un poder único, David. No deberías tener miedo de él."

— David: "Es que no lo controlo, Victoria. Cada vez que algo cambia, me siento fuera de control, como si no fuera mi propio cuerpo. Y lo de los sostenes... es incómodo y aterrador. No sé cuándo voy a transformarme otra vez."

Victoria suspiró y trató de acercarse a él.

— Victoria: "Entiendo que tengas miedo, pero... no puedo evitar decirte que me encanta cuando te transformas. Me encanta verte como mujer, porque es parte de ti, de quien eres ahora."

David se detuvo, mirando a Victoria con una mezcla de frustración y duda.

— David: "Lo sé, pero yo... no me siento listo para esto. No quiero seguir lidiando con estas transformaciones. Quiero vivir mi vida normal."

— Victoria: "David, no puedes ignorar lo que eres. Eres único. Puedes ser hombre o mujer cuando quieras. No deberías rechazar eso."

— David: "Tal vez, pero por ahora... no quiero más cambios. Es demasiado para mí."

Victoria lo miró en silencio por un momento antes de asentir.

— Victoria: "Está bien. Si esa es tu decisión, la respeto. Pero quiero que sepas que siempre estaré aquí para apoyarte."

David sonrió débilmente.

— David: "Gracias, Victoria."

Pasaron varios días, y la vida de David volvió a una rutina normal. Seguía asistiendo a clases, haciendo deporte y compartiendo tiempo con sus amigos. Con el tiempo, se fue olvidando del tema de los sostenes y de su capacidad de transformarse en mujer. Todo parecía volver a la normalidad, o al menos eso creía.

UN SOSTEN FANTASTICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora