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—Lo siento Kelsey.

—¿Por qué te disculpas?—le miré a los ojos—. No has matado a nadie que conozca.

—Bueno, pues siento haberte ocultado todo.

—Manu, no somos nada, no me tienes que contar nada sobre tus asuntos, peleas y carreras.

—¿Y si cambio eso?—y se acercó a mí. Noté como mi corazón palpitaba. Manu acercó sus labios a los míos, y me los miraba, con ganas de explorarlos.

—Manu...—intenté evitar eso, intenté alejarme de él, pero, intento nulo. Manu me besó, y sonreía mientras lo hacía. Sabía a tabaco, y no me importó. Hacía que el tabaco fuera lo mejor de la vida.

Manu me acorraló contra la pared y siguió el beso, pero, abrí la boca para que pudiera entrar. Y así lo hizo. Nuestras lenguas jugaron durante poco tiempo, ya que Manu continuó con el beso por mi mejilla, y después por mi cuello.

—¡Ríos!—oí una voz masculina llamarle. Manu se separó y aunque fuera de noche, pude ver su cara. Tenía los labios rojos y la nariz rosada, así estaba Manu Ríos cuando se excitaba.

—¿Qué quieres, tío?—dijo Manu al girarse—. ¿No ves que estoy ocupado?

—Perdón—y soltó una carcajada.—Soy David, nena.

—Ho-Hola.

Manu soltó una carcajada, pero David no rió. No entendía nuestra broma, era algo entre nosotros dos.

—Bueno, ¿que querías?

—Mañana hay carrera.

—Ah, bueno. A lo mejor voy, pero mi moto está un poco hecha polvo.

—No te preocupes, bro, mañana si quieres me paso por tu casa y la arreglamos.

—Como quieras.

Se despidieron con un abrazo y palmaditas en la espalda. Qué machotes.

—Kelsey, necesito ir a casa.

—Déjame en la mía de camino.

—Quédate conmigo esta noche.

—¿Estás loco? ¿Qué quieres?—pregunté enfadada—. ¿Sexo y luego dejarme plantada?

—¿Cómo?—negó con la cabeza.— No, joder. Sé que contigo no va a haber sexo, se te nota a un kilómetro que eres virgen.

—Oye, y tú que sabes.

—Niégame que eres virgen.—me callé—. Pues eso, lo que decía. Me refiero a que, dormirás en el sofá o algo, pero necesito ir a casa a arreglar mi moto.

—¿Y por qué no me llevas a casa?

—Sabes demasiado para hacerlo, solo por esta noche. Te dejaré las cosas claras y podrás irte.

—No, Manu.

—Sí, Kelsey. Necesitamos hablar después de todo esto.

—¿Para qué quiero saber tus asuntos o tus peleas? Las fiestas, el alcohol, la droga, el sexo, las peleas y toda esa mierda no son mi mundo, Manu, y no lo va a ser.

—No te estoy pidiendo que folles conmigo ni que te vengas a ninguna jodida fiesta a emborracharte ni que te pelees con alguien, joder. Sólo aclararte las cosas.

—Mira, vale. Estoy harta de discutir.

Manu sonrió y depositó un beso en mi frente.

Llamé a mi madre.

—¿Mamá?

—Dime.

—Me voy a quedar en casa de Bianca a dormir.

—Pero no tienes ropa.

—Ella me deja. Mañana por la mañana estoy en casa, no te preocupes.

—Vale, no hagas tonterías.

—Sí, mamá.

Y colgué. Decidí mandarle un mensaje a Bianca.

"Necesito un favor. Di que he estado durmiendo hoy en tu casa si te preguntan.

Kelsey Xx."

"¿En qué líos te has metido, Smith? Mentiré si me lo cuentas.

Bianca Xx."

"Ya te contaré.

Kelsey Xx."

"¿Manu?

Bianca Xx."

Decidí no contestar a eso. Busqué a Manu y me asusté, porque no lo encontraba.

"Nena, ve al coche, estoy arreglando un asuntillo. Ahora vamos para casa.

Manu Xx."

¿Y este como ha conseguido mi número?

Pude encontrar su coche en la oscuridad y me quedé sentada en el capó.

—Eh, nena.—dijo Manu al llegar.

—¿Qué estabas haciendo, Ríos?

—Ya te contaré en casa.

Y llegamos a su casa, un chalé enorme.

—Aquí vivían mis padres hace tiempo, me la regalaron. Estaremos solos.

—A solas contigo. Wow Ríos, me asusta lo bien que te lo has montado.

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¡Hola! Sólo quería daros las gracias por esas 200 visitas, bueno, en este momento, 258. Sois geniales.

También, quería pediros vuestra opinión del fanfic. Comentarla aquí si queréis. Sé que todavía no es muy interesante, pero ya veréis .

Nos vemos,

Paula.

how to save a life; manu ríos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora