CAPITULO 5

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Emma adora correr y levantarse temprano para hacerlo no es una molestia para ella, menos cuando llega a casa y encuentra su desayuno listo "Mauricio" pensó, era él único que tenía llave de su departamento, además olía demasiado rico, pero la sorpresa no fue grata, no  cuando la encontró a ella, en su cocina, y mucho menos ella  con su ropa.
— ¡Que diablos! — grito, no podía ni  aguantarse ver en el espejo y ahora que la tenía de nuevo enfrente menos — ¿Cómo entraste aquí? No sabes qué, no importa, tal sólo ¡Lárgate! — grito aún más fuerte señalando la puerta.
— Por favor ¿Sabes lo que me costó encontrarte? Quiero vivir, ayúdame — No me importas, ni tu, ni esos que has de llamar padres, deven ser muy felices ya que solo tuvieron que aguantar a una bebé — contra ataco Emma.
— Tengo un año de vida — aquellas palabras cayeron como bombas sobre ella, no podía ser cierto.
— ¿Entonces que haces aquí?— pregunto dudosa, no quería saber la respuesta pero la necesidad de conocerla la contradijo.
— Ocupa mi lugar — "Que es lo que dice,¿Tomar su lugar? ¿Cómo?" La mente de Emma no dejaba hacerse preguntas por la rara situación en la que estaba.
— ¿Qué?
— Mi tratamiento comenzará en unos días, mi ma... nuestra madre tiene Esquizofrenia y está desauciada, tiene 1 mes de vida como máximo.
— ¿Y eso que tiene que ver conmigo?
—¿En serio? ¿No la quieres ver?¿No te quieres despedir? Sé que te prometí respuestas pero yo tampoco las tengo, sólo sé que es mi madre y por nuestro parecido la tuya también.
— No quiero verla, de hecho no me interesa, esa mujer tomó su desición respecto a mi — dijo secamente, está situación la agobiaba más de lo que habría querido.
— Supongo que es comprensible, pero yo no, sé que es difícil ... Lamento haber tomado tu ropa, ni bien me enteré de tí, vine  los más rápido que pude y no traje equipaje.
— Ni pienso tomar tu lugar, no cuando no se ni tu nombre, ni tampoco los motivos de este cambio tan repentino.
— Perdón por eso, mi nombre es Emily, Emily Thomson — dijo estirando su brazo como saludo.
— Emma Duquense — contesto, esto era raro para ella y todavía no sabía los motivos de ella.
— Tal vez no te parezca raro, pero el mundo de los negocios puede ser muy peligroso y si te ven débil no dudan en destruirte eso le pasó a papá — Emily sentía un gran pesar en su corazón y se reflejaba en su expresión — Nuestro padre murió protegiendo el negocio familiar, yo herede todo cuando el murió pero en mi estado la empresa corre peligro de quedarse con nuestros familiares que siempre están al acecho, nuestra línea de joyería es muy antigua en el mercado pero es lo suficientemente reconocida.
— ¿Qué se supone que haga yo? No tengo la menor idea de joyería.
— Yo te enseñaré, sólo necesito que me brindes 6 meses de tu vida, sé que es mucho tiempo pero nada te faltará en ese tiempo, con el tratamiento la cirugía y mi recuperación ese es el tiempo que me debe tomar volver.
— ¿Estás demente? ¿Piensas hacer todo por ti misma? ¿Quien estará contigo?
— Dios, tienes la personalidad de papá — Emily soltó una pequeña risa que uso que Emma se sonrojara por la comparación — él siempre me decía que no decía hacer las cosas por mi misma que él siempre podría ayudarme.
— Vaya mentiroso, no debió morirse entonces.
— Tienes razón, no debió.
— Emily ¿Estás bien? — ella estaba punto de llorar y Emma no sabía cómo consolar a alguien.
— Si, no te preocupes a veces duele recordarlo, por eso necesito proteger su legado.
— No quiero hacerlo, no quiero ayudarte, quiero abandonarte como hicieron conmigo, realmente es lo que más deseo — Emma no podía ser más sincera en este momento.
— Lo sé
— Pues si lo sabes, entonces recupérate rápido y que mis 6 meses en el infierno se conviertan en 5.
— ¿Que quieres decir? — pregunto Emily, no podía creer lo que estaba oyendo.
— Que tienes 6 meses para no morirte.
—¡Gracias! — grito y abrazo a su hermana — no moriré, yo lo lo haré.

Los días pasaron tan rápido entre negocios que devia atender, rostros de familiares que decía memorisar, accionistas que tenía que manejar y una etiqueta en la cual no devia fallar. Emma había tenido que posponer todo su horario, Mauricio estaba tan molesto porque no entendía su proceder y ella tampoco se explicaba. Su vida como Emily estaba por comenzar y entre menos contacto tuviera con la otra esto sería mucho más fácil, una vez en el aeropuerto ambas se despidieron, cambiaron pasaporte y caminaron hacia su destino una para tomar un vuelo rumbo a Siattle y la otra a Miami, dispuestas a comerse el mundo.

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