CAPITULO 19

37 2 0
                                    

Hay muchas pero muchas ocasiones en la que el destino puede ser una completa "perra" que se mete entre tus planes y tú y vaya que cuando quiere puede ser la peor de todas.

El destino había cortado con unas grandes tijeras lo que sería su día de "relajación" para reemplazarlo por una especie de "tarde familiar", junto a una pequeña risitos de oro muy encantadora y un lobo feroz que ya se la veía a ella en la cena. No sería exagerado decir que en está historia, ella podría estar haciendo de Caperucita Roja porque nunca en todo su tiempo de vida se había sentido tan incómoda con la mirada de un hombre, había recorrido demasiadas pasarelas en el mundo como para que las miradas de los demás le importará lo suficiente, pero en este mismo momento era como sentirse desnuda en medio de la calle, no era una sentimiento desagradable si no más bien como algo distinto, nuevo incluso hasta peligroso pero de alguna manera el más exitante de todos.

Eran más de las 10 pm y lo que simplemente sería un aventón a casa, termino en una visita a una heladería, una película en el cine y despilfarro de dinero en un arcade claro después de una llamada a la madre de Val, unas cuantas lágrimas y grandes risas por parte de la menor, el lazo de madre e hija había sido restaurado y el permiso también había sido obtenido.

— Gracias por quedarte conmigo Emily — dijo Valeria con sus brazos al rededor .

— No hay de que Val — respondió Emma correspondiendo el abrazo.

— Respecto al otro asunto.

— ¿Otro asunto? — se hizo la desentendida pero ella sabía a dónde quería llegar .

— Vamos Emily, no seas así — protesto — serías una grandiosa tía.

Trato de no reírse pero fue inevitable, no solo por sus ocurrencias si no porque él asunto en cuestión se encontraba detrás de ellas, apoyado sobre el Lamborghini y muy al tanto de la conversación, tal vez también a la espera de una respuesta positiva que permitiera la colación de su existencia a su vida.

— No lo sé princesa — respondió con una sonrisa de labios — además tu tío no es de mi tipo corazón.

Muy probablemente la tierra la tragaría por la mentira que estaba diciendo, porque vaya que él si era su tipo de hecho más que un tipo en específico era mucho más que eso.

— ¿Tipo? ¿Qué es eso? — musitó la pequeña, consiente de lo que era, ya que su tío se lo había comentado antes — ¿Es como el chocolate?

" Por amor a Jesucristo que he hecho, acabo de enseñarle algo que no debería a una infante, por favor Dios ilumina me o elimina me de una vez "  pensó, agachó su cabeza y soltó una leve risa para luego lanzarle una mirada de auxilio al hombre que la había puesto en tal situación.

— Algo así — respondió cuando la ayuda no llego — Te lo explico otro día ¿vale?

— Venga peque ya es tarde y mañana tienes escuela — dijo esta vez Alec acercándose a ellas.

— Adiós ... Emi — dijo nerviosa — ¿Puedo llamarte así? ¿Emi?

Pudo haber dicho que si, pero este momento era suyo no de Emily, y como si nada importará ya decidió ser egoísta, y tan solo por un momento y como antes pensar solo en ella —¿Emi? — dijo con un dedo en su mentón — Me encanta.

Está vez ya no hubo despedidas largas solo una simple movida de manos de parte de ambas, antes de que su pequeña silueta se perdiera en medio de la gran casa frente a ella.

— ¿No la piensas acompañar? — pregunto, cuando Alex no entro en la que ella suponía también era su casa.

— Creo que primero debo llevar a una bella señorita a su casa — respondió con una sonrisa ladeada — salvó que ella quiera ir a otro lugar — dijo acercándose más, acortando la distancia.

— No creo que esa bella señorita necesite un Uber — sonrió sarcásticamente — pero yo te aviso cualquier cosa.

Estaban dentro de su residencia, era enorme si, pero no imposible de salir a pie, ya se habían desconectado lo necesario de sus vidas, pero todo tenía que volver a dónde estaba antes,  hacer lo que hacían era como jugar con fuego y quienes juegan con fuego también se queman.

— No te parece que es muy des agradecido de tu parte el irte sin más — dijo él al sospechar de su intención escapatoria.

— Supongo — respondió — pero es más seguro creeme.

— Gracias por lo de hoy — sonrió — No sabía que tenías este lado — dijo viéndola de pies a cabeza cuando Emma volvió su cuerpo hacia él.

— No me conoces y te recomiendo que no lo hagas — contesto con hilo de voz casi imperceptible — Sobre lo de hoy, no sabía que era tu sobrina es muy encantadora.

— Estás segura de que no quieres que te lleve este Uber — bromeó.

— No, ya has hecho suficiente — respondió.

Cuando logro salir de aquellos muros  su taxi ya la estaba esperando, el camino hasta la mansión Thomson fue tranquilo, y aunque los sirvientes la miraron sorprendidos ante su cambio de look no dijeron nada, era comprensible que se sorprendieran había dejado el estilo vanguardista de la clase alta por unas atrevidas y coloridas ropas, su cabello lacio y bien cuidado seguramente tendría algunos restos de arena y ni hablar de su exorbitante maquillaje, que la volvía una persona diferente, bueno diferente para ellos porque en realidad este era su estilo, al que estaba tan acostumbrada.

Alec que había olvidado completo el sentimiento de aprecio o simpatía hacia alguien que no fuera su hermana y su sobrina por primera vez en mucho tiempo se encontraba pensando en que escondía aquella mirada triste que se escondía de tras de una muy bien fingida sonrisa, en la oscuridad de la noche rememoraba los acontecimientos de ese día, desde el momento en que ella salió de aquella tienda tan confiada y sexy a la vez, en los extraños gestos de su  cara cuando se le congelo el cerebro por competir con Val al comer helado, ante sus risas en una película para niños o su enojo al no ganar en ningún juego del arcade. Todo en ella era diferente de lo que uno esperaría de alguien que está metida en algo tan serio, pero y si como decía era inocente y había algo más seria un idiota si no se diera cuenta de que podría haber algo más , tanto pensamientos e ideas a la vez se le arremolinaban en la cabeza y lo volvían loco " ¡todo sería más sencillo si solo ella estubiera una sola vez en mi cama! "  grito su voz interior.

La mañana siguiente fue una tortura no solo Valeria no lo dejaba dormir para que la llevara al colegio si no que el sol y ella se había puesto de acuerdo en brillar demasiado y dejarlo ciego de una vez por todas.

— Cinco minutos más — gruño él — sólo cinco minutos más.

— ¡No! ¡Tío!  — gritaba ella — Tío bonito ¡Tu lo prometiste!

— Es muy temprano — decía medio dormido.

— Tío ya es muy tarde — decía mientras movía su hombro — Ya volví del colegio incluso.

Eso sí lo hizo despertar en seguida, el sol tan fuerte, la niña más dormilona despierta y con uniforme y sobre todo bien peinada daban a entender que lo que decía era verdad.

—¿Qué hora es? — pregunto asustado, nunca había dormido tanto, incluso en sus noches de vela él siempre se levantaba a tiempo para trabajar o por lo menos a una hora decente y nunca a media tarde.

— ¿Las 3 de la tarde? — dijo entre risas.

— Valeria — dijo esta vez serio.

— Bueno — respondió soltando un suspiro — son la 11 am.

— ¿Y que haces aquí? — pregunto, al ver que aún tenía el uniforme y ella acostumbraba a salir mucho más tarde que las 11 de la mañana del Colegio.

— Hubo una reunión de maestros y nos dejaron salir más temprano — respiro aliviado de que fuera eso y no un ataque terrorista o algo así.

— ¿Por qué no me levantaron?

— Mamá dijo que dormías como un bebé  — guardo silencio unos segundos no muy segura de lo quería decir — Además dijo que iría a ver a la presidenta Thomson.



MÁS DE UNA PARTE DE MIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora