CAPITULO 13

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"Por qué cuando alguien se te mete entre ceja y ceja, simplemente no te la puedes quitar"

Marcus estuvo a su lado, ella no lo necesitaba, era independiente y estaba en una hospital donde tenía a más de uno que pudiera supervisarla, el que él se tomará estás molestias abrumaba a Emilia, no lo quería cerca pero también quería saber por qué esos ojos claros la atraían tanto podría ser que después de años un recuerdo olvidado en su memoria le decía que no era malo pero tampoco bueno.

— ¿No deberías estar con tu amigo? — pregunto ella ya arta de su presencia, incluso después de haber despertado no le permitía más que reposo, qué era una niñata, una embarazada, una enferma terminal, no pero así la hacían sentir con tanta atención, y que más conveniente que dejarlo a él como su enfermero, Patricia ya se las pagaría por abandonarla, con un extraño no tan extraño, pero extraño al final del día.
— Están sus padres con el — dijo bajando iPad que veía con concentración infinita, casi tanta con la que la  había  notado hasta hace unas horas — y no me iré hasta te den de alta.

Lo miro, esperando encontrar un punto débil para atacar, pero ya no quedaba rastro del hombre que la había auxiliado, esté había sido reemplazado por un hombre imponente hombre de negocios con un traje negro que solo lo hacía más apetecible para la vista humana y representaba el mayor peligro para toda mujer con bragas, menos ella o al menos eso quería aparentar cuando la atrapó viendolo como si tratara de desnudarlo.

— Si ya terminaste, quisiera hablar de algo importante — hablo Marcus.

Lo miro con extrañeza que podían tener ellos que hablar — No creo que tengamos algo "importante" de lo que hablar pero ya que te lo debo, suéltalo de una vez — dijo ya acostumbrada a qué las cosas fuera directas, después de todo con anestesia o sin ella al final del día la herida igual dolía — ¿Que ya no lo dirás? — atacó cuando se quedó callado.

Alejo el aparato de su vista y se acercó a la cama, junto a ella, había tramitado que le dieran una habitación privada por lo que nadie vería lo que estaba por pasar.

— Eres preciosa reina de hielo.
— Gracias, pero eso es algo que ya sabía —  estaba agotando sus últimos minutos de paciencia así que mejor que se cuidara, no hagas perder el tiempo a una doctora menos a una que es de hielo — si esto es lo que creo que es, ahorrarte lo, te rechazo rotundamente, no eres mi tipo y yo no soy el tuyo.

Ambos rieron, Marcus más que ella, acababa de ser rechazado sin haberse confesado, por razones que desconocía pero poco o nada le importaba, tal vez esto solo era un capricho, un sentimiento pasajero pero no quería olvidarlo, necesitaba estar cerca de ella, aunque sea solo un poco más.

— Al menos merezco saber el por qué ¿No crees? — la miro con dulsura, si su simpatía no derretía el bloque de hielo que era, quizás con otra técnica cederia — A demás ¿Quién dijo que no eres mi tipo?

— Lo dije yo, y me basta con esa opinión — ella no caería tan fácil, si algo quería obtener pues tendría que esforzarse al doble — Mira niño bonito — dijo tratando de incorporarse — las cosas se vuelven complicadas en las relaciones, si eso es lo que esperas con tu extraña bondad, pierdes tu tiempo.

No tardó mucho en pararse de la cama, trato de ayudarla pero no sé lo permitió,  ya había dormido lo suficiente, su turno probablemente ya también había terminado, y si conocía como conocía a Pato la mandará a descansar si la ve, mejor encerrarse en el quirófano para evitar los contratiempos, tomó su bata del sofá y camino hacia la puerta pero fue interrumpida por una mano sobre su muñeca.

— ¿Y si no quiero una relación?— pregunto, su voz no temblaba pero su corazón latía a mil por hora que se le saldría en cualquier momento — ¿Estaría bien?

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