CAPITULO 10

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Las cosas no salieron como esperaron, Emma solo había venido a Miami por algunos trabajos pero en cuanto comenzó a trabajar en Prada, Miami se quedó en el olvido, para ella era mejor el clima frío de Inglaterra al caluroso sol al que se enfrentaba ahora.
El encuentro con su madre la lleno de nervios, pero la mujer que apareció frente a ella en cuanto llego a la casa Thomson, no fue para nada lo que esperaba, los empleados le temian por alguna extraña razón y su madre también, sería porque no la reconoce pero al punto de temblar la hizo sentir poca cosa y que talvez su madre la reconoció y por eso la veo con esa mirada de temor y enojo a la vez pero solo en algunos momentos de lucidez como decía la enfermera encargada de ella.
Por lo poco que converso con el mayordomo, Emma se enteró que todos los empleados son renovados anualmente y que muy pocos son los que se quedaban y aún si se quedaban no duraban más de otro año, por eso trataban de no hablarle para no molestarla.
— Señorita — dijo el mayordomo.
— Dígame Sr Hugo — respondió Emma mientras se levantaba de la cama, el cuarto de Emily era enorme y todo parecía nuevo, sus paredes blancas, las estanterías con libros y los muebles alrededor de la habitación encajaban correctamente,todo era precioso.

— La señorita Kim la está esperando.
— En 10 minutos estoy abajo, pídele a Rosa que sirva el desayuno.

Emma ya se había aprendido todo de la casa por la imágenes que le mostró su hermana, los rostros de sus empleados y el nombre de quienes más dependía incluyendo el de la señorita Kim, que ahora sería su secretaria, una nueva para que el anterior no sospechara, ya Emily lo resolvería cuando volviera. Tomo una ducha rápida y se cambio  con unos pantalones palazos negros, una blusa sin mangas en color melón y unos tacos en negro también, no tenía la menor idea de los justos de ella, así que solo desidio  vestirse como una ejecutiva, hacerse un maquillaje básico, peinar su cabello en una alta cola y tomando un de los tantos bolsos en el vestidor salió de su ahora habitación.

Deseo en lo más profundo seguir de frente por aquel pasillo para encontrarse con su madre pero el recuerdo de su no tan  fatídico encuentro se lo impedía así que solo decendio por aquellas amplias escaleras.

— ¿Asistente Kim? — su voz resonó en todo el comedor.
— Buenos días Presidenta Thomson-— aquella chica de apariencia extranjera se levantó  rápido para poder saludarla — disculpe mi descaro, el mayordomo dijo ...
— No te preocupes, por favor toma asiento, yo todavía no he desayunado– Emma dijo aquello con una sonrisa en el rostro y tomando asiento frente a ella — Sr Hugo sirvan un poco más de jugo para la señorita Kim.
—¿Eh?— aquellas palabras sonaron tan extraño para el pobre hombre que abrió los ojos de par en par sin poder ocultar su asombro, su señorita jamás había sido tan amable y menos habría permitido que alguien se sentará a comer con ella — Perdón señorita en un momento se lo traigo.

El desayuno siguió de lo más tranquilo, resultaba que su secretaria era de Corea  por ello su piel demasiado blanca y el rasgado de sus ojos, congeniaron muy bien, también parecía muy profesional en su trabajo, una vez en el auto para dirigirse a la compañía Thomson's daughter ella anuncio su apretado horario, aunque Emily había resuelto la mayoría de proyectos se supondría que ella tendría que supervisarlos, su hermana le había explicado en detalle cada proyecto y lo que se esperaba de este y el tiempo en que decían lograrse de lo contrario solo se cerraría.

— Señorita Thomson tenemos una junta con el Ceo de Blakgood Corporation a las 2 pm — la secretaria no despejaba su vista de su confiable libreta, sería tal vez su más grande tesoro.
— Espera, ¿Ceo de Blakgood Corporation? ¿Pará? — la chica la miro confundida para ella su trabajo de organizar su agenda y conocer a sus clientes no saber el porque si no se lo informaba su jefa.
— El señor Blakgood pidió una cita con su secretaria hace unos días, aparentemente el antiguo secretario solo lo agendo hasta hoy, esos decían los archivos que dejó. Asumí que lo sabía señorita lo lamento mucho.
— Está bien, no te preocupes — respondió Emma, y fijo su vista en el camino, todas las casa a su alrededor estaban a gran distancia de cada una una y poseían hermosos jardines, y se imagino a ella y su hermana corriendo por aquellos lugares. Su vida habría Sido otra si nada más la hubiera tenido cerca, apoyándola,y cuidando la como Emma lo habría hecho con ella.

Emma se había enfrentado a una vida muy dura, las drogas, la violencia, los asesinatos eran un pan de cada día para ella que pese a estar supuestamente protegida por un Gobierno, el orfanato en el que estaba era uno de los peores lugares, desde los siete años fue sometida a  trabajos extremos desde limpiar todo el edificio donde vivían, cocinar todo la semana, hasta  no comer por una tarea mal hecha y todo para conseguir estudiar, que siendo un derecho, para aquellos niños sería un privilegio y solo para quienes acataban todo lo que decían las encargadas. Esa era la vida de un huérfano no tan dura pero muy miserable por la soledad, la mayoría de esos niños no esperaban a cumplir la mayoría de edad y solo escapaban para refugiarse en los vicios del mundo.

El auto negro se detuvo frente a un edificio, con grandes ventanas, al entrar muchos de los empleados saludaron a su Presidenta. Ella caminaba con porte y elegancia y así se mantuvo mientras subía por el ascensor a la que sería su oficina, todo transcurrió normalmente, entre una  conferencia y  la reunion de accionistas, pronto llegaron las las 3 de la tarde, no había almorzado y ya estragos de eso se escuchaban, tomo el teléfono y marco a su secretaria.

— Señorita Kim por ?tenemos algo más?
— Ceo Thomson teníamos una reunión con el Sr Blakgood, pero ya una hora de eso.
— Está bien, sólo tráeme un almuerzo.

Mientras tecleaba la computadora, su puerta sonó, y respondió con un típico "pasé" para encontrarse frente a frente con el hombre que un día atrás había abandonado en hospital.

— ¿Tu? — exclamó aquel, confundido por lo que veía.

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