CAPITULO 27

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- ¿Quién en verdad eres? - pregunto, y eran razonables sus dudas, una chica que no parecía matar ni una mosca, de pronto se convirtió en una asesina experimentaba, que cortaba gargantas sin temblar.

- ¿De que hablas? - le dijo Emma, antes de subirse al auto que la llevaría de vuelta a "casa".

- Eso que pasó allá adentro - dijo señalando lo que quedó de un buen restaurante -  Eso no lo haría cualquier persona ¡¿Quien diablos eres en verdad Emily Thomson?!

No pudo ser más estúpida al ser tan descuidada con sus habilidades en público, por protegerlo su juicio había sido nublado.

Ahora era mucho más probable que   la sacarán del caso que antes por su parentesco con la implicada.

- ¿Alecxander Blakgood? - dijo la detective detrás de él - Necesitaremos su declaración y ... - miro su libreta - ¿Emily Thomson?

- Soy yo - respondió  - Estaré en la estación en cuanto pueda cambiar mi ropa.

- De hecho preferiría que entregaran sus prendas a los criminalistas de inmediato - dijo seria.

Alec y Emma se miraron, él con intriga tratando de descifrar a quién escondía tan bella mujer debajo de todas esas capas de misterio, ella con duda esperando descubrir con su actuar todo lo que los demás no podían entender.

Él fue el primero en romper ese "no contacto" para responder.

- Trataremos de ser cuidadosos pero en verdad necesitamos quitarnos todo esto de una buena vez.

- Entonces tendrán  que ser acompañados por uno de ellos - señaló a un grupo de personas con chalecos y gorros, tomando fotografías y marcando el piso con banderines amarillos -  para hacer todos los procedimientos. Y respecto a sus declaraciones ...

- Si no se preocupe estaré hoy mismo, tan solo necesito dos horas - dijo Em

- Siendo así - llamó con la mano a dos de esos criminalistas, una mujer rubia y un hombre de tez oscura con ese estilo de cabello afro - Nick y Sara los acompañaran.

No quedo otra más que dividir al dúo, ya que ambos tenían caminos distintos. Y mientras a ella la seguía el simpático afroamericano, él se iba con la seria caucásica.

Llegar a la lujosa mansión Thomson ya no era una buena opción en su cabeza, si alguno de los sirvientes informaba como llegaba, las cosas se complicarían y la investigación se vería comprometida. Ni siquiera el chófer se veía confiable

Tampoco podía tomar el celular sin levantar sospechas, esto era un caos.

- Amador - nombre del chófer - Llévanos al Hotel Sherton.

- Si señorita.

Nick el criminalista que estaba en el asiento de copiloto la miro a través del espejo retrovisor, pensando en su extraño actuar.

- ¿No íbamos a la casa Thomson? - dijo  escéptico.

- No esperará que me aparezca así- se señaló asi misma - delante de mi madre ¿No?

Junto ambas cejas aún dudoso de su respuesta pero es ella quien manda, así que ni modo. Volvió la vista a la parte exterior del auto, viendo a esas calurosas calles de Miami.

Y mientras avanzaban en su camino, el detectar de autos siguiéndolos alarmó, las angostas calles sirvieron para perderlas por unos instantes hasta que la luz en rojo del semáforo los dejo atrapados en medio de grandes camionetas polarizadas y negras, con un hombre temeroso por su vida al volante.

- ¡¿Qué demonios?! - exclamó él afro, buscando una forma de no  complicar las cosas. Habían vidas en juego y no solo la de ellos si no de todas las personas a su alrededor, cruzando las calles y que podrían salir muy lastimada si abriera fuego así no más.

-¿Señorita? - dijo Armando, presionando fuertemente el volante y listo para la carrera de su vida - ¿Cómo debo proceder?

Arta de tanta masacre para un solo día, inhaló y exhaló lentamente.

- Pónganse a salvó - respondió y abrió la puerta, no podía ser más que obvio que era a ella a quien buscaban, además de qué les serviría un chófer ignorante de la situación o un trabajador del gobierno.

Quiso salir, detenerla en lo que para él era un acto suicida, pero el acelerador lo detuvo, para cuando el semáforo estuvo en verde ya no estaban.

Alzó las manos sonriente y la puerta le fue abierta, subió y tomo asiento junto a esos extresados agentes del FBI.

- ¿Tenían que hacer tanto drama? - pregunto Emma.

- Yo que tú no estaría tan contenta ¿Sabes lo que viene verdad? - cuestionó el alto "encorbatado".

- !Callado Collins¡ - musitó y tomó su cabeza entre sus dedos.

- Emma te la estás jugando - dijo la voz a través del monitor, una rubia exuberante y la hacker más peligrosa de este lado del país.

- ¿Trajeron mi ropa? - respondió bruscamente  ignorando sus para nada tranquiliza-dores comentarios.

Aunque sus ojos se mantenía fijos en el camino, su mente  volaba pensando en quién podría querer asesinarlo y sobre todo qué fue lo que exactamente había pasado.

El recuerdo del incidente con su padre vino rápidamente, el coche, él al volante y su padre debajo de las ruedas. Apretó fuerte ante el recuerdo, todo el dolor de esa noche, el llanto de Marisol y la recriminación  de su madre. Que sin si quiera importarle la vida de sus hijos se atrevía a insultarlos por defenderse.

Tomo años que volvieran a respirar sin ahogarse por el dolor pero era hasta ahora que su padre pensaba tomar venganza, y con su vida, no podía ser cierto, no sería tan estúpido, después de todo Alec aún les daba una buena mensualidad y la herencia de su abuelo, no podían haberla tirado tan rápido ¿cierto?

La reducción de esa buena manutención lo hizo comprender que podía ser cierto de algún modo. Pero si hoy habían fallado, eso quería decir que podrían volver a intentarlo, y no solo lo atacarían a él, si no a su hermana y a... El solo pensar en eso, estremeció su cuerpo y frío indescriptible se abalanzó sobre todo el, comenzando desde la punta de sus pies hasta sus ensangrentadas manos.

Detuvo en seco el auto cuando el frío paso a ser un entumecimiento, que comenzaba a hacerse mucho más evidente.

Lo miro confundida y pregunto  - ¿Qué pasa? - ante su extraño comportamiento.

No pudo contestar nada, su cuerpo perdía fuerzas y su mente la conciencia - Ayúdame - fue lo último que dijo en un susurro apenas audible.




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