Mi decisión

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Unos ojos ambarinos relampagueaban enojo en cada rincón de ellos, con el ceño fruncido. Permanecía inmóvil en aquel pasillo, con los ojos puestos en el guerrero que le miraba exaltado por aquella sorpresa, sin embargo no era una mirada de miedo. El amo podría tomarlo como algo retadora...

-Se...shomaru-sama...

De pronto llevó su mirada a ella, no se relajaron ni por un segundo, es más parecía que veía con más dureza la chica. La cual sentía el latido desbocado de su corazón, estaba segura que el habría notado eso. No estaban dando una buena impresión, se suponía que ellos debían solo decir: "Fuimos por flores..." Pero sabía que llevaba tiempo ahí observando la escena de haces unos momentos.

-Cambiate de ropa, &ve conmigo enseguida...-Aquella voz sonaba más áspera que otras veces; estaba muy enojado. Parecía percibir como tensaba los músculos al momento de darse media vuelta &subir las escaleras, dejando atrás a un grupo de demonios &una humana.

¿Qué haría ahora? Había visto &escuchado todo...

"¿Acabo de condenar a Ryuji?

-Perdóname Ryuji... todo esto ha sido mi culpa...

-¡No! ¿¡Pero qué cosas dices? Yo fui el que te dio la idea de irnos del palacio... Además...

Su rostro se tensó &Rin le miró acongojada, pensaba decir algo pero el volvió a hablar.

-¿Que no se suponía que regresaría más tarde?.-Dijo el hombre dragón volviéndose a Oyuki &Jaken los cuales se miraron mutuamente.

-Si, no entiendo porque el amo regreso tan pronto. No aviso que había llegado, aunque regresó bastante malhumorado, tal vez lo que vio o escuchó fue lo que dejó derramar la última gota del vaso.

La humana &el demonio se miraron angustiados. Ninguno se dio cuenta de los cuatro ojos rojos que los observaban a pocos metros, colgada de una pared, de un color negro como la noche &una marca roja en su cola... Una gran araña. Parecía que disfrutaba lo que veía.

Una risa con malicia se escuchó por lo bajo, dentro de su cuarto Kumone observaba aquel momento desde uno de sus sirvientes más pequeños. Sentada con sus piernas cruzadas en una silla forrada de rojo, con uno de sus codos apoyados &con su cabeza apoyada en su mano.

-Ah, que divertido a sido esto...-habló.

-Veo que no ha sido tan mala idea haber hecho ese 'comentario'... sobre la ausencia de este tonto soldado &la inútil de la humana delante de Sessh.-Dijo levantándose para pasar su dedo por una flor que permanecía en una pequeña jarra con agua, pero esta en cuanto tuvo contacto con la youkai se marchitó enseguida, esto pareció causarle placer.

-Ash, esto esta tardando mucho...-Añadió bufando.

-Se suponía que yo sería emperatriz de todos estos terrenos para antes del verano... Esa idiota de Irasue me esta colmando la paciencia, ella &su estúpido hijo. Son tal para cual.-Masculló.

Abrió las ventanas para observar como las nubes negras que rodeaban el palacio amenazaban que la tormenta que se avecinaría sería grande. Bufó nuevamente cansada de lo que pensaba.

-Mierda, tengo que tener el engendro de ese cretino dentro de mi ¡Ya! Si no, no podré asegurar mi lugar aquí...-Decía mientras se mordía la uña del dedo gordo, en eso algo cruzó su mente.

-Bueno, espero que cuando menos sea bueno en la cama. Si no me abre arrepentido de escogerle a él... Si de por si ya tengo suficiente con su inútil interés en la humana.

Ante esto recordó lo que ella había visto unos días en el palacio. De nuevo se dirigía altaneramente hacía donde estaba el amo, regularmente usaba de excusa las cuestiones de las posesiones de territorio para tenderle pequeñas trampas al demonio y que la gestación de una criatura fuese más temprana. Pero todos sus planes se fueron al traste, el demonio no podía caer en nada...

Estaciones de una vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora