Youki

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El amo la tenía una posición... sentimental. Podrá ser frívolo, pero a veces cuando el corazón reacciona de verdad, todo eso, el orgullo y demás se pierde en un segundo...

Volvió su vista a Irasue que comenzó a hacer unos movimientos con sus manos, como si tuviese una pelota entre ellas. Una pequeña esfera de energía emergió de ambas palmas y crecía considerablemente hasta tomar la forma de una gran pelota. ¿Qué era aquello? ¿Qué iba a hacer? Exactamente, ¿a que fue a lo que accedió?...

Su vista volvió a la realidad y se concentró en aquella maniobra que Irasue estaba haciendo con sus manos, la energía parecía que iba a explotar en cualquier momento. Ya era lo suficientemente grande como una cabeza, pero emitía un resplandor color azul al igual que su consistencia, parecía agua encapsulada. Sin embargo ella podía sentir como palpitaba y a la vez parecía soltar una especie de aire gélido. Sintió un escalofrío con el cambio brusco de temperatura, en un segundo escuchó como soltaba un pequeño tintineo, como si alguien tocase una pequeña y delicada campana.

De pronto fue constante, era un sonido tan relajante. Que parecía que hipnotizaba, se centró en solo aquello y su mente se nubló.

Del otro lado de la habitación Sesshomaru hizo un gesto de reproche viendo como Rin caminaba a pasos sumamente lentos hacía lo que su madre hacía, se acercó hacía el par de mujeres, pero quedando todavía a distancia, solo se colocó cerca para ver. Realmente ella había quedado hipnotizada, sus ojos se hundieron en la oscuridad, su brillo desapareció y solo mostraban el vacío. Tal vez ella no lo notaba, pero poco a poco estiró su mano hacía la esfera de energía, Irasue contemplaba esto complacida mientras una sonrisa surcaba su rostro, sus ojos dorados relampaguearon justo cuando Rin estuvo a punto de tocar aquella extraña energía, pero sin hacer respingo, vio como en un segundo aquella cosa se hizo casi del tamaño de un chicharo, pero no perdía esplendor, ni color.

¿Qué es eso?

Se preguntaba internamente la muchacha, pero parecía que su cuerpo no reaccionará, solo sabía que quería acercarse más, para descubrir que era aquello ante sus ojos, casi sin pensar estiró su mano y en un segundo cambió su tamaño a ser muy pequeño. Pero seguía siendo igual de tentador, ahora solo se encontraba ella en aquella oscura habitación, creía recordar que antes estaba acompañada pero tal vez fue su imaginación. Ahora solo tenía una sola cosa en su mente...

-¿No crees que ya es mucho teatro?.-Habló el Daiyoukai, la humana seguía embobada con aquello.

-Déjame divertirme Sesshomaru...-Decía ella con una sonrisa de medio lado, pero su hijo solo la flanqueó con la mirada tétrica de siempre, ella bufó cansada.

-Esta bien, no se porque tienes que ser tan aguafiestas...

En eso hizo un movimiento con almas palmas como si diera un aplauso pero atrapando entre sus extremidades la esfera de luz, Rin parecía aterrada, no se movía pero sus ojos marcaban una fuerte confusión sin responder. Irasue abrió sus palmas delicadamente como si mostrase un pequeño pajarillo, alzó un dedo, y aquella inmensa esfera resplandeciente ahora se había convertido en una pequeña gota de agua.

-Muy bien humana, dime, ¿estas dispuesta a dejar expuesto tu yuki a pesar de los riesgos que lleva?

Con gran lentitud Rin asintió mudamente si dejar de ver su objeto preciado, Irasue rió.

-Bien, entonces niña. Muéstranos lo que tienes.

Dicho esto los ojos de la chica cambiaron drásticamente a un color azul agua, semejante al de la gota de poder, se dejó caer sobre sus rodillas. Esta vez Sesshomaru prestó más atención a lo que veían sus ojos, observó como pequeñas ondas de energía salían de Rin haciendo que su cabello se meciera como si estuviese a pleno aire, el confiaba en que ella lograría esa prueba...

Estaciones de una vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora