Rin abrió los ojos asustada, su respiración estaba agitada y sudaba. De nuevo esa pesadilla. Por fin había logrado conciliar el sueño, pero la horrible imagen de 6 ojos rojos que la miraban la hizo despertar sobresaltada. Se llevó la mano al pecho para sentir su corazón que latí muy rápido. Hecho un rápido vistazo a su lado, su señor parece que ya se había levantado. Alcanzó a ver como el sol se colaba por entre las cortinas, ¿pasaría ya del medio día?.
Bufó cansada y con mucho cuidado comenzó a levantarse, su estomago había tomado ya la forma de una sandía, no quería hacer mucho movimiento, pero aquél aterrador sueño la hizo re considerar la idea de ir a buscar a su nana y a su familia.
Cuando hubo terminado de arreglarse se dispuso a salir, pero algo la hizo regresar la mirada hacía la gran ventana. Resplandecía un hermoso sol, era bellísimo, pero aún tenía un dolor en el pecho. Suspiró e intentando olvidarse de eso salió en busca de su familia. No tardó en encontrarla, estaban tomando el desayuno en el jardín, sonriente camino a paso despacio hacia las escaleras.
-¿Qué crees que estas haciendo?.-Escuchó y vio que enfrente de ella estaba el general Sonha mirándola con una mirada reprochadora.
-No deberías estar haciendo sobreesfuerzo, Rin.-La regañó.
-Discúlpame, Ryuji, es sólo que tengo deseos de estar con mi familia.-le dijo sonriente.
-Lo sé, apenas estaba subiendo para ir a buscarte, pero veo que te me has adelantado. Vamos, te llevaré.-Con una facilidad muy común en el demonio, la levantó con cuidado y bajo nuevamente las escaleras.
-¡Rin!.-Exclamó Oyuki que servía el té para los invitados.
-Buenos días a todos, espero no haberme perdido nada.-Respondió cuando logró sentarse junto a Kagome.
-Para nada, estábamos esperando. Anda, toma tu desayuno.-La sacerdotisa le extendió un plato rebosante de bocadillos de todos estilos.
-Ración especial para dos.-Agregó Kohaku que llegó a su lado.
La familia siguió con los alimentos con gran felicidad, aunque Rin se sentía algo ausente, como un nudo en el pecho ¿un presentimiento? ¿un mal presentimiento?. Observó a la gente a su alrededor, comían tranquilamente comentando entre ellos con inmensas sonrisas pero, parecía que ella no los escuchaba, ¿por qué tenía ese ánimo tan mediocre? Se regañó así misma al sentir que no estaba disfrutando como la ocasión meritaba.
El desayuno fue fugaz, no alcanzó a disfrutar de sus alimentos, solo se limitó a masticar. Tras varias pláticas los niños fueron animados por Ryuji e Inuyasha para iniciar un partido de balón pie (un juego que kagome les había enseñado según su época), Rin se sorprendió de la gran facilidad que tuvieron el hombre dragón y su cuñado para entablar una amistad. Tenían esa misma mirada ladina cuando una idea se les cruzaba por la mente.
-¡Corre Inutenshi!.-Gritó Inuyasha mientras veía a su hijo que rápidamente llevaba la ventaja por sobre las gemelas y Miroku hijo.
-¡Eso es falta, árbitro vendido!.-Exclamó Sango que decía ante la caída de su hijo sobre el suelo.
-Querida, es solo un juego.-Le decía Miroku para que se tranquilizara.
Ryuji comentaba sobre el juego con el hanyou como si de una batalla se tratase. Rin solo observaba la convivencia con unos ojos vacíos.
-No pareces tener el humor de siempre.-Escuchó tras de ella, la voz la sacó de su monotonía.
-¡Ah Kohaku!.
-¿Qué pasa Rin? A penas y hablaste durante el desayuno y no te veo animando a los niños en sus juegos.-Dijo Kohaku, la muchacha notó como el joven se había dejado crecer el vello de la barbilla, se veía muy bien así.
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Estaciones de una vida
FanfictionLa vida de Rin se vuelca desde que le fue devuelta la vida. El demonio de platinados cabellos la recibirá en su vida y en su palacio, sin que ésta sepa como es dar un paso en el acercamiento a su señor, ¿amante? ¿padre sustituto? Rin confundida, no...