La tarde se abría camino por el gran lugar, el cielo que se tornaba de un rosa a un anaranjado y después rojo. Realmente era un gran espectáculo, Rin había perdido la memoria, pero no su gusto por los panoramas naturales, así que se encontraba en el jardín del ala oeste observando como el sol se escondía tras las nubes y desaparecía poco a poco.
-Precioso.-Susurró ella maravillada.
Tras de ella había un pequeño youkai que la miraba con un poco de nostalgia, Jaken se rascó la cabeza y apartó la mirada, en realidad Rin si lo recordaba, pero no como el cuidador y además acompañante del gran Lord, todos los viajes que pasaron juntos se habían borrado de su mente y en el fondo esto si le dolía a Jaken.
Podía ser un viejo sapo amargado, pero muchas veces demostró el afecto que tenía hacía la pequeña humana aunque después lo negara, la tenía en alta estima y ahora verla en ese mar de inconsciencia donde no se da cuenta que todos a su alrededor la miran con nostalgia si no es qué lástima hacía que suspirara por los días.
Ahora más que nunca deseaba que esa niña escandalosa regresara, que corriera como loca buscando oler flores y se detuviera a comer pidiéndole ayuda, pero esa Rin ya no existía en sus recuerdos.
La miró de nuevo y tras unos segundos reanudó su camino. De repente se percató que más adelante estaba alguien; ese alguien observaba con embelesamiento a la joven.
-Es el amo...-Susurró aunque no muy bajo pues esté lo escuchó y en cuanto se vio descubierto se dio media vuelta para retirarse.
-¡Ah, espere amo bonito!
Corrió tan rápido como sus piernas lo permitieron hasta que llegó hasta donde estaba.
-¿Qué quieres?
Respiró un poco.
-Pues en realidad, tenía deseos de saber cómo iban los planes de batalla.
De hecho, eso era mentira. En el fondo Jaken sentía la necesidad de hablar con su señor, para que esté no pensara demasiado en la situación de la humana. Pues, a final de cuentas él era un leal ciervo de Sesshomaru y parte de esa devoción quería demostrarla con solidaridad por lo que estaba aconteciendo.
-Yo me encargaré de eso, tu solo te quedarás aquí y te cercioraras de que no le suceda nada al palacio.
Habló Sesshomaru duramente, parece que él no tenía muchas ganas de hablar.
-Ah, entiendo...
Pero no se retiró siguió de pie frente a su señor mientras guardaba silencio, esto parecía incomodarlo pero no sabía que más decirle al gran demonio, se sentía nostálgico por él. Desde lo sucedido, Sesshomaru procuraba no cruzarse con Rin y de igual manera no dirigirle la palabra parecía dolerle si lo hacía. Sesshomaru encaró una ceja.
-¿Qué más quieres? Me da la impresión de que quieres decirme algo...
Jaken se sintió acorralado y pues él no era muy bueno para guardar secretos, el nerviosismo se denotó enseguida en su rostro y unas gotitas de sudor corrieron por su frente. Tenía que serle sincero, no se le ocurría ninguna mentira que decirle, además, el amo bonito se daría rápidamente cuenta de que lo estaba intentando engañar, así que deseó que su muerte no fuese lenta y habló:
-Discúlpeme amo, es que creí que estaba bien sacarle un poco de charla para que no pensara en... En lo sucedido...
A pesar del miedo que corría por sus rodillas, solo observó como el amo bonito recorría la mirada hacia otro lado ¿no le daría ni siquiera un golpe? ¿Una patada? ¿Un puñetazo? Creo que era masoquista...
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Estaciones de una vida
Fiksi PenggemarLa vida de Rin se vuelca desde que le fue devuelta la vida. El demonio de platinados cabellos la recibirá en su vida y en su palacio, sin que ésta sepa como es dar un paso en el acercamiento a su señor, ¿amante? ¿padre sustituto? Rin confundida, no...