Capítulo Siete

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12 de Enero del año 2020

Suspire al llegar a la laguna y ver la cantidad de gente que había, por lo que comencé a dar vueltas por el lugar hasta que encontré un punto solitario en la isla.

-No puedo creer que Leila me haya convencido de salir.-Pensé al sentarme en una banca.-El exterior no es mi sitio.-Pensé mirando el agua del lugar con seriedad.

Estuve varios minutos sentado observando el agua, cuando de repente se empezaron a escuchar risas y gritos de otras personas, por lo que volteé buscando a los creadores de tales ruidos.

-¿Esa no es Vale?-Pensé viendo a Vale en un inmenso grupo de personas. Eran demasiados y aquello me estaba dando ansiedad.-Es mucha...demasiada gente.-Retrocedí lentamente, intentando evitar que me vieran mientras comenzaba a rascar mis nuñecas con desesperación.-Sam...ayuda.-Pensé desesperado, pero era muy obvio que ella no iba a llegar a mi rescate.

-Oh perdón.-Volteé sorprendido logrando ver a una chica de baja estatura, quien usaba lentes.

-Es mi culpa, yo iba distraído.-Susurre evitando mirarla, a lo que ella iba a responderme cuando de repente alguien habló.

-¿Ian?-Volteé, logrando ver a Vale y provocando que llamara la atención de todo el grupo.-¿Qué haces aquí?-Me preguntó con curiosidad.

-Solo salí a dar una vuelta.-Susurre con nervios, a lo que Vale sonrió.

-Me alegra que comiences a salir.-Dijo alegre, dejándome inquieto.

Ese grupo no me dejó irme al final, hasta que de repente ya no pude con mi propia mente y sus pensamientos suicidas.

-Chicos, voy y vuelvo.-Dijo Vale para después irse, sin darme tiempo a hablarle y decirle que me sacara de aquí.

Comencé a rascarme mas fuerte, con ira y desesperación. Lo único que quería era romper mi propia piel y lastimarme de una vez.

-¡Hey hey!-Escuché una voz algo preocupada mientras me tocaban los hombros, levanté mi mirada para ver quién era.

Era una chica mas baja que yo, y gracias al hecho de que estaba sentado en el suelo no tenía que mirar hacía abajo. Su cabello al parecer era teñido; de color rojo, ojos café, usaba lentes y era de piel blanca.

-Oye, por favor calmate.-Me dijo, a lo que yo me levanté con ganas de irme, y lo estaba haciendo cuando de repente ella me sostuvo del brazo y me dijo.-Oye Ian...mira ¿Te parece si hablamos un poco?-No respondí nada, solo la observaba fijamente, a lo que ella observó a todos sus amigos que venían detrás de nosotros.-Chiquillos, yo voy a hablar con él, volvemos de inmediato.-Le dijo a todos, quienes al parecer se habían alejado de nosotros.

-No quiero hablar.-Susurre al ver que me tomaba la mano y me hacía caminar hasta una banca, por lo que me senté.

-Oye Ian...Vale me ha hablado de ustedes.-Me dijo ella con una mirada de preocupación.-Y se cual es tu estado emocional.-Miré el suelo mientras me empezaba a rascar la muñeca del brazo derecho.-Oye, no te estes rascando.-Me dijo tomando la mano con la que me estaba rascando e impidiendo que siguiera.-No quiero que te lastimes, porque no solo te haces daño a ti, también se lo haces a Vale y a los demás.

-¿Qué?-Pensé mirándola mientras mi fleco seguía ocultando mi ojo.

-Vale y los demás se preocupan mucho por ti, y que tu te lastimes les hace daño.-Dijo con esa mirada de preocupación.

-Entonces...¿También le estoy haciendo daño a Sam?-Pensé con miedo.

-¿Qué es lo que piensas para hacerte tanto daño?-Me preguntó, a lo que volví a comenzar a rascarme, cosa que provocó que ella volviera a tomar mi mano y la volviera a alejar.-No.

-Maldición.-Pensé nervioso para después responder.-Simplemente porque me distrae, es lo que mejor me hace sentir y porque quiero morir de una vez..-Susurre.

-Ian...no te hagas daño. Además, existe mas de una forma para distraerte y hacerte sentir bien.-Me dijo con calma, a lo que la observé con seriedad.

-¿Como cuales?-Le pregunté.

-Por ejemplo; dibujar, escribir o escuchar música.-Me dijo con una sonrisa.

-No sé dibujar y escribir tampoco me calma.-Pensé mientras la observaba.-¿Música?-Pregunté confundido, a lo que ella asintió.-¿Qué es?-Ella me observó sorprendida.

-¿No sabes qué es la música?-Me preguntó sorprendida, a lo que negué.-Pues es esto.-Dijo comenzando a buscar algo en su ¿Teléfono? Si...eso.

-¿Qué tanto hace?-Pensé mientras la observaba buscar, hasta que de repente encontró algo y lo puso en mi oreja.

-Esto es la música. Son varias personas cantando y tocando diferentes instrumentos, los cuales terminan componiendo esto.-Dijo mientras escuchaba la calmada melodía al inicio, pero entonces comenzó a sonar mas fuerte, por lo que alejé mi oído de su teléfono.

-Suena...muy fuerte.-Susurre, a lo que ella me observó con curiosidad.

-¿Qué pasa?-Me preguntó con curiosidad, a lo que decidí responder con la verdad mientras volvía a mirar hacía abajo.

-Yo...le tengo miedo a los ruidos fuertes.-Susurre.-Es una fobia por así decirlo.

-Oh, por eso te tapabas los oídos cuando gritabamos.-Dijo, a lo que asentí levemente.-No sabía, perdón.-Me dijo, a lo que alcé los hombros.

-No importa.

-Bien...espera.-Me dijo volviendo a buscar en su teléfono, hasta que cuando encontró lo que quería, sonrió.-Escucha.-Dijo volviendo a acercar su teléfono a mi oído.

Los segundos pasaron y la música me calmó, era bastante relajante para mi.

-¿Te gusta?-Me preguntó ella, a lo que asentí.-¿Te relajo?-Volví a asentir.-¿Ves que puedes encontrar algo más?-Alcé los hombros.

-Eso no lo sé.-Susurre.

-Pero no pierdes nada con intentar.-Dijo alegre, a lo que asentí.

-Lo intentaré...Aunque será difícil.-Dije, para después levantarme de la banca.-Me debo ir.-Dije en un susurro, a lo que ella asintió.-Un gusto...eh...

-Maka.-Contestó, a lo que asentí.

-Un gusto Maka.-Dije tranquilo, a lo que ella sonrió.

-Igualmente Ian, adiós.

Y después de aquel momento, simplemente tomé la decisión de irme de allí e irme a la casa. Tenía que pensar en todo lo que había pasado hoy.

El hombre suicidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora