Capítulo Dieciocho

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10 de Febrero del año 2020

Me levanté con calma el día de hoy, definitivamente sería un buen día...o eso esperaba que fuera, ya que Sam aún seguía bastante afectada por todo el tema de Maka.

Bajé las escaleras y la vi, estaba sentada en el sillón mirando televisión con su mirada pérdida, por lo que decidí acercarme a ella y sentarme a su lado.

-Oye Sam...¿Cómo te sientes?-Le pregunté, a lo que ella solo alzó los hombros con desinterés.

-Ian...quizá no sea bueno que le preguntes.-Dijo Juliette tomándome de uno de mis brazos y sacándome del sillón, llevándome a la cocina.

-¿Eh? ¿Por qué me traes aquí?-Le pregunté mientras veía a Leila cocinar.

-Sam esta mal...no le hará bien hablar del tema.-Dijo Juliette sentándose en una de las sillas, a lo que Leila nos miró con una sonrisa.

-Juliette tiene razón Ian, no deberías tocar ese tema con ella, al menos por ahora.-Dijo Leila terminando de tostar el pan y dejándolo en un plato sobre la mesa junto con la matequilla y un...¿Cuchillo?-Yo te prepararé la tostada Ian, no quiero que te descontroles con el cuchillo.

Sonreí al escucharla decir aquello y al verla preparar la tostada.

-No puedo creer que te cueste tanto controlarte.-Me dijo Juliette.

-Es que...bueno...digamos que al ver un cuchillo me tiento a hacerlo.-Dije con tristeza.-Estaba tan acostumbrado a cortarme cada vez que quería, que ahora el controlarme me cuesta mucho.

-Ya veo.-Dijo Juliette mientras mordía su tostada.-Bueno...pero me alegra el hecho de que ya estes controlado.-Me dijo sonriendo.

-Pues si.-Sonreí.-Es bueno no tener cicatrices nuevas cada día.-Dije ahora mirando mi brazo.-Ya tengo demasiadas.

-Pues sí.-Dijo Juliette cubriendo mi brazo con una leve sonrisa, provocando que mi mirada se dirigiera a ella inmediatamente.-Pero pienso que estas cicatrices serán la muestra de tu superación.

-¿Mi superación?-Pregunté confundido, a lo que ella asintió.

-El como pasaste una etapa horrible de tu vida y dejaste de depender de un corte para sentirte mejor.-Dijo ella con una sonrisa, para después abrir el cierre de su poleron y dejarme ver una cicatriz que tenía en su clavícula.-Nuestras cicatrices son parte de nuestra historia, así que no dejes que nadie critique tu historia.

-Gracias.-Dije con una sonrisa, a lo que ella volvió a cerrar su poleron y siguió comiendo.

**********

Sonreí al salir al patio, hoy era un día bastante relajante en la ciudad, por lo que para mí era el mejor momento para salir.

Decidí recostarme en el suelo mientras observaba a Leila, quien comenzó a jugar con el cabello de Juliette, se veían bastante animadas. Me fijé en Michael, que estaba mirando a Juliette atentamente, y con calma, al ver que todo estaba normal, me relajé y me dormi. Una buena siesta no le haría mal a nadie.

**********

Estaba tan cómodo durmiendo que nadie me podía despertar, o eso creía. De repente sentí la necesidad de abrir los ojos, y al hacerlo logré ver a Michael con unas tijeras...cortando mi fleco.

-¡Waaa!-Grité desesperado, por lo que todos me miraron. Al ver que me miraban solo decidí tapar mi ojo e inmediatamente miré a Michael.-¿Por qué hiciste eso?-Pregunté con tristeza dejando ver mi ojo izquierdo una vez que me aseguré que mi cicatriz oculta no se viera. Agradecía que Michael no hubiese cortado todo mi fleco.

-¡¿De donde sacaste otras tijeras?!-Preguntó Leila con algo de molestia, a lo que Michael comenzó a reír.-Entregalas ahora-Dijo pidiendo las tijeras que tenía ahora.

-Bueno.-Dijo Michael entregándolas.

-Me quiero cortar el pelo.-Oí susurrar a Juliette, a lo que Zack sonrió. Yo solo lamentaba mi fleco.

-Mi flequito.-Pensé mientras lo intentaba acomodar.-A veces odio que Michael sea tan inquieto.-Pensé triste.

-Toma asiento.-Dijo Zack tomando una de las tijeras que Leila le había quitado a Michael.-Yo te haré un corte de cabello.-Dijo sonriendo.

-¿Me podrá arreglar mi fleco?-Pensé mientras observaba a Zack.

-¿En serio?-Preguntó ella con alegría, a lo que Zack solo sonreía.

Me sorprendió ver el talento de Zack, pues no sabía que podía cortar el cabello, además de que el corte le había quedado muy bien a Juliette. Se lo había dejado hasta un poco mas arriba de sus pechos, y ella estaba feliz con el corte.

-Ven Ian, te voy a emparejar tu fleco.-Dijo, a lo que emocionado me acerqué a él.

-¡Ha quedado genial!-Dijo Juliette con emoción, y entonces dijo algo que nos preocupo.-¿Y Michael?-Preguntó de la nada, a lo que Zack volteó su mirada hacía el sitio donde se supone deberían estar las otras tijeras que Leila le había quitado a Michael, pero no estaban.

-¡Estoy aquí!-Dijo Michael avisando su llegada con las tijeras en una mano y en la otra...¿Traía un mechón rubio?

-Un momento...¿Será posible?-Pensé confundido, y entonces mis sospechas tuvieron una respuesta concreta cuando el grito de Sam se escuchó.

-¡Quién fue!-Había despertado y ahora estaba buscando al culpable, por lo que cuando vio a Michael con parte de su cabello rubio en su mano se acercó molesta, a lo que él comenzó a correr.

Corrieron por varios minutos hasta que Sam pudo alcanzarlo y lo golpeó fuertemente en a cabeza.

-¡Auch!-Se quejó el chico mientras Sam lo miraba con molestia.

-¡Rata estúpida!-Gritó Sam, provocando que sonriera.

-Me sigue dando risa que trate a los niños como ratas.-Pensé con gracia.

Entonces Zack decidió hacerle una seña a Sam, por lo que ella con seriedad se acercó a él. Sabía que solo se dejaba porque no quería estar con su pelo cortado incorrectamente.

Al final...ese día quedo marcado en nuestra historia, y había sido bastante gracioso al parecer, además, Sam había hablado con nosotros, cosa que la hizo sonreír, y eso me hizo sonreír a mi.

El hombre suicidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora