Capítulo Once

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20 de Enero del año 2020

Sonreí al escuchar el golpeteo en la puerta, Vale había llegado, por lo que me dirigi a la puerta y la abrí, logrando verla con una sonrisa.

-Hola Ian.-Me saludó con una sonrisa, por lo que sonreí y le devolví el saludo.

-Hola Vale.-Dije dejándola entrar a la casa y seguido de esto cerrar la puerta.-¿Como estás?-Le pregunté con una leve sonrisa, a lo que ella me miró con alegría.

-He estado muy bien ¿Y tu?-Me preguntó con alegría.

-Pues también jejeje. Me doy cuenta de que estas bastante feliz.-Le dije con una sonrisa, a lo que ella asintió.

-Lo estoy.-Me respondió.-Por cierto ¿Y los demás?

-Oh, Zack esta en su cuarto al igual que Sam, Leila esta en la cocina y Michael esta jugando en el patio.-Respondi a su duda con calma.

-Oh...jejeje, entonces.-Dijo, señalandome los oídos, por lo que inmediatamente me los cubrí con mis manos.-¡Zack!-Gritó, a lo que sonreí.

-¿Quieres que lo vaya a buscar?-Le pregunté, a lo que ella asintió.-Bien, esperame aquí, ya vuelvo.-Le dije para después dirigirme a la escalera y subirla.-Definitivamente, esa chica se ve bastante feliz.-Pensé mientras pensaba en la alegría que irradiaban los ojos de Vale.

Llegué al segundo piso y lentamente me acerqué a la puerta del cuarto de Zack, por lo que al estar frente a esta decidí entrar, hablándole a mi hermano, quién estaba recostado en su cama.

-Oye Zack. Vale te esta llamando.-Le dije en susurros, a lo que él dirigió su verde mirada hacía a mi.

-Dile que ya voy.-Me dijo con una sonrisa, a lo que asentí para después devolverme con Vale.

-Dijo que ya viene.-Le dije a Vale al llegar al primer piso, a lo que ella me observó con atención y asintió.

-Gracias Ian.-Me dijo con alegría, y a los segundos llegó Zack, por lo que Vale inmediatamente lo saludó

Hablaron un par de minutos de algunos temas hasta que Vale le dijo de un momento a otro que tenía que hablar con él, por lo que ambos se fueron a un lugar privado.

-Hola Ian.-Me saludó Sam acercándose a mi.-¿Cómo estás?

-Hola Sam, estoy bien ¿Y tú?-Le pregunté, a lo que ella sonrió.

-Estoy super bien.-Dijo con una alegría indescriptible en sus ojos.

-¿Qué le esta pasando?-Pensé curioso mientras la veía fijamente a sus ojos.

-¿Y los demás?-Me preguntó, por lo que señalé el lugar donde estaba cada uno.

-De seguro ahora se va a sentar en el sillón o a su cuarto.-Pensé con calma, pues la conocía.

-Iré a ayudar a Leila.-Dijo ella dirigiéndose a la cocina, dejándome completamente sorprendido.

-¿Sam? ¿Ayudar a Leila?-Pensé mientras intentaba entender lo que estaba pasando.-Voy a acercarme, a ver que estan haciendo.-Pensé caminando con dirección a la cocina, y al llegar me fijé disimuladamente en cada acción que hacían.

-Por favor.-Vi a Sam rogándole a Leila, quién estaba cortando la carne, que al parecer era para el almuerzo.

-Te dije que no Sam.-Contestó Leila con cansancio.

-Por favor.-Volvió a rogar, por lo que Leila volvió a negar.

-¿Es que no te cansas de rogar?-Le preguntó Leila a Sam, a lo que esta negó, e inmediatamente escuché un suspiro de Leila.-Bien, hazlo.

**********

Los minutos pasaron hasta la hora del almuerzo, donde todos estaban sentados con sus platos servidos.

-¿Quién cocinó?-Le preguntó Zack a Leila con curiosidad.

-Sam insistió en cocinar.-Dijo ella con molestia.-Ella hizo el arroz, yo cocine la carne.-Dijo, a lo que todos se tensaron.

-Lo hice con todo el amor del mundo.-Dijo Sam con una mirada de desquicio, aunque para mi esas miradas eran típicas.

Todos tomamos el cuchillo y el tenedor y sonreí al ver que ninguno quería probar el arroz, iba a dejar que siguieran con la tensión hasta el final, por lo que los imite y comencé por la carne. Lo más gracioso fue que hasta Sam comenzó con la carne.

Todos nos terminamos de comer la carne y dirigi mi mirada al plato de arroz mientras todos hacían lo mismo. Me daba cuenta de que no sabían que hacer, y me daba risa verlos con esa cara de confusión y preocupación mientras Sam los miraba atentamente.

En ese momento me di cuenta de que la expresión de Zack cambió, por lo que decidí fijarme en lo que le provocó ese miedo o la sorpresa que se notaba en sus ojos, y al darme cuenta, logré ver a Michael provando una cucharada de arroz.

El silencio gobernó en el lugar, ninguno decía nada mientras observaban la reacción del muchacho.

-¡Está rico!-Gritó comenzando a comer con ganas.

-¡Bien!-Celebró Sam con alegría y un leve sonrojo en sus mejillas debido a la emoción.

Cuando ella terminó de celebrar por la aprobación de Michael, todos se pusieron a comer, al parecer mucho mas aliviados, y sí, la comida estaba muy rica.

-Vaya Sam, en serio te ha quedado genial.-Le dijo Vale con una sonrisa, a lo que Sam simplemente le dirigió una mirada de tranquilidad.

-Fue mi primera vez en la cocina, me esforcé bastante.-Dijo ella con alegría, y en ese momento por fin Zack se calmó y se decidió a comer del arroz que había preparado Sam, y al parecer, cuando lo probó, si le quedó gustando.

Y así fue como pasó la hora de nuestro almuerzo, entre risas y conversaciones. Un muy buen almuerzo.

El hombre suicidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora