Capitulo 11 parte II

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Cristian

Estamos montados el avión, Natacha a mi lado mira todo fascinada y contenta parece una niña descubriendo un mundo nuevo y no puedo evitar sentir un vuelco el corazón viéndola asi, también sé que  esto le va a hacer bien porque por dos dias la voy a tener distraída sobre el tema de Frank y va a poder visitar lugares nuevos, quiero enseñarle todo el mundo que descubra todo lo que puedo darle, una cálida sensación se asienta en mi alma

— ¿Qué?— me pregunta Natacha curiosa debí quedarme viéndola mucho rato

—Nada, solo pensaba en que podemos aprovechar y pasear, hay lugares muy lindos— ella asintió

—Me encantaría— dice mientras sonríe,  el avión empieza a encender los motores para despegar y tomo la mano de Natacha, ciertamente me da un poco de vértigo sobre todo el momento en que despega, Natacha me inspecciona curiosa y no quiero que se dé cuenta de que soy un boludo

— ¿Alguien le tiene miedo a los aviones?— pregunta mientras inclina su cabecita de lado haciendo que su pelo caiga en cascada, le doy mi sonrisa segura aunque vacilo

— ¿Yo? ¿Temor? Nop, solo me gusta tocarte— le confieso mitad verdad mitad mentira ella se ríe

—ok, aunque qué pena, ya que si hubiera sido el caso yo podría haberte distraído como una asistente profesional— me dice mientras pasa su lengua sobre sus labios. ¡Oh mierda! ¡Que me condenen!

—En ese caso puede que necesite distracción— ella sonríe sensualmente y se acerca a mi hasta tener sus labios a centímetros de los míos su cálido aliento me acaricia

—qué bueno porque llevo pensando hacer esto desde que nos subimos— me dice y no aguanto más y la atraigo a mí, sus labios chocan con los míos haciendo que mi boca explote con su sabor exótico, su lengua baila cálidamente con la mía y el calor va bajando concentrándose en una sola parte, es increíble que con solo tocar sus labios mi cuerpo se sienta caliente y ansioso en este momento estoy deseando llevarla atrás y follarla hasta que quedemos sin sentido, pero necesito que el momento sea el adecuado para hacerla mía. Ella besa mi boca y va mordiendo de vez en cuando mi labio inferior para luego  pasar su lengua, Demonios me encanta cuando hace eso, empiezo a desabrochar su camisa para meter mi mano bajo su ropa ella se acerca más ansiando mi toque y me enloquece sentir su cálida piel, es tan suave, logro llegar a uno de sus pechos y los masajeo ella empieza arquearse y sus respiración empieza a ser inestable, despego mis labios a duras penas de los de ella pero es que necesito saborear su piel asi que hago mi recorrido hasta su cuello ella empieza a gemir gustosa, una de sus piernas las sube sobre mi rodilla y su mano la pone sobre el bulto de mis pantalones, las cosas se están poniendo realmente calientes necesito tanto desnudarla y tenerla bajo mío, arriba en mil maneras para poseerla como nadie jamás. Mi otra mano empieza acariciar la pierna que tiene sobre la mía hasta llegar a su muslo ella se estremece bajo mi tacto, justo en el momento en que estoy llegando a sus bragas para sentir que tan lista esta, ella me detiene

—No, no puedo, todavía no— me dice con voz apenas audible, eso me descoloca un poco pero lo respeto sé que hay algo más que ella no me está contando conociéndola no puedo presionarla si no se cerrara como una condenada caja fuerte.

—Está bien preciosa— le digo tranquilo y beso la parte de arriba de su cabeza

—Lo siento es solo que, creo que me bloqueo— la callo con un beso suave

—No pasa nada, tenemos todo el tiempo del mundo, ¿quieres hablar?— ella niega y me da una sonrisa triste, nos desenredamos y pongo un brazo alrededor de sus hombros y la abrazo para que se sienta protegida, gracias a dios nadie entro, pero no sé cómo hacer para bajar mi bulto. Ella se empieza a reir

Serie Second Chances: Mi luz en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora