Capitulo 22

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Natacha/Geraldine

—Muy Bien Nena al despacho. Vamos— demando dándome un chirlo en el culo, grite por la sorpresa y lo fulmine con la mirada, el no hizo caso y me dio su sonrisa de lado

—No finjas. si te encanta— declaro dándome otro chirlo más y saliendo a correr como un niño, lo seguí instantáneamente y lo alcance justo en la entrada del despacho. Cuando el daba la vuelta para estar frente a mi le salte encima el me tomo instintivamente de mi culo, mientras yo lo rodeaba con mis piernas y nos besamos, tan intenso y feroz como veníamos deseando desde el dia que se fue, mi mente se dirigió al dia del sexo telefónico y me cuerpo se sobrecalentó de deseo, pude sentir como su erección iba creciendo y poniéndose duro, él nos llevó hasta el escritorio, y me bajo suavemente mientras me besaba, mientras que yo le desabrochaba todos los botones de la camisa necesitándolo, el bajo los brazos para ayudarme. Me saque mi blusa por arriba de la cabeza y me quede en corpiño él se deshizo de el en un suspiro, sin perder tiempo tomo uno de ellos y se lo metió en la boca, mordiéndome el pezón, mientras me enviaba un látigo electrizante que recorría todo mi cuerpo hasta mi clítoris. Jadee, el con la mano le daba atención al otro pecho

—Tan suave, tan jodidamente suave— le hablaba a mis pechos mientras no paraba de intercalarse entre ellos chupando, lamiendo y mordiendo, estaba construyendo dentro de mi ese deseo intenso, quería tenerlo dentro, quería sentirlo extendiéndose en mi interior. Mis manos jugueteaban con su cabello, con su pecho fuerte y macizo, mi boca recorría su cuello, mientras arañaba su espalda

—Oh Cristian adentro… ahora—demande

—Un momento preciosa déjame saborearte— subió mi falda hasta mi cintura y me quito las bragas. Extendió mis piernas a cada lado apoyando mi tacón en la orilla del escritorio, estaba totalmente abierta y expuesta a él, quien se alejó para mirarme, como si fuera una obra de arte, evaluándome

—Joder nena llevo imaginándote asi desde que me fui— él se acercó a mi acaricio mis muslo interno, en una caricia dulce y a la vez tortuosa, lo quería dentro mio, y él no lo entendía. Sus manos llegaron a mi sexo

—Maldición Natacha, estas totalmente húmeda… ¿me deseas verdad? ¿Deseas que este dentro tuyo? ¿Qué calme ese ardor entre estos dulce labios?— mientras lo decía acariciaba con el dedo índice mis pliegues

—Sí, oh si Cris, lo deseo jodidamente de verdad— el sonrió y metió dos dedos sin avisarme mientras que con el dedo pulgar jugueteaba con mi clítoris, mis jadeos se hacían eco en la habitación mientras él me miraba perder la cordura, en sus ojos veía admiración, sus ojos azules dilatados de deseo parecían disfrutar más que yo. Sus dedos bombeaban dentro mio, haciendo que mi placer crezca cada vez más, hasta que no pude aguantarlo y exploto dentro de mí, fue como un torbellino de sensaciones recorriendo cada parte de mi cuerpo, vi un montón de estrellas y grite su nombre mientras mi orgasmo abandonaba mi cuerpo, cuando abrí los ojos vi a Cristian embelesado mirándome, lamio sus dedos

—Delicioso, podría vivir de tu sabor— me dijo lo acerque a mí y nos besamos, pero yo quería más, asi que baje el cierre de su pantalón y saque su miembro duro y erecto, lo acaricie y el exhalo, lo guie hasta mi entrada y el con una sonrisa perezosa se introdujo en mi de una sola estocada

—Aaah— grite mientras el gruñía, lo sentía dentro y era maravilloso era como si el perteneciera ahí, como si mi cuerpo fuese moldeado para él. Empezó a moverse dentro mio, sentía como salía y entraba, mientras arañaba su espalda por el placer que eso producía, el tenía una arruguita en su frente de concentración, mientras una fina capa de sudor se instalaba ahí

—Sos tan estrecha amor mio. Tanto que parece otro mundo— el jadeaba y se extendía en mí. Su cuerpo sobre el mio. Hundiéndose hasta el fondo en mi interior sus estocadas eran cada vez más rápidas hasta que el segundo orgasmo estallo en mi con una descarga dulce del clímax, me recorrió de arriba abajo, me mordí el labio inferior preparándome para la oleada de intensidad recorriendo mis venas. Cristian se vino conmigo con un grito gutural que estremeció mi cuerpo.

Serie Second Chances: Mi luz en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora