10 años después
El maldito celular está sonando, tanteo mi mesa de luz para encontrarlo, cuando lo hago es Ryan
-¿Qué paso?- contesto enojada y con la voz ronca por el sueño
-tienes que venir esta noche Carla está descompuesta y no puede, tengo una fiesta de soltero y necesito gente
-No puedo es mi franco—
-Dije que vengas y punto por algo te pago- maldito Ryan
-ok estaré ahí maldita sea-
-Sabía que podía contar con voz dulce, adiós- me corta
-como si me quedara de otra-digo mirando al celular, miro la hora son las 6 tendré que levantarme para no llegar tarde arrastro mi perezoso trasero hasta el baño y me pego una ducha, termino me dirijo a mi habitación-cocina y busco entre la ropa algo que ponerme pollera corta negra y top brillante muestro mi ombligo con mi piercing es sexy por ultimo unas botas largas termino de cambiarme me maquillo y voy a la cocina por un café bien fuerte me siento y me prendo un pucho inhalo el humo hasta mis pulmones ya puedo empezar mi día-noche, que mierda tener que trabajar hoy con un grupo de hombres pajeros que miran y tocan mi cuerpo pero tengo que hacerlo para poder irme del basurero en el que vivo , tocan la puerta
-quién es?- grito
-Vengo por lo del alquiler- Mierda todavía no tengo toda la plata, voy a la puerta y abro, ahí está el idiota del dueño le doy mi mejor sonrisa
-Hola Beto todavía no tengo toda la guita podes pasar mañana?
-No, hace una semana que me venís con lo mismo- me mira de arriba abajo y se lame los labios, “viejo asqueroso”
-A menos que tengas algo que ofrecer- estoy acostumbrada a esto
-Está bien pero solo una mamada – él me sonríe, lo dejo entrar y se desabrocha los pantalones saca su miembro semi erecto me arrodillo y me lo meto en la boca se la chupo mientras sigo el movimiento con la mano, él va gimiendo y puteando hasta que en menos de 2 minuto acaba me levanto voy tomo un papel para que se limpie me cruzo de brazos
-Muy bien muñeca mañana paso y espero tengas la plata-
-ya te dije mañana la tengo- le digo exasperada maldito viejo aprovechador cierro la puerta cuando se va y voy al baño a vomitar también me largo a llorar
Cuando entro al bar mi jefe ya está en la barra supervisando todo, me acerco y ciento en la banqueta me prendo un cigarrillo
-De cuantas personas estamos hablando en la despedida Ryan?—le pregunto mientras suelto el humo
-Unos 10 tipos el chico se casa pasado mañana y sus amigos me pidieron 3 chicas así que estas en el vip, están forrados de guita Natacha – sonrió si saco una buena esta noche voy a poder juntar lo suficiente para pagarle al viejo asqueroso
-Ok voy a cambiarme –
El bar es muy conocido estoy trabajando acá desde que tengo 18 años Ryan me encontró un día y dijo que con mi cuerpo podía ganar mucho, vivía en la calle y él se ofreció a darme una habitación del bar así que acepte no tenía otra opción, aparte solo tenía que bailar una vez que hice bastante me conseguí un piso, que parece más una caja de zapatos pero por lo menos dependo de mi misma, el bar abre todos los días excepto domingos y lunes, mi nombre en este lugar es Natacha nadie puede preguntar nuestros verdaderos nombre y por eso usamos pelucas y antifaz muchas de mis compañeras tiene otra vida fuera de estas paredes algunas están en primer año de facultad otras están a mitad de una pero acá es plata fácil y no se permite tocar si nosotras no lo consentimos muchas de las chicas que van al vip ofrecen sexo y se llevan buena plata, yo todavía no probé eso, solo me desnudo frente a ellos y si puedo sacar algo es haciendo buenas mamadas pero nunca sexo, trato de tener aunque sea ese límite. No es la mejor vida pero hay que sobrevivir y espero poder irme pronto de esta ciudad según mis cálculos en unos 5 meses voy a tener lo justo para pirarme y no volver jamás, pienso ir a los ángeles y probarme como modelo tengo un buen cuerpo y sé que soy bonita es lo que siempre me trajo problemas…
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Serie Second Chances: Mi luz en la oscuridad
Chick-LitAmor = Violencia Amistad = Soledad Familia = Abandono Una bailarina de caño que exhibe su cuerpo para pagar el alquiler con un pasado difícil de olvidar Un hombre obsesivo con el trabajo que no tiene tiempo para el amor... Sus caminos se cruzan... l...