Capitulo 18

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—“Estoy cansado de ti”— Me gritaba el— ¡Por tu culpa perdí todo!— yo lloraba sin parar, mientras el me pegaba con el cinturón de su pantalón

—Basta Frank, es solo una niña— el dejo de mirarme para prestarle atención a mi mami

—Tu, cállate ¡maldita zorra!— le dijo a mi mami, para después irse por la puerta, mi mami tembló ligeramente y abrió sus brazos para que yo me acobije en ellos, acaricio mi cabeza y me canto una cancioncita que yo amaba.

Me desperté de sobresalto, otra de mis pesadillas. Mire el reloj de la pared eran las once de la noche y Cristian no había vuelto me había quedado dormida en el sillón esperándolo. Ahora cada noche que duermo con Cristian las pesadillas no vienen sin embargo hoy sí. Dicen que el propio subconsciente esconde recuerdos traumáticos para auto protegerse, supongo que este era uno de ellos. Me pregunto ¿porque mi mama lo eligió a el antes que a mí? Es algo que no voy a poder responder nunca ¿Qué habrá sido de ella?. Mi teléfono celular suena

— ¿Hola?— pregunto

—Princesa, discúlpame que no llegue para la cena, pero me surgió un imprevisto y tengo que viajar a Hong Kong por una reunión que no se puede llevar acabo aquí— me contesto Cristian

—Puedo estar lista en 15 minutos—Le digo, el suspira y su voz sale con un deje de tristeza

—Mi vida, desearía que fueras conmigo pero me tengo que quedar unos dias y pasado mañana Thomas tiene que reunirse con unos inversionistas y como yo no puedo estar me gustaría que estuvieras presente— mi estómago cayo a mis pies, él se iba sin mi

—Bueno, está bien. ¿Pero cuantos dias vas a estar ausente?— aunque quise disimular en mi voz se notó el nerviosismo, él se quedó callado un rato y me imaginaba su carita pensando a toda marcha

—Desearía que pudieras venir pero es lo mejor asi, Dimitri y los demás te van a custodiar en todo momento y por favor no te escapes de su vista, por favor Natacha— podía ver su mirada autoritaria y una sonrisa se dibujó en mi cara

—Una promesa es una promesa—

—Cúmplela. Princesa yo ya estoy en el aeropuerto asi que cuando aterrice te llamo, descansa y mañana hablamos…— se quedó  en silencio como sopesando la idea de algo pero no dijo nada mas

—Cuídate Cristian. Un beso— corte el silencio

—Muchos besos para vos Nena, sueña conmigo— y colgó intentaría con todas mis fuerzas soñar con él.

Fue una noche difícil no pude pegar ojo en ningún momento aunque sabía que Dimitri daba recorridos por la puerta de la habitación no podía dormir bien pensando en todas las cosas que estaban pasando en mi vida, como Frank de la noche a la mañana volvió como una pesadilla haciéndose realidad, no podía sacarme de la cabeza la muerte de ese chico, que si me ponía a pensar fue por mi culpa por que el no pudo llevar a cabo el secuestro, no me gusta pensar que hay gente que puede peligrar su vida por mi culpa, también me saca de quicio saber que el sea tan hijo de puta, de pronto sentí la necesidad de investigar por mi cuenta también, era una chica grande y podía arreglármelas sola no podía poner todo en manos de Cristian. Por otro lado me ponía triste estar lejos de mi peli negro de ojos azulados me había dado cuenta que estaba tan acostumbrada a su cercanía que se me hacía difícil pensar en no estar a su lado, también me asustaba depender de eso pero paso sin darme cuenta, cada dia, cada acción de él fueron impregnándose en mi corazón, estar con el era como vivir una vida paralela, sus besos, sus caricias la forma en que congeniábamos en la cama eran cosas que no me habría imaginado ni en mi mejores sueños, él es increíble sobre todo cuando me cuida, cuando me hace reir, su inteligencia su forma de fruncir el ceño cuando se concentra o no encuentra lo que busca, su sonrisa de lado tan sexi con esos ojos azules como el océano me encantan y ahora lo extrañaba y solo había pasado una noche sin el, aunque en mi cabeza cosquillea la idea de porque tendría que haberme dejado si se supone que soy su secretaria personal, mano derecha o algo asi ¿no me necesitaría?

Serie Second Chances: Mi luz en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora