Capitulo 19

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Natacha/Geraldine

—Hola nena—

—Hola— sonreí a través del celular era las 12 de la noche—¿Cuando vuelves?— era la misma pregunta que le hacía desde hace tres dias

—En dos dias vuelvo, ¿Qué llevas puesto?— pregunto en tono juguetón, mi vientre se contrajo con su voz ronca y deseosa

—Tu camiseta— lo sentí sonreir

—Mmm nena, te extraño— dijo en un susurro

—Yo también—

—Te deseo, no dejo de pensar en vos, cada segundo del dia ansió tenerte cerca, besarte morderte esos  labios que son mis favoritos, acariciarte entera… nena en solo pensarte de esta manera me pongo duro como una roca—

—Cristian!— lo reprendo y lo escucho reir

—Mi cielo no te me sonrojes—

—Que bobadas dices? Sonrojarme yo?—

—A través de la pantalla puedo imaginarte sonrojada— efectivamente me estaba poniendo colorada no se por qué, a estas alturas sus palabras tendrían que ser parte de mi pero la realidad es que escucharle hablarme asi, me encendía

—Tengo ganas de jugar a algo— eso despertó mi curiosidad

— ¿A qué?—

— ¿Dónde estás?

—En tu habitación, acostada sobre la cama—

—Bien quiero que te quites mi camiseta y te quedes solo en bragas— hago lo que me pide con un cosquilleo de adrenalina en mis venas

—Bien— le digo

—Ahora hermosa masajéate los pechos como si fuera mi mano—

—Mmm bueno— hago lo que me pide imaginando que es su mano la que acaricia mi piel y sabiendo que el está del otro lado escuchándome me enciende mas

—Ahora quítate las bragas— lo hago y para volverle loco le digo

—Estoy Húmeda—Su grave gemido me produce escalofríos de placer.

—Bueno Princesa aquí empieza el juego y las reglas son que No hables. Y no te toques a menos que yo te lo diga. Ese es el juego, Has lo que te digo y solo eso ¿queda claro?

—Sí —murmuro al borde del calentón de mi vida nunca lo había visto mandón y me gustaba.

—Buena chica. Me deseas, ¿verdad?—

—Sí, mucho—

—Yo también la deseo. ¿Esto te pone húmeda?—

—Sí—La palabra me sale ahogada. Lo cierto es que estoy a tope, caliente, húmeda y desesperadamente cachonda. no me cabe duda de que en este estado diré sí a todo con tal de que vaya más allá, de que me lleve más lejos.

—pon en altavoz el móvil y déjalo cerca de ti y recuéstate bien en la cama. Quiero tu dulce culo Desnudo sobre mis sabanas—

—Sí —consigo articular mientras hago lo que me ha dicho.

—Abre las piernas —Su voz me rodea. Su tono es grave y autoritario, poderosamente sensual—.Recuéstate y cierre los ojos. Ahora deja una mano en la cama y pon la otra justo por encima de tu rodilla .Obedezco. Noto mi piel ardiendo.

—Mueve el pulgar —dice—. Muévelo lentamente, hacia delante y hacia atrás. Despacio, muy despacio. ¿Lo estás haciendo?

—Sí—

Serie Second Chances: Mi luz en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora