𝑩𝒆𝒚𝒐𝒏𝒅 𝒊𝒕 |𝑱𝒂𝒔𝒑𝒆𝒓 𝑯𝒂𝒍𝒆|

ＥＩＧＨＴ

1938

El mundo se encontraba a las puertas de comenzar una guerra, Lenna era consciente de ello y de que iba a marchar con el propósito de ayudar en el ejercito como había hecho em la guerra de Texas.

Emmett había adoptado el apellido de Carlisle y había comenzado una bonita relación con Rosalie. Ellos eran pura química, puro amor carnal, se querían y se cuidaban.

El Clan Delani estaba formado por Kate, Tanya, Carmen y Eleazar, habían aceptado a todo los miembros como si de una familia se tratara. En aquel momento Lenna había descubierto que tenía un don, este se arraigaba a su habla. Era capaz de hacer que los humanos hicieran lo que ella quería con solo mirarlos fijamente, solo lo usaba para beneficio de la familia.

Emmett había pedido a Lenna acompañarla a cazar, con mucho nerviosismo, algo extraño porque era Rosalie quien la acompañaba siempre para controlarlo. Alguna vez Emmett se había revelado y había probado la sangre humana por lo que Lenna se enfadaba mucho con él y le reñía.

—¿Lenna podemos hablar? —Emmett dejó el alce del que los dos se estaban alimentando y se sentaron en un tronco en silencio.

—¿Todo bien? Te noto nervioso

—Si, yo... bueno se que Rose te ve como una figura materna y... bueno quería pedirte algo —Sonrió el chico mientras sacaba un pequeño estuche de su bolsillo.

—Oh Emmett —la chica sabía por donde iba la conversación y aquello la estaba poniendo muy contenta, sobre todo con que el pidiera permiso para aquello.

—Yo normalmente esto se diría al padre, pero eres muy importante para Rose y... yo quiero saber si... me das su mano para casarme con ella, para que sea mi esposa

—No —contestó seria la chica mientras lo miraba— no te la doy por que ella es la que debe decir que sí no decido sobre ella. Pero si tienes permiso para pedírselo Emmett Cullen, ahora entiendo por que no querías mi apellido...

—Sería raro —ríe mientras carga al alce para llevarlo cerca de la casa y que los demás tuvieran un pequeño bocado de aquello.

Al llegar a la casa Rosalie fue la primera en recibirlos y preguntar cómo había ido la caza.

—Tu oso se ha portado bien —río la chica mientras entraba en la cabaña y se sentaba junto a Carmen y leía con ella, el libro que tenía a medías mientras Edward tocaba una pieza al piano.

Su relación con Edward volvía a ser fraternal, Edward le contaba lo que había hecho el tiempo que estuvo solo, aunque Lenna presentía que se ahorraba algunas partes para no hacerla enfadar.

Una semana más tarde de aquella conversación Emmett Cullen le proponía a Rosalie pasar toda la eternidad juntos, y una emocionada Rosalie le daba el sí. Al llegar a casa, Rosalie corrió en búsqueda de Lenna y le mostraba el precioso anillo con emoción.