Cap 34.

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—Vamos, Mariana.— la agarró de la cintura con su mano libre, ya que con la otra sostenía una botella de cerveza, y luego la hizo pasar. Le susurró algo al oído y ella comenzó a reír. Luego, la llevó escaleras arriba, donde se encontraban las habitaciones...

—Lo voy a...— estaba a punto de armar un escándalo pero Evan me cogió de la cintura.

—Espera...¿qué quieres hacer? No me digas que ahora tú le irás a romper la nariz a esa zorra, ¿o si?— alzó una ceja divertido y no pude evitar reír, la había llamado zorra.

—Tienes razón...— me di la media vuelta y arrastré a Evan a la pista de baile improvisada que habían hecho en la sala de estar.

Nos quedamos bailando muy pegados un buen rato y luego nos dirigimos a la "barra" que habían armado en la encimera de la cocina. Estaba dispuesta a divertirme esa noche.

~•~

La mayoría ya estaban tirados en los sofás o en el patio trasero, ebrios a mas no poder, y yo...bueno, admito que estaba bastante...mareada...

—Evan...—dije como si fuese una niña pequeña, la verdad era que ya no podía ni levantarme. Estábamos sentados en una de las reposeras que se encontraban alrededor de la piscina. Ya tenía frío y quería irme a dormir.

—¿Si...?– respondió casi de la misma manera que yo.

—¿Me llevas a la cama?—pregunté pero me puse totalmente roja al darme cuenta de como sonaba eso. Él sonrió divertido y me miró con una ceja levantada.

—Nunca me lo habían pedido tan directamente pero si insistes...— se levantó y me cargó en brazos.

—¿Si sabes que me refería a dormir, verdad? Sólo dormir...—rodeé su cuello con mis brazos para sostenerme mejor y recosté mi cabeza en su pecho.

—Lo se...— sonrió.

En el camino nos encontramos a Tammy prácticamente comiéndose a un chico.

—Eh...que la fiesta ya terminó, vete a tu casa.— dije dándole un empujón al chico mientras pasábamos. Tammy rió y el chico me miró extrañado pero luego siguió con lo suyo.—Espera un segundo...— le susurré a Evan, que seguía caminando. Él frenó y se volvió hacia Tammy.— La última vez que interrumpo, lo juro.— dije mientras ellos se despegaban.—Tammy y...chico. ¿Podrían encargarse de sacar a todos?— hice cara de perrito.

—No te preocupes, de eso me encargo yo...— dijo Tammy y segundo después comenzó a gritar que la policía había llegado. Todos, incluso los que parecían muertos y estaban desparramados por el piso, se levantaron rápidamente y salieron corriendo. Yo reí y Evan siguió caminando escaleras arriba.

Escondí mi rostro en su cuello y pude sentir su perfume...exquisito...

Sonreí por mi pensamiento.

—Llegamos...– dijo cuando estuvimos frente a la puerta. Yo era la encargada de abrirla, por supuesto, ya que él tenía sus dos brazos ocupados.

Abrí la puerta y...no podía ser. Mau y Mariana estaban desnudos, en MI CAMA.

Me bajé de los brazos de Evan y me acerqué a la cama.

—¡¿QUÉ DEMONIOS TE PASA, PEDAZO DE IMBÉCIL?!— comencé y Mau se sobresaltó y se bajó de encima de la puta.— ¡ESTA ES MI CAMA!—continué y él sólo me miraba atónito. — ¡SI QUERÍAS HACER TUS COCHINADAS CON ESTA ZORRA, HUBIESES IDO A TU MALDITA HABITACIÓN! ¡TE JURO QUE TE VOY A...—Evan me arrastró fuera de ahí.—¿Que te pasa? Dejame romperle los...

Impossible (Screamau y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora