Veinticuatro.

5.3K 258 54
                                        

Siena

Pasé mis manos por mi cara limpiando las lágrimas que se acumulaban en mis cachetes y miré a Flor mordiéndome el labio. No quería pasarme toda la tarde llorando como una tonta, pero sinceramente no sabía qué más hacer.

La chica me había ofrecido ir a su casa después de pasar la última hora de clases conteniéndome las lágrimas y viendo cómo Manuel, Flor y Mauro empujaban y gritaban a Mateo cuando él trataba de acercarse para hablar conmigo. Sin embargo, rechacé su invitación y finalmente había traído a los tres a mi casa, aprovechando que mi madre no llegaría hasta bastante tarde esa noche.

- Te juro que le voy a dar la piña de su vida.- Exclamó Mauro poniéndose de pie. Tanto Manuel como él se habían sentado a mi lado en la cama, mientras que Flor había tomado asiento en la silla de mi escritorio.

- No quiero que se enojen con él por eso.- Hablé sorbiendo mi nariz y los tres me miraron.

- Uh, Siena, mirá si no nos vamos a enfadar.- Dijo Manuel haciendo un exagerado gesto con sus brazos.- Es un pelotudo, no te merece.- Afirmó y Flor y Mau asintieron con la cabeza.

- Lo cierto es que él puede hacer lo que quiera.- Me encogí de hombros mirando al suelo y Mauro pasó su brazo sobre mis hombros, dejando que apoyase mi cabeza en su hombros y me apretó un poco contra él. Era reconfortante saber que a pesar de todo, ellos tres estaban ahí para mí, pero tampoco quería que se enojaran con Mateo por mi culpa.

- ¡Claro que no, él quería hacer la cosas bien con vos y lo único que no tenía que hacer era chaparse a otra!- Exclamó Flor llevándose las manos a la cabeza y yo alcé la vista para verla.- Es que no entiendo nada, él está hasta las manos con vos y realmente quería llegar a estar en algo con vos, nunca le había visto así.

- No puede ser tan pajero como para mandar todo eso a la mierda por chaparse a una mina.- Observó Manuel.

Yo no dije nada, simplemente traté de controlar los impulsos que me llegaban cada vez que recordaba la imagen de Mateo y aquella piba chapando, tratando de no comenzar a sollozar de nuevo.

- Es un gil.- Murmuró Mauro dejando un beso en mi frente y yo esbocé una triste sonrisa.

- Nunca fuimos nada, igual.- Apunté.- Realmente nunca dijimos que teníamos una relación o algo.

- ¿Por qué le defendés, Sie?- Preguntó Flor apoyando su codo en mi escritorio y su cara en su mano.- Es un pajero y ya está, me dijo que no jugaría con vos y que de verdad estaba enganchado, y no ha podido mantener su palabra ni por una semana.

Yo agaché la cabeza. Me hacía mal pensar en eso. No entendía por qué le habían importado tan poco mis sentimientos si realmente le había dicho eso a su mejor amiga. Mateo podía ser un pajero, pero nunca sería capaz de mentirle a Flor.

- Bueno, ya fue, hablemos de cualquier otra cosa y mañana salimos de joda juntos, así te buscamos otro wacho para coger y sacarte el estrés.- Sugirió Manu y yo le miré con los ojos entrecerrados.

- ¿Hicieron los deberes de literatura?- Inquirió Mauro rápidamente, cambiando de tema.

Justo cuando iba a contestarle que sí, el celular de Flor comenzó a sonar y ella lo sacó de su campera y nos miró a los tres.

- Es Teo.- Susurró y yo me puse tensa.

- Atendelo y ponelo en voz alta.- Pidió Mauro y ella así lo hizo, asintiendo con la cabeza.

- Flor.- Habló Mateo al otro lado de la línea con la voz rota, después de sorberse la nariz.

- ¿Qué querés, Teo?- Respondió Flor con voz cortante y Mauro me apretó más fuerte contra él. Todos estábamos casi conteniendo la respiración, expectantes de lo que Mateo tuviera que decir.

- ¿Estás sola?

- Si.- Mintió la chica haciendo una mueca y yo sonreí de lado. Le dolía mentirle a su mejor amigo, pero lo estaba haciendo por mí, y una sensación cálida inundó mi cuerpo al pensar eso.

- Flor, no sabes cuanto me arrepiento de lo de antes.- Habló él sollozando.- Solo hemos pasado dos horas sin hablar y te juro que la extraño, boluda.

Yo sentí una lágrima recorrer mi cachete, pero me mordí el labio para no llorar mientras Manuel se sentaba a mi lado y me abrazaba. Así Mauro me abrazaba desde la izquierda y Manuel desde la derecha. Sonreí de lado, eran re buena onda.

- Haber pensado eso antes de chaparte a la piba esa.- Suspiró Flor con voz cansada.- Me dijiste que no le ibas a hacer daño, Teo, y confié en vos porque nunca me habías fallado. Pero como siempre tuviste que pensar con la pija.

- Yo te juro que no se qué me pasó.- Exclamó y yo mordí mi labio de abajo tan fuerte que comencé a notar un sabor a sangre enseguida y lo solté.- Yo amo a Siena, Flor, vos lo sabes.- Susurró con la voz rota antes de sorberse la nariz.

Yo dejé escapar un sollozo y en seguida me tapé la boca con la mano, cerrando los ojos y haciendo que las lágrimas me cayeran por las mejillas.

- Si eso es verdad ve hasta su casa, plantate en la puerta y decile todo esto a ella, a la cara.- Habló Flor con voz firme.- No vale de nada que me digas todo esto a mí, tenés que tener los huevos de ir y recuperarla. Haz algo bien por una vez en tu vida, Mateo.

Acto seguido colgó la llamada, con los cachetes rojos por la rabia y nos miró con una sonrisa.

- Wow.- Logró articular Manuel.

- Como no venga le corto la pija.- Dijo Flor guardando su celular en su bolsillo.








luego lo corrijo brosss

Inocente; Trueno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora