Capitulo 18

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POV Daniela.

Triste, decepcionada... Así me sentía ante los ojos de María José, y justo ahí entendí que por más que me forzará a ser una (mejor) persona ante las personas ellos nunca reconocerían todo el esfuerzo que hacemos para poder encajar en este mundo, Y me dolía, me dolía mucho...saber que era ella la que me estaba juzgando... 

- ¿Que? no, no puede ser verdad-

- Si lo es, dije - 

Dio media vuelta sobre su eje y llevo sus manos hasta la cabeza en modo de frustración, Mi mirada era completamente fría, me sentía calmada, pero también me sentía dolida, -Me prometí, que mientras estuvieras cerca no permitirá que nada te pasará, cuando recibí tu llamada me encontraba durmiendo- pronuncie.
- Luego escuché tu voz, y supe que habías consumido alcohol... Y luego escuché la vos de tu amigo, y me imagine muchas cosas, y no dude en un segundo en venir a buscarte - añadí, me giré sobre mis talones y la seguí hasta el balcón de su habitación.
- Por mi mente pasaba muchas cosas, cosas que he vivido, cosas que he visto, y si, tenías razón cuando me dijistes que era una inrresponsable, tal vez soy la peor persona de este mundo, pero sabes que  también soy valiente...¿Sabes por qué ? Por qué lloro gran parte de la noche y al día siguiente lo acepto me levanto y intento sonreírle al mundo... Muchas veces pienso en por qué no la cuide, si yo hubiese estado con ella seguramente seguiría conmigo... ¿Pero sabes? -tome un Suspiro y me limpie algunas lágrimas, mientras la veía en el balcón de espaldas y escuchaba sus sollozos-
- Por mi, ella ya no está aquí... Y ¡Mierda!- exclamé con desesperación.
-Si tan solo hubiese seguido mis instintos, y no los putos celos seguramente, estaríamos acostadas viendo las estrellas... Pero no... El destino nos separó para siempre 
Solo valora a lo que más quieres, en este mundo, por qué no sabes cuando será las última vez que lo vas a ver-...
solloce, mientras sentía que me quemaban por dentro, y volvía a sentir el dolor del vacío que había dejado Megan, mis lagrimas se deslizaban por doquier, María José aún no era capas de mirarme, se mantenía de espaldas mirando la vista que tenía desde su balcón, di vuelta y di grandes zancadas hasta que llegue al baño, tenia que calmarme, no era muy habitual que alguien me viera destrozada así como lo estaba ahora, abrí el grifo y me eche un poco de agua en el cuello para luego hacer la misma acción, pero en esta ocasión sería en mi rostro, aún sentía algo de dolor y ardor en el cuerpo, pero eso ahora era lo de menos, limpie un poco más mi cara y después salí, encontrándome a poche delante mío.

-- Perdoname, perdoname por todo por favor perdoname-- dijo, mientras se abalanzaba y se aferraba a mi cuerpo su cuerpo temblaba, y sentía como sollozaba, -- Tranquila -- pronuncie, mientras la envolvía en mis brazos...
así duramos más de cinco minutos, ella aferrada ami como si fuera su mundo, mientras que yo le daba pequeñas Caricias en su espalda, simplemente no podía estar brava con ella por muy dolida que estuviera...

-- Por favor quédate-- suplico.

-- Solo si prometes ser mi enfermera-- bromee.

Ella sonrió un poco, luego me agarró de la mano y nos dirigimos hasta su cama, allí ella un poco sonrojada, me pidió que por segunda vez me quitara la camiseta, vi el efecto que tenia en ella así que por molestarla me quite la camiseta muy despacio, después de algunos quejidos y muecas de dolor María José dio por terminada su labor de enfermera.

-- Gracias-- dije, mientras ella recogía todo nuevamente.

-- No tienes nada que agradecer, alcontrario por mí es que estás así--  respondió mientras me miraba con culpabilidad, negué inmediatamente y le dejé en claro que sí estaba así era por cosas del destino, y seguramente en una semana ya no tendria nada llevando todos los cuidados necesarios, luego de cinco minutos de una profunda charla la pude convencer.

- ¿Tienes alguna camiseta grande -? Pregunté, parecía un poco confundida, así que me señale el vestuario que llevaba puesto, está de inmediato entendió.

- Claro- respondió, se dirigió hasta su guarda ropa rápidamente, al los pocos segundos me dio una camiseta de color negra perfecta para mi.

- Es mia - pronunció mientras salía de su cuarto, con el botiquín que minutos antes había traído, fruncí mi ceño al no entender a qué se refería, me fui nuevamente hasta su baño y allí empezé a quitarme muy despacio las prendas que aún traía, una ves termine quede únicamente en ropa interior, por suerte mi ropa interior consistía en un top negro y como secundario un interior que me llegaba hasta la mitad de mis muslos así que reconsiderando lo de la camiseta opte por no ponermela y dormir tal y como estaba, acontinuacion tome la camiseta que se me hacia particular mente conocida, di varios vistazos y efectivamente era mía, recuerdos de la vez que le preste la camiseta y nunca me la devolvió llegaron a mi mente.
Luego de permanecer un poco más de tiempo en el baño. Salí y allí se encontraba ella, específicamente en la cama, sinceramente estaba un poco nerviosa, pero nada que yo no pueda dominar. Di unos cuantos pasos más y llegue hasta donde estaba ella

- Así que me has robado mi camiseta y ahora te crees la dueña- la mire con mi ceño fruncido, alzó su mirada y me miró inapropiadamente, - ¿Te gusta lo que vez - pregunte, rápidamente cambio su mirada y se centró en mi rostro.

- - Si, si me gusta lo que veo, ¿ A ti no te gusta lo que vez ? -- Respondió, devolviendome la pregunta quitando su endredon y levantadoce caminando hasta mi, mi mirada se dirigió hasta su cuerpo, llevaba puesta una diminuta pijama roja, que dejaba ver sus lindas y trabajadas piernas.

-- Respondeme-- susurro a centímetros de mi rostro. 














¿ Coménteme, que tal le está pareciendo la historia ?

Voten... Kises

MI ULTIMA LAGRIMA - Pausada-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora