Alexa
No me fío mucho de éste tipo. Ni nos conocemos y me ofrece un refugio. No soy tonta, seguramente es una trampa. Así que debo estar alerta.
— No me va bien en grupo.— dije acariciando a Alaska.— Digo, no nos va bien en grupo.— corregí.
— Estas aquí a la deriva en la carretera, no dentro de mucho comenzarán a emigrar los caminantes y te chocarás con ellos aquí.— dice observando el perímetro.
— Bueno entonces tendré que emigrar antes que ellos.— dije sonriendo de mala manera.
— Mira Alexa, estamos tratando de formar una comunidad. Con gente y muchas actividades. Te he estado observando hace unos días y veo que necesitas un refugio.— dice mirándome con atención el tal Rick.
— ¿Me has estado espiando?.— pregunté un poco extrañada.
— Mira, no dejo entrar a cualquiera donde viven mis hijos. Si te he elegido es porque creo que puede funcionar.— habla tratando de convencerme.
— ¿Como se si no es una trampa?.—pregunté.
— Te prometo si es una trampa el lobo me puede comer entero.— dijo sin más.
— Hecho.— dije bajándome del camión siendo seguida por Alaska.
Me parecía un trato bastante beneficioso para Alaska.
Rick comenzó a caminar y yo lo seguí por detrás, tenía mi arma preparada por las dudas y a una Alaska hambrienta también.— ¿Cuantos caminantes has matado?.— pregunta de la nada Rick.
— ¿Es broma no?.— pregunté incrédula. ¿Como rayos voy a llevar la cuenta de cuantos muertos he matado?.
— Claro que no.— dice mientras de adentra al bosque.
— No lo sé, parecen que fueron como un millón.— dije frunciendo el ceño.
— ¿Y personas?.— pregunta nuevamente.
— Siete.— dije recordando las vidas que pasaron por mis manos.
— ¿Porqué?.— pregunta mirándome.
— Porque se metieron conmigo.— dije devolviéndole la mirada.
— Está bien, bien hecho.— dijo sonriendo.
— Es lo qué hay que hacer.— dije mirando a Alaska que me seguía el paso.
Rick paró en seco y me asusté. Él me miró un poco extrañado de mi reacción. Mire al frente mío y había una enorme prisión.
— Este es mi refugio, bienvenida Alexa.— dijo orgulloso de su hogar.
— No es en serio.— dije recordando la cárcel. Ya la conocía. Una vez quise entrar y fue imposible. Estaba infestada.
— Nos ha costado mucho limpiarla, pero ahora es segura.— dijo mientras nos dirigíamos a la entrada.
— Yo he querido entrar hace un tiempo, fue imposible.— dije admirando la cárcel.
— Antes de que entres. ¿Tu perro no muerde no?.— preguntó señalando a Alaska.
— Es una buena chica, solo ataca si me atacan.— dije acariciandola.
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Warriors {daryl dixon}
FanfictionSomos los guerreros que construyeron este maldito mundo.