catorce

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Alexa

Creo que es la primera vez que en mi vida siento miedo. Nunca antes sentí miedo, ni cuando comenzó todo esto.
El simple hecho de saber qué probablemente nos maten no me deja muy tranquila. No poder volver y ver a Alaska, a Daryl que nos hemos vuelto muy cercanos. Espero que Michonne esté corriendo hacia la cárcel a decirle a Rick lo que había sucedido.
Maggie estaba llorando sin cesar, la podía ver por el vidrio retrovisor, Merle no la soltaba y le daba indicaciones a Glenn de cómo llegar mientras estaba en silencio al igual que yo. No pienso derramar una puta lágrima por estos imbeciles. No me van a ver débil porque como dijo Rick. Soy un hueso duro de roer, cómo Daryl.

Glenn paró el vehículo cuando estábamos enfrente de un muro lleno de ruedas y arriba de este había unos tipos haciendo guardia. Al bajarnos y los tipos ver a Merle con nosotros entendieron que éramos prisioneros.

Nos llevaron a empujones a una especie de habitación llena de chapas, nos sentaron en unas sillas y nos ataron. Maggie estaba al lado mío llorando desconsoladamente. Pero Glenn no está con nosotros.

—¡¿Donde está Glenn?!.— gritó Maggie para que le responda alguno de los inútiles que nos trajeron hasta aquí.

Estábamos solo nosotras dos. Glenn estaba en otro lugar. Los hombres que nos estaban atando se pusieron delante nuestro y se reían de forma burlona.

— ¡Pero qué guapa la mía!.— dijo mientras me apartaba el pelo de la cara.

No soy tuya pedazo de idiota. Soy mía.

— La mía igual.— dijo el otro mirando a Maggie que no paraba de llorar.

— Tu no lloras preciosa.— dijo tocándome la cara y acto seguido lo escupí.

Este sacó la sonrisa de su rostro y se limpió mi saliva. Me mira y me da una bofetada en la cara.

Sentí que se me puso todo negro, escuché a Maggie gritar más fuerte y yo simplemente me quede sin decir nada.

— Sigues sin llorar.— dijo el asombrado.

No le dije nada y lo mire desafiante.

— Vamos a ver si llora cuando le hagan lo que le hacen a todas las prisioneras aquí.— dijo el otro y se fueron riéndose.

Me entró una furia tremenda al escuchar esto y comencé a forcejear en la silla.

—¿Estás bien?.— preguntó Maggie entre lágrimas.

— Si, tranquila. Escucha hay una navaja en mi bota. Necesito sacarla y los mataré a todos.— dije un poco desesperada.

— ¿Donde estará Glenn? Dios mío lo van a matar.— dijo ella llorando.

— Maggie no lo van a matar. Tranquila, no llores más. No dejes que te vean débil, eres la mujer más fuerte que alguna vez vi en mi puta vida.— dije gritando la última frase.

Ella asintió y trató de calmarse.

Suspiré tras mis intentos fallidos de salirme de este amarre.

(...)

Un hombre entró por la puerta seguido de Merle. Este último tenía sangre en sus nudillos de la única mano que poseía.
Maggie al ver esto se puso como loca. Las dos sabíamos que la sangre era de Glenn.

—¿Donde está Glenn?.—pregunta lo más serena que pudo. Que no fue demasiado ya que su voz se vio quebrada y las lágrimas amenazaban con salir de sus ojos.

—Tranquila preciosa, tu novio todavía está vivo.— dijo Merle burlón.

Los dos me miraron a mi que no dije palabra alguna.

— ¿Te comieron la lengua los ratones querida?.— dice el otro hombre.

Lo miré de arriba a abajo sin decirle absolutamente nada.

— Eso es un si.— dijo el mismo tipo.

—Glenn me dijo que esta es la noviecita de mi hermano.— dijo Merle.

Yo reí ante ese comentario. Idiota.

— La verdad que no.— dije mirándolos mal.

— Pero a mi hermano le suceden cosas contigo. Te quiere.— dice Merle.

— Mira puto idiota, no se a qué punto quieres llegar con esto. Supongo que eres fanático de las telenovelas mexicanas. Que divertido un poco de chismes para llevar este maldito Apocalipsis.— dije riendo.

La sonrisa de Merle se esfumó por completo y el que estaba al lado de él se rio.

—Me agrada ella Merle.— dijo el de al lado.

(...)

Trate de mantenerme lo más serena que pude pero no pude. No lloré pero quise hacerlo. No sé cuantas veces han abusado de mi en estos días. Lo único que sé es quiénes fueron y quienes para después matarlos uno por uno. Malditos desgraciados, me han denigrado como mujer y como persona, me han sacado las ganas de vivir. En lo único que pienso cuando cierro los ojos es en las cosas que me hicieron, las cosas que me dijeron y que los voy a matar a todos. Uno por uno.

El tal gobernador que se hace llamar así aquí fue el primero, luego fue Merle. El puto hermano de Daryl, luego repetían. Como si fuese un puto plato de comida.

No se nada de Maggie. Se la llevaron para su primer encuentro con el gobernador y nunca la trajeron conmigo devuelta. Estaba un poco nerviosa, ¿y si la habían matado?.
No sé nada de Glenn ni de Maggie, y eso me asusta muchísimo. Nadie habla de ellos. Merle viene a decirme cosas de él pero no sé cuán reales sean.

— Quiero matarlos a todos.— dije mientras apretaba mis dientes con furia.

No se ni cuantos días han pasado desde que estamos aquí. Creo que dos o tal vez tres.

Han sido los peores tres días de mi vida. Y estos hijos de puta no se saldrán con la suya.

—¡VOY A MATARLOS A TODOS!.— dije ya sin poder contener la furia que llevaba dentro, era como un fuego que crecía cada vez más y más en vez de apagarse.

Sentí mis ojos arder. Enserio tenía ganas de llorar pero no lo iba a hacer. No me verán débil.

En lo único que puedo pensar y lo único que me calma es creer que ya nos vienen a buscar. Que ya van a matarlos a todos.

Hola chicas, en esta historia voy a hacer distinto al Merle de la serie y de la historia, porque si no todas las historias se tornan iguales. Sepan entender🥺

Warriors {daryl dixon}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora