trece

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Alexa

Glenn iba de piloto, Maggie de copiloto y yo estaba atrás con Michonne.
Estábamos yendo a una guardería que había a un par de kilómetros de la cárcel para buscar la leche de Judith.

— Debería empezar a comer papa Judith, porque ya no tendremos lugares donde ir a buscar leche.— dijo Glenn concentrado en la carretera.

— Es una bebé Glenn, le hace falta como unos largos meses de lactancia.— dije riendo.

— Hasta los seis meses mínimo.— habló Michonne.

Maggie estaba concentrada en el mapa y le iba dando indicaciones a Glenn.

— Nunca tendré hijos.— dije cambiando de tema.

—¿Porque no? Se ve lindo.— dijo Maggie graciosa.

— Lloran, comen, hacen sus necesidades en pañales.— dije un poco asqueada.

—Si, normalmente hacen todo eso.— dijo Michonne riendo.

— Además no quiero traerlo a sufrir a este mundo. Vivirá escapando, no tendrá una buena niñez.— mencioné.

— Eso decía Lori.— dijo Glenn.— Igualmente la tuvo a Judith.

— No pienso tener un bebé.— dije convencida.

— Da más labor que un lobo.— dice Michonne.

— Entonces no quiero saber nada de bebés, suficiente con Alaska.— dije riendo.

— Además el parto es peligroso.— dice Maggie.

— Ni hablar de eso. El dolor además, auch.— dije un poco nerviosa.— Voy a bajar la ventanilla porque hace calor.

Ellos rieron y no dijeron más nada. Hablando en serio; no quiero tener hijos. Me parece muy inhumano traerlos a morir, a crecer entre caminantes, entre personas que se matan por una miga de pan, el riesgo de terminar como la mamá de Carl; muerta. No quiero dejar a mi bebé a cargo de otros, porque no merecen cargar con mis responsabilidades.

Cuando quise acordar ya estábamos en nuestro objetivo. Acomodé mi arma y baje de la camioneta verde.
Los cuatro estábamos ya listos para entrar. El lugar no era ni muy grande ni muy chico, se veía bastante dejado y asaltado.

— No se cuanta suerte tendremos.— dijo Michonne.

—Esperemos que algo.— dijo Glenn caminando delante nuestro.

No hizo falta que forzáramos la puerta para entrar ya que estaba abierta. Nos dividimos entre Glenn y Maggie, Michonne y yo.

Despejábamos varias zonas por grupos para que sea mucho más rápido como les mencioné anteriormente.

— No parece haber mucho.— dice Michonne atravesando a un caminante con su katana.

— Tal vez encontremos una lata con suerte.— dije mientras revisaba las alacenas y ella me cubría las espaldas.

Chupetes, biberones y juguetes para bebés era lo único que había. Guardé todo lo que vi que iba a necesitar Judith.

— ¿Como sabes tanto de bebés, tenías sobrinos?.— pregunté curiosa.

— Tenía un hijo de hecho.— dijo tomándome por sorpresa su respuesta.

Deje de revisar las alacenas y la miré sorprendida.

— Esperé cualquier respuesta menos esa.— dije mirándola, para luego seguir buscando.

— ¿No parezco buena madre?.— pregunto graciosa.

— De hecho pareces muy buena madre.— dije mientras encontraba una lata de leche.

— Lo era. O al menos a André le parecía graciosa.— dijo ella.

Lo lamento.— dije mirándola con pena. Que dolor tener un hijo y perderlo en todo este Apocalipsis. ¿Como carajos juntas fuerzas para seguir?.

No me atreví a preguntarle qué le sucedió porque no quería incomodarla.

— Yo también lo lamento. Aunque es mejor que no haya pasado por todo esto.— dice ella.

—Estoy de acuerdo contigo.— dije apoyando mi mano en su hombro.— Deberíamos ir en busca de Glenn y Maggie.

Luego de terminar la oración se oyó un disparo fuera. La miré y corrí lo más rápido que pude hasta fuera cuando me frené en la puerta al ver a un hombre algo pelado y con un arnés en su mano sosteniéndola a Maggie por el cuello. Glenn estaba a mis espaldas con las manos hacia arriba en modo de rendición. Michonne no tuvo tiempo de salir y el hombre  no pudo verla.

—¡Vaya! Que linda sorpresa, otra muchachita.— dice el hombre.

—¡Suéltala!.— grite apuntándolo.

— Alexa, baja el arma.— suplica Glenn.

No entendí lo que dijo, ¿porque rayos la bajaría si tiene a Maggie?, y no lo bajé.

—¡Que la bajes o la mato!.— dice el hombre mientras aprieta más el arnés con un cuchillo en el cuello de Maggie.

Solté el arma y levante las manos.

—Quédate aquí.— le susurré a Michonne.

— Al lado de Glenn preciosa.— dice el hombre.

Camine al lado de Glenn sin bajar las manos.

— ¡Suéltala Merle! No te haremos daño.— suplicó Glenn.

Alto. ¿Dijo Merle?. El hermano de Daryl se llamaba Merle.

— Dime donde está mi hermano.— dijo el tal
Merle y pude confirmar que se trataba del hermano de Daryl.

— No te diré, pero le podemos decir a Daryl que venga aquí a verte.— dijo Glenn.

— Me parece que no entiendes mi querido amigo chino. ¡Quiero que me lleven con el!.— dijo él gritando, Maggie cerró los ojos mientras lloraba.

— No te llevaremos idiota.— dije respondiéndole.

— Entonces daremos una vuelta. Tu manejas Glenn.— dijo señalando nuestro auto.

Los tres y Merle subimos al auto amenazados. Merle iba detrás con Maggie agarrada como rehén para manipularnos. Glenn y yo delante totalmente en silencio.

— Los llevaré a mi pueblo.— dice Merle con una sonrisa maliciosa en su rostro.

Les dejo un nuevo capítulo espero que lo disfruten ❤️

Warriors {daryl dixon}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora