veintinueve

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Alexa

Es una escena horrible, más allá de lo que Merle me había hecho me daba mucha pena por Daryl. Estaba llorando desconsoladamente por su hermano. Y yo aquí a su lado sin saber que hacer, sin saber que decir.

Tomé valor para ponerme a su altura y acercar mi mano a su espalda. Al sentir el contacto se hizo a un lado bruscamente haciéndome asustar por la reacción.

— ¡¿Contenta?! ¡¿Era eso lo que querías?!.— dice gritándome mientras me empuja al suelo.

Caí sentada al piso y sin entender todo esto, fue demasiado rápido.

— ¡Espero que lo estés disfrutando!.— dice parándose y dejándome aquí en el suelo.

Acto seguido me paré furiosa y fui tras el.

— ¿Pero que rayos te pasa?.— grité a sus espaldas.

Paró su paso y se quedó unos segundos de espaldas. Segundos después se da la vuelta hacia mi hecho una bestia.

— ¡Mi hermano está muerto, espero que estés tranquila ahora!.— dice a un metro de mi.

—¿Acaso eres idiota?.— le pregunté frunciendo el seño.— ¿Tu crees que yo puedo estar feliz por eso?.

— Era lo que querías Alexa, verlo muerto. Pues que suerte la tuya.— dice riendo cínicamente.

— Eres un bastardo Daryl. ¿Como crees que puedo estar gozándome verte así? Sabiendo lo que significaba el para ti, más allá de todo lo que me hizo. ¿Me crees esa clase de persona?.— dije furiosa.

El no respondió.

— Púdrete entonces.— dije para luego irme a la camioneta furiosa.

Estaba realmente enojada. ¿Como se atreve a decir que estoy feliz por eso?. Aunque Merle me haya destruido nunca voy a estar feliz porque haya muerto, porque se lo que él significaba para Daryl. Nunca voy a estar feliz a costa de su sufrimiento.

Estaba en el asiento de copiloto mirando hacia la ventana casi echando humo por la cabeza. No quería mirarlo, enserio me ofendió lo que me dijo.

Siento que abren la puerta de piloto, acto seguido que sube y la cierra de un portazo.

Enciende la camioneta y ya estábamos regresando a la cárcel. Ninguno de los dos decía nada, solo se oían nuestras respiraciones en el vehículo.

Al cabo de un rato ya estábamos llegando a la cárcel y no pudimos encontrar a Michone. No sabíamos si la había entregado o no. Porque desde lo sucedido allá no hemos cruzado ni siquiera miradas.

Rick nos abre la puerta y puedo ver en su cara alivio al vernos llegar. No hemos tardado mucho pero el no estaba muy de acuerdo de que ayer a la noche saliéramos en busca de ellos dos.

Al entrar Daryl estacionó la camioneta y se bajó rápidamente dejándome ahí sola. Ni siquiera hablo con Rick, solo desapareció.

Bufé y me bajé de la camioneta para encontrarme con un Rick bastante confundido.

— ¿Que ha pasado?.— dice extrañado.

— Hemos encontrado a Merle. Muerto.— dije mirándolo.

— Ohh.— dice entendiendo.— Michonne ha vuelto al rato que ayer se fueron. Merle se la había llevado pero la terminó liberando y ha venido caminando bastante.— dice Rick.

— Que alivio qué haya regresado.— dije suspirando.— La hemos buscado pero no la encontramos.

— Que pena lo de Merle. Para Daryl, porque acá no era muy querido.— dice Rick.

— Lo sé. Por lo que parece el Gobernador lo mato de un balazo en el estómago y le sacó un dedo.— dije frunciendo el seño.

— Ojalá Daryl se recupere pronto. Lo necesitamos aquí.— dice apoyando su mano en mi hombro y yo asiento.

Luego de esta charla decidí entrar al pabellón porque moría de hambre. Me encontré a todo el grupo hablando y al verme pararon.

— Que alivio verte Alexa.— dice Carol abrazándome.

Le correspondí el abrazo y hablé.

— Estamos bien.— dije separándome de ella.

Maggie y Hershel estaban sentados en la mesa. Beth cargaba a Judith como de costumbre y Michonne estaba sentada en una silla.

—¿Estas bien?.— le pregunté a Michonne.

— Si, solo un raspón.— dijo mostrándome su venda.

— Pensé que... ya sabes.— dije rascándome la nuca.

— Todos pensábamos lo mismo de ustedes. ¿Y Merle?.— preguntó.

Yo no supe que responder así que solo negué con la cabeza mientras miraba el suelo.

Todos entendieron el mensaje y se quedaron en silencio.

— Buen debes comer algo, seguro estás hambrienta.— dice Carol.

— De hecho si lo estoy.— dije mirándola.

(...)

Había tomado un poco de té y un pan que había hecho Carol hoy por la mañana. Carl y Alaska estaban en la celda de él mientras él le explicaba cómo dar la pata.

— Dame la pata.— dice el.

Y veo que ella le da la pata. Él festeja y la abraza mientras ella le lame el rostro.

— Eres un gran segundo dueño.— dije sorprendiéndolos.

El al escuchar mi voz se dio la vuelta y me abrazó.

—¡Alex!.— dice abrazándome.— Pensé que... ya sabes era dueño de Alaska.— dijo riendo.

— Por suerte estoy aquí. Estamos.— corregí.

—¿También Merle?.— pregunta.

— No, desgraciadamente no.— dije mirándolo.

— Pobre Daryl.— dice lamentándose.

Luego de esto Alaska corrió a mis brazos y yo me agaché a abrazarla, me lamía la cara mientras ladraba de felicidad.

— Casi no dormí por la noche, aullaba porque te extrañaba. Hasta que la convencí de que durmiera conmigo.— dice el.

— Genial. Eres un gran segundo dueño.— dije riendo y el levanta las cejas de manera graciosa.

Luego de una charla corta con el niño decidí irme a mi celda a descansar un poco ya que tuve un día un poco agotador si se dice así.
Alaska me siguió hasta mi celda, al pasar por la de Daryl veo de reojo que está acostado en la cama mirando hacia arriba. Al verme pasar veo que si vista se dirige hacia mi. Yo solo me metí en mi celda a descansar un poco.

Cerré la reja y puse una sábana para poder cambiarme tranquila. Me saqué mi ropa y la dejé a un lado para lavarla dentro de unas horas.

Tenía puesto mi pijama improvisado que era un pantalón largo de color azul y una remera manga larga negra.

Cuando me cambie decidí ir en busca de Daryl para hablar con el sobre lo que había sucedido por la mañana.

Me paré en la puerta de su celda y me miró de arriba a abajo.

— Quiero que hablemos.— dije mirándolo.

— Vete no quiero hablar.— dijo indiferente.

— Daryl...— insistí.

El gruñó mientras se paraba rápidamente de la cama, abrí la reja muy fuerte provocando que la puerta de esta se estrelle con mi mano izquierda causando un agudo dolor. Se me escapó un grito de dolor al sentir esto y el me mira extrañado.

Warriors {daryl dixon}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora