SUMMER TIME! [Yuri On Ice]

27. Viernes de fiesta

🌻🌻🌻

Dado a que se despertaron cerca del mediodía, llegaron de regreso al hotel bastante tarde, comiéndose las horas de playa mientras caminaban con las carpas y bolsas de dormir cuesta abajo por la montaña.

Pero ellos tenían otros planes para ese día.

Cuando regresaron al hotel, cerca de las cinco, Mila fue la que tomó el mando de la situación.

- Todos tomen un baño y preparense con sus mejores ropas, porque esta noche, ¡tampoco dormiremos!

Como no querían perder un segundo de la fiesta, hicieron carreras para tomarse una ducha. En más de una ocasión algunos interrumpieron cerrando el grifo del agua para entrar luego.

- ¡Viktor! ¡Toca la puerta antes de entrar! - tembló Yuri cuando su pareja le había cerrado el agua de la ducha, abrazandose a si mismo y esperando que el mayor no espiara por la cortina.

- Oh, lo siento, ¿interrumpi tu lavado de cabello?

Y de pronto, recibió un chorro de agua fría que Viktor había tomado con un vaso.

- ¡Viktor!

Mientras tanto, Mila y Sara discutían por que vestido les quedaba mejor.

- ¿Crees que el rosa va conmigo?

- No, el rojo te queda mejor.

- ¿Y el negro?

- Tampoco estamos en un funeral, Mila.

Chris y Otabek fueron los primeros en llegar al lugar de la fiesta, en un club nocturno cercano al hotel que Mila había reservado sólo para ellos. Chris comenzó a organizar la barra, afirmando que él sería el responsable esa noche. Otabek, por su parte, subió al gran escenario que había en el fondo y comenzó a probar los equipos de sonido para lucirse como DJ.

- ¿Desde cuando trabajas de eso? - le preguntó Chris desde abajo.

- Desde que tengo memoria - respondió Otabek tocando el teclado para probar sonidos.

Chris lo observó detenidamente.

- Oye, Beka...

- No me llames así.

- B-Bueno, tengo una pregunta... - Chris hizo una pequeña pausa - ¿Extrañaras todo esto?

Otabek alzó una ceja confundido.

- Quiero decir, pasar tiempo junto a tus amigos y eso...

El kazajo soltó un suspiro.

- No sabes cuanto - respondió - Puede que parezca muy frío y que no tenga amigos, puede que parezca que no me interesan o que son unos idiotas, pero... pasamos muchas cosas desde que nos conocimos, y eso no va a cambiar.

Chris tenía lágrimas en los ojos. No podía creer que él estuviese diciendo esas cosas. Se mordió el labio inferior y apartó su rostro para que no lo viera. Maldita sea, ¿por qué se había vuelto tan sensible?

- ¿Estas llorando?

- No, sólo... es una alergia...

Ya para las nueve de la noche, todos estaban ya dentro del club. Chris ya tenía a unos hambrientos hermanos italianos que querían devorar la picada y Otabek se encontraba en el centro del escenario musicalizando el encuentro.