28. Tres son multitud

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🌻🌻🌻

Yurio no sabía que decir. En cierto momento había amado a Otabek, pero luego de sus actos eso quedó atrás. Sin embargo...

- Yo te amaba, Beka... pero luego dejé de hacerlo. No dejaré que nadie más vuelva a romperme como tu lo has hecho.

Otabek no pudo evitar pensar que esas palabras se las había dicho el canadiense.

- Pero, ¿crees que puedas darme otra oportunidad?

Yurio sintió como Otabek ocultaba su rostro en su cuello.

- Podría dartela, pero debes prometerme que no volverás a hacer lo mismo. Ya rompiste con promesas antes. Si vuelves a hacerlo, será un adiós para siempre.

Otabek asintió. Ahora no podía fallar. Un movimiento en falso y lo perdería.

- Te lo prometo. No volveré a cometer el mismo error.

Yurio sonrió y acarició su cabello.

Por orden de Otabek ambos terminaron en el baño de hombres. Y fue así como Otabek dejó de contenerse y se permitió por fin probar esos finos labios del ruso en un beso urgente, desesperado.

- Vas a matarme luego... pero debo hacerlo - dijo Otabek jadeando.

Yurio se sentó en el lavabo y enredó sus piernas sobre las de Otabek mientras este lo besaba desesperadamente. El ruso tampoco pudo contenerse demasiado y dejó que las manos de su amigo recorrieran su espalda.

- Si lo arruinas, si haces algo que no debes, entonces serás hombre muerto - le advirtió Yurio.

Otabek asintió y volvió a atacar sus labios. Había ansiado con locura aquel momento, aquel instante en el que pudiera probar esos labios finos y dulces.

- Vaya, vaya. Creí que ustedes serían más amables y ayudarían a ordenar las demas cosas.

Yurio y Otabek se separaron para mirar hacia el marco de la puerta del baño.

- ¿J.J...? - el ruso tembló, sin saber que pensar.

El susodicho cerró la puerta. El ruso estaba sorprendido porque aunque los estuviera viendo en aquella vergonzosa situación, el tipo seguía sonriendo.

- ¿Qué haces aquí? - le preguntó Otabek.

- Un hombre también tiene sus necesidades humanas - comentó J.J - Por cierto, ¿son novios y no me enteré? ¡Felicidades!

Yurio estaba hecho un tomate. Su corazón estaba en el medio de una discusión entre a quien de esos dos hombres mirar.

J.J. sonreía, pero por dentro se sentía apenado.

Otabek mantenía su mirada en alto intentando no arruinarlo todo otra vez.

Yurio finalmente decidió separarse de Otabek y darles la espalda a ambos. Necesitaba pensar sobre lo que estaba ocurriendo. Colocó sus manos sobre el lavabo y ocultó su rostro.

- ¿Yurio? ¿Estas bien? - preguntó Otabek, extrañado.

El mencionado no respondió. Simplemente apretó los puños y los dientes.

- ¿Hice algo mal? - preguntó Otabek, apenado.

- ¿Mi aliento sabe mal? - preguntó J.J., confundido.

SUMMER TIME! [Yuri On Ice]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora