Mi Error [sin editar]

26. El reencuentro 2

Seguí leyendo sus cartas hasta que las acabé. Me sentí un poco triste porque de no haber salido aquella noche no estuviera aquí. Me perdí tantas cosas mientras estuve aquí en una estupida cama por dos años.

-Ya viene en camino-dice mi madre entrando a la habitación-¿te sientes bien? ¿Dolor? ¿Hambre?

-Tengo un poco de mareo, pero no es nada-me entrega una pastilla con un vaso de agua.

-Es para aliviar el dolor, no imagino como se siente-trate de mover mis piernas para acomodarme pero no pude-El doctor dijo que necesitarás terapias para volver a ponerlas en ritmo-asentí y tome la pastilla para tomarla.

-¿Quien más está aquí?-pregunto interesada.

-Bueno, la tía Ellen esta en el supermercado. No le he dicho nada por que quiero que sea sorpresa-sonreí un poco. Saque esa parte de mi madre-Hay una enfermera que viene a darte los cuidados que necesitas, como cambiar esto-me mueve la mano donde tengo un cable-y verificar tu pulso, esas cosas que hacen los enfermeros.

-¿Me ibas a desconectar de la máquina?-en mi voz se escucha un cierto tono triste. Mi madre pensó que no me volvería a ver.

-Cariño, entiende que, después de dos largos años no había señales de movimiento, había mejora en tu sistema pero era lento. No tuve opción así que le pedí al doctor que lo hiciera. No le dije a Adam por que me lo iba a impedir-de eso estaban hablando justo antes de entrar a mi habitación.

-Lott-escucho que dicen desde la puerta. Mi corazón comienza a latir más rápido de lo normal como si quisiera salirse de mi pecho.

-Bueno, me voy para dejar que hablen a solas ¿si?-asentí y mi madre se fue de la habitación sin antes darle unas palmaditas en el hombro a Adam.

Él cambió bastante, siento que lo veo más alto, tiene aroma empresarial, se ve más musculoso ¿habrá estado entrenando? Su cabello es más castaño y su voz creo que también cambió. Sus ojos marrones me miran de pies a cabeza. Se ve tan guapo.

-Ven acá-le muestro el otro lado de la cama y el camina hasta allí y se acomoda.

-Estos dos años no han sido muy normales que digamos-suelto una débil risa-Te extrañé tanto-era predecible, acercó su rostro para besarme y darme un agradable abrazo de oso.

-Todo cambió cierto-el asiente.

-Ya no tengo 23 años-dice señalándose a si mismo.

-Y yo ya no tengo 21. Vi que me hicieron una especie de fiesta rara los días de mis cumpleaños-el sonríe, extrañe esa sonrisa hermosa.

-Tienes que quedarte unos cuantos días más aquí acostada hasta que estés estable-asiento y el pasa sus brazos por mi cintura para pegarse a mi-Sabes que te bañaban una vez a la semana-fruncí el ceño y el suelta una risita. Su risa ahora suena más varonil, que sexy.

-Tendré que aprender a caminar otra vez. Como cuando era bebé.

-Esas piernas no se van a volver a mover por arte de magia. Tienes que poner de tu parte y yo estaré allí para apoyarte-es tan tierno conmigo.

-Como me presiones las piernas te voy a tirar por el balcón-él acomoda en mi regazo con cuidado. Acaricio su sedoso cabello.

-¿Tienes hambre?-asentí-No puedes comer nada duro, solo sopas y gelatina hasta que recuperes tu fuerza.

-Yo quería pollos-digo haciendo un mohín.

-Te traeré tu comida-este proceso va a ser más difícil de lo que esperaba.

[...]

Pasaron un par de días y estaba recobrando mi fuerza. No fue un proceso muy rápido pero ya estoy bien en esa parte. Al igual que ya estaba estable y no corro riesgo de volver a estar en coma o morir. Cuando me dijeron que estaba a punto de morir iba a infartar ahí mismo. Pero lo supere por que le gane la guerra a la muerte. Adam se quedó estos días conmigo para ayudar a la enfermera. El quería estar todo el tiempo conmigo pero debía ir a trabajar.