S I E T E

781 64 6
                                    

Los días iban pasando y la búsqueda de April Foster cada día menguaba más y más. No habían pruebas que pudieran ayudar, por lo tanto, el detective asignado con pesar cerró el caso sabiendo que aquello destrozaría el corazón a más de una persona. Aquello era lo que más le dolía de su trabajo, ver cómo las esperanzas de una familia rota por un acontecimiento tan horripilante se iba esfumando con el paso de los días.

***

Me encontraba en la sala a solas; Edward, Emmett, Jasper, Alice y Rose se habían marchado al instituto, Carlisle trabaja en el hospital y Esme había puesto una pequeña tienda de antigüedades en Port Angeles. Garrett había desaparecido en combate algo que no me extrañaba. Así que me encontraba sola y aburrida en una casa con la cual aún no estaba muy familiarizada. Al encender la televisión la chica guapa de vestidos coloridos que daba las noticias en el New Seattle hablaba pausadamente sobre el caso en que me veía envuelta. Hice el amago de cambiar de canal, pero, aquello era más fuerte que yo. Me acomode en el sofá y escuche la nueva información que tenía que decir. La imagen se dividió en dos: a la izquierda estaba la presentadora del canal de noticias y a la derecha había un chico joven en una de las calles de Seattle con un micrófono de la cadena.

- Esta mañana el detective Johns ha dado una rueda de prensa informándonos de algo bastante triste, destruyendo la esperanza de los vecinos que se habían involucrado de forma altruista para poder encontrar a la más pequeña de la familia Foster. Como muchos sabéis el 18 de abril Katherine, April, Melisa y Tania compañeras y amigas de universidad salieron a una de las discotecas más famosas de Seattle. A las 06:00 AM de la mañana el portero de la discoteca, Scott, las vio salir en perfecto estado de la discoteca. El hombre declaró verlas felices, riendo y bromeando. Las cámaras las vuelven a captar a las 06:30 de la mañana volviendo a sus casas por esta misma calle donde nos encontramos, si seguimos más adelante hasta esta farola es donde la cámara capta por última vez a April Foster; la chica se quitó los zapatos y giro en esta misma esquina, después de esto no se ha vuelto a saber nada más de ella - el chico señaló la farola donde exactamente me había quitado los zapatos de tacón. Las imágenes de aquella noche pasaron de forma rápida. Cerré los ojos para intentar calmar la rabia que poco a poco inundaba mi cuerpo - Por último a las 8:00 de la mañana se hallaron los cadáveres de Katherine - hermana de April - Melisa y Tania en circunstancias que nos recuerdan a los asesinatos de hace más de 40 - 50 años atrás. La única prueba encontrada de April son los zapatos de tacón que se encontraron varios metros más atrás. Por las pocas pruebas encontradas por el cuerpo policial, el detective Johns ha decidido cerrar el caso de April Foster, en cambio el asesinato de Melisa, Tania y Katherine siguen abierto al igual que los asesinatos de hace más de 50 años. ¿Algún día sabremos qué les ocurrió a todas esas personas? Te devuelvo la conexión Nancy.

La noticia de que aquello ya había pasado antes me dejó en estado de shock, no tenía ni idea de que en Seattle ya había pasado algo igual. En la forma en que aquel reportero había explicado sobre los antiguos asesinatos y desapariciones me daba a entender de que habían muerto de la misma forma que ellas. Entonces eso significaba que vampiros ya habían acechado las calles de Seattle años atrás. Acaso, ¿fueron los mismos que atacaron a mi hermana y a mis amigas o no tenían nada que ver con los anteriores? Aquello me estaba haciendo perder la poca cordura que me quedaba. Subí las escaleras con intención de ir a mi habitación para escuchar un poco de música y leer mientras esperaba a que la familia Cullen volvieran y pudiese preguntarles si sabían algo de los asesinatos de Seattle. Al llegar a la puerta de mi habitación observe que la habitación contigua a la mía, la puerta se encontraba abierta. El leve olor a perfume varonil que se desprendía era el mismo que usaba Edward y la curiosidad me estaba matando. Nunca antes había estado en su habitación pero él sí había venido varias veces a la mía. Sabía que estaba mal pero aquello era superior a mí y necesitaba ver lo que Ed tenía allí. Cuando era humana mi habitación era un regadero de mil cosas, jamás he podido tener un estilo minimalista porque tenía muchos objetos que me recordaban a experiencias. Como por ejemplo; siempre que viajaba a algún sitio compraba una postal con una imagen hermosa de aquel país y la pegaba en mi pared, así recordaría para siempre aquella vivencia. También me encantaban mis estanterías repletas de libros y los discos de mis cantantes y bandas favoritas. Si yo en mis veinte años acumule un montón de objetos, imagínate toda una eternidad. Me acerqué lentamente hacia la puerta; si tuviera corazón este estaría latiendo de forma desbocada. Me sentía nerviosa como si estuviera rompiendo alguna ley. Pero simplemente quería echar una ojeada por encima. Nada más que eso. Al entrar, el olor de Edward se hacia mas potente, me gustaba mucho el olor que él desprendía ya que era totalmente diferente a los demás. Rose, Alice y Esme olían a perfume de rosas y cítricos. Jasper y Emmett olían a perfume de hombre, a tierra húmeda y bosque. Carlisle olía a hierba buena, after shave y desinfectante. Garrett tenía ese olor a pino que tanto me gustaba, pero en cambio, Edward olía a perfume, si, pero también a menta y algo que aún me costaba diferenciar pero me hacía sentir sedienta. Era algo extraño y difícil de explicar. Con suavidad acaricié los discos que estaban colocados por género y autor. Yo hacía exactamente lo mismo con los míos cuando era humana. ¿Qué estabas escuchando Ed? Le di al play y la dulce música clásica inundó la habitación. Me gusta. La habitación de Edward, a diferencia de la mía, no poseía una cama solo un diván blanco recostado en uno de los grandes ventanales. Había varias repisas con libros muy antiguos, una radio antigua de madera que llamó muchísimo mi atención. Pero lo que más poseía Edward en aquel sitio eran discos, casetes y vinilos. Se acumulaban por todas partes, inclusive se amontonaban por el suelo. Aún estando en el piso estaban ordenados por categorías y autores. Como yo digo; aunque se vea desordenado, está ordenado, pero a mi manera. Algo que me gustaba es que su habitación, al igual que la mía, poseía unas ventanas que se podían abrir de par en par y que daban directamente al bosque. Aquella casa era de ensueño sin duda.

BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora