T R E S

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Me pasé la mayor parte de la noche observando el espesor de las estrellas desde la cornisa del edificio más alto de Seattle. La misma pregunta se repetía una y otra vez en mi mente; ¿Y ahora qué? No sé realmente qué debo hacer y qué significa ser lo que soy. Ojalá simplemente poder acurrucarme entre mis sabanas, aquello solía solucionar mis malestares cuando era la antigua April. Aquel ardor seguía ahí y cada vez me ponía más nerviosa. Una parte de mi quería aquel líquido rojizo pero entonces los recuerdos se agolpaban en mi mente como una película en blanco y negro, y entonces aquella idea desaparecía.

Una sensación me recorrió el cuerpo, era extraña, difícil de explicar pero mi cuerpo actuaba por sí solo como si supiera lo que ocurría, pero mi mente estaba desconectada. Me incline desde la cornisa y observé mi alrededor, solo veía oscuridad, pero aquel extraño cosquilleo seguía ahí subiendo y bajando por mi espalda y mis brazos. Coloque la mochila en mi espalda y me deslice por el edificio hasta llegar al suelo. Entonces escuché un grito. Corrí por los callejones hasta que encontré a la persona dueña de aquel alarido. Todo lo ocurrido después pasó en cámara rápida. Ni siquiera lo pensé, solo salté encima de aquel hombre y lo lance varios metros lejos de su presa. Observe a aquel ser que se desangraba y una parte de mí se veía deseosa de su sangre que corría por su cuello, pero no, aquello no estaba bien. Aquel monstruo había asesinado a un pobre hombre, como lo habían hecho con mis amigas. Quizás sea la villana de este cuento, pero seré una distinta. Me lance sobre aquel hombre, que era de mí misma raza y golpee su rostro contra la pared varias veces. Este me propinó una patada en el abdomen que me hizo volar varios metros y antes de que pudiera volver a atacar, este se coloco encima de mí sujetando con fuerza mi cuello.

- ¿Qué haces niña? - gruño este - Has hecho que desaproveche mi única comida del día - aquello me enfureció; con todas mis fuerzas; lo lancé hacia un lado para después colocarme a horcajadas sobre él y golpear su rostro una y otra vez. Observe como pequeñas grietas surcaban su rostro pálido. Pero el hombre rápidamente detuvo mis golpes y una vez más me tenía aprisionada. Observe sus ojos igual de rojos que los míos, una piel pálida y unas ojeras muy notorias. Su cabello largo estaba desordenado y tapaba la mitad de su rostro. Tenía barba y realmente se veía hermoso pero no podía olvidar lo que le había hecho a aquel pobre hombre.

- ¿Ahora me dirás niña porque intentas matarme? - preguntó con sorna

- ¡Por qué tú has matado a un inocente! - exclame

- Ese hombre, al que tu llamas inocente, le ha robado a una pobre niña su guitarra después de violarla - escupió soltando con violencia mis brazos. Observe atónita a aquel hombre que poco a poco se fue acercando a aquel muerto para acabar con lo que había empezado - Que asco...esta media coagulada...

- Yo... - estaba en shock y no sabia que decirle a aquel hombre - Siento haberte atacado - dije cuando ya me encontraba de pie. Este me miró y sonrió levemente para después mirarme seriamente.

- ¿Eres una neófita? - preguntó

- ¿Qué es eso?

- Está claro que lo eres - asintió - Un neófito es un vampiro recién "nacido o creado" como quieras llamarlo. Y se nota que tú eres uno de ellos: lo suficientemente fuerte para pelear, pero demasiado nuevo para no saber cómo hacerlo y cómo controlar tu nueva fuerza. ¿Dónde está tu creador?

- Mi creador fue mi asesino - susurré cogiendo mis cosas para irme de aquel sitio, la sangre de aquel asqueroso hombre me estaba molestando y debía salir de allí.

- ¡Ey espera! - chillo aquel hombre - ¿Qué significa eso que has dicho? - preguntó colocándose delante de mí.

- Esos hombres mataron a mi hermana y a mis dos mejores amigas para después llevarme al bosque y convertirme en...en esto - me señale - Te he atacado por...por...

BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora