N U E V E

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Habían pasado varios meses desde mi llegada a Forks. Las noticias poco a poco fueron dejando de lado aquella historia escabrosa que aún estaba fresca en mi mente. Poco a poco el mundo se iba olvidando de lo ocurrido, aunque obviamente yo no podía. Quizás jamás podré olvidar aquello, pero sé, que es algo que me convertirá en un ser más fuerte en un futuro. Por otra parte, Garrett había desaparecido en combate. No cogía las llamadas y tampoco contestaba al correo electrónico que me había facilitado Carlisle. Me sentía tan mal con lo ocurrido que decidí ir a Seattle acompañada de Jasper y Edward pero en la casa no había ni rastro de él. Su olor era débil como si se hubiese marchado hace mucho tiempo. Jasper tenía la idea de que posiblemente se encontrase cerca de Oregon debido hacia la zona que se encontraba su aroma. Edward había intentado animarme pero no podía evitar sentirme como la peor persona del mundo. Se había marchado incluso de su propia casa. Sé perfectamente que le encanta ir de un lado a otro, que esa ha sido su vida hasta ahora, pero él me había explicado que estaba harto y quería establecerse en algún sitio. Y yo la había cagado completamente obligando inclusive a marcharse de su propio hogar. Qué estúpida y egoísta fui.

Después de aquella visita rápida a Seattle; Carlisle había decidido que ya era hora de comenzar a practicar mi don y yo estaba totalmente encantada y preparada para ello. Además así mantendría a Garrett lejos de mis pensamientos. Todos nos habíamos reunido en un claro rodeado de árboles altos y muy espesos. A diferencia de el resto del bosque, el claro se veía seco como si allí jamás cayera ni una sola gota de agua. Las flores estaban marchitas y el césped que debería ser de un verde tan potente que dañara mis ojos se veía marrón. Observe a Edward quien mantenía la vista clavada en aquellas flores tristes, su ceño estaba fruncido y su mandíbula se veía tensa.

¿Todo bien Ed? El nombrado me observó y relajo su ceño para después dedicarme una de sus bonitas sonrisas. Aún así detecté en su mirada que algo no estaba bien y tenía mucho que ver con aquel lugar. Sé que me mientes. No necesito leer la mente como tú, puedo verlo en tu mirada. Su sonrisa se ensanchó, caminó hacia mí y pasó uno de sus brazos por mis hombros. No me gusta que pueda leer mi mente cada vez que él quiera, al fin y al cabo para eso están los pensamientos, para que sean privados. Aún así, me gusta poder comunicarme de esta forma con él. Vivir en una casa llena de vampiros significa tener cero intimidad, y el don de Edward ayuda en estos momentos, cuando quiero que solo lo sepa él.

- Veamos April - comenzó a hablar Carlisle llamando mi atención - Empecemos con algo sencillo. Primero potenciaremos tu don y después lo entrenaremos para el combate.

- Está bien - me separe de Edward y camine hacia el centro del claro bajo la atenta mirada de toda la familia. Sin presiones, April. Pensé de forma sarcástica obteniendo una pequeña risa de Edward. Me arrodille y coloque las palmas de mis manos en el suelo.

- Concéntrate April. Visualiza tu don. ¿De qué color es o cómo es su forma? - susurro Jasper

Inspire aunque no fuera necesario y me dejé llevar por las emociones que recorrían mi cuerpo. Sentí una pequeña electricidad que atravesó todo mi cuerpo, desde los dedos hasta la cabeza, era extraño pero me sentía...poderosa. Al tener mis manos en aquella tierra seca las emociones que me iban rodeando parecían no ser mías, ni siquiera de las personas que me rodeaban. Había amor, cariño, pero luego cambiaba al dolor y miedo. Me separe del suelo y me observe extrañada las palmas de mis manos cubiertas de barro.

- ¿Qué ocurre? - pregunto Carlisle colocándose a mi lado - ¿Te encuentras bien?

- Si, claro - asentí

- ¿Qué te ha pasado? - pregunto Esme preocupada

- Al tocar la tierra he conectado con ella; algo extraño ocurrió aquí. He sentido mucho amor y felicidad pero después todo a mi alrededor se ha vuelto triste y deprimente. El miedo que he sentido ha sido terrible... - el silencio que nos envolvía era extraño y otra vez notaba como los Cullen 's escondían algo. Observe a Edward y este se veía triste al escuchar mis palabras - ¿Isabella? - pregunté al ver como sus orbes dorados se veían apagados y consumidos por la culpabilidad. Suspire y volví a colocarme en la misma posición que antes.

BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora