O N C E

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Edward.

Cerré los ojos y mientras tocaba el piano volví a recrear a April desnuda en el agua, con su cabello húmedo acariciando su blanquecina piel. Reviví la sensación de cómo se sentía su piel bajo mi toque. Inspire volviendo a sentir su olor tan distintivo a los demás. Sonreí sin poder evitarlo. El simple hecho de pensar en ella provocaba mil sensaciones en mí. Perdía la cordura con una simple mirada o con una sonrisa ladeada.

- Edward hijo - abrí mis ojos y me encontré con Carlisle quien acababa de llegar de un largo turno en el hospital - Creo que es hora de que tengamos una charla, ¿no crees?.

- ¿A qué te refieres? - carraspeó incómodo

- A April...a ti...

- Hum... - reí incómodo, pase mis largos dedos por mi cabello y volví a reír - ¿Es que quieres darme la charla? Creo que es demasiado tarde para tenerla...ya tengo bastantes siglos y...

- Oh no, no, no - negó rápidamente Carlisle. Optó por una postura más recta en el sofá dejándome ver lo incómodo que se sentía con aquella insinuación - No es eso - asentí y esperé a que su mente se aclarara. Sus pensamientos fluían demasiado rápido y se me hacía difícil leerle y a el expresarse - Verás - se aclaró la garganta y observó su alrededor en su pensamiento apareció el rostro de April.

- Ella no está aquí - respondí, rápidamente sus hombros se relajaron

- He tenido un par de conversaciones con ella en mi despacho - explicó llamando mi atención - Sé que no es adecuado explicarte conversaciones ajenas, pero creo que también es de tu incumbencia.

- No entiendo - negué

- April ha estado experimentando unos sucesos, por decirlo de alguna manera, que le resultan extraños y tiene que ver contigo. Su forma de expresarse a cómo se siente contigo me recuerda a cuando tu te enamoraste de Isabella, pero esto va mucho más allá, ya que ninguno de los dos es humano.

- Eso es...interesante - dije sonriendo. El simple hecho de saber que ella había estado hablando de sus sentimientos hacia mi con Carlisle me hace sentir feliz y a la vez nervioso.

- He estado investigando lo que podría ser y creo que tengo una respuesta. Pero antes quiero saber como te sientes tú al respecto. ¿Cómo te sientes cuando ella está a tu alrededor? - preguntó cruzando las piernas mientras me observa fijamente

- Pleno. Cuando ella está conmigo siento que nada malo puede pasar - observé mis manos como si fuera la cosa más interesante del mundo - Y cuando no está, como ahora, me siento vacío...incompleto. Como si una parte de mí se fuera con ella.

- ¿Notas algo extraño en su olor? - pregunto Carlisle

- Em, si - fruncí el ceño y observé a Carlisle quien sonreía - Es algo extraño, pero quizás tenga que ver con su sangre humana que aún fluye por ella al ser neófita...

- No lo creo - negó este - Acompáñame.

Subimos las escaleras hasta llegar al despacho de Carlisle que como siempre estaba pulcramente ordenado, con cada libro en su estantería y cada folio en su carpeta. A diferencia de mí que mantenía los libros esparcidos por doquier, algo que a April le fascinaba.

- April ha estado experimentando las mismas sensaciones que tu. Llamó demasiado mi atención y como tu padre decidí investigar - sonrío mientras pasaba las páginas de un libro que descansaba en su escritorio - Tu hipótesis de que ese olor que notas en April es su sangre al aún ser neófita es incorrecta.

- ¿A qué te refieres?

- A que yo ya no puedo oler ningún atisbo de sangre en ella, y sé que tengo suficiente autocontrol para pasarlo por alto, pero Jasper tampoco a podido. Lo que tu hueles en ella es su sangre humana, y al igual que tú ella también puede oler tu sangre.

BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora