D I E Z

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Mi vida había cambiado tanto, incluso mi personalidad ya no era la misma. Quizás esté congelada para siempre, pero ahora puedo ser una mejor versión de mí misma. Sonreí al ver mi reflejo en el espejo. Solté una pequeña carcajada mientras tapaba mi rostro al ver como los mechones rubios estaban desperdigados por el suelo del baño. Me había cortado el pelo por encima de los hombros; no iba a crecer más, eso estaba claro, pero me daba igual. Hacía mucho tiempo que quería librarme de aquella larguísima melena, pero mi madre me lo tenía completamente prohibido ya que amaba mi cabello. Pero ahora eso ya no importa. El siguiente paso era teñirme, otra de las cosas que siempre desee hacer pero jamás me atreví. Mi hermana siempre había llevado el cabello de muchos colores en la adolescencia; azul, rosa pastel, lila, pelirroja...Era la más atrevida de las dos en aquel entonces pero ahora era mi turno de serlo.

Abrí el producto y seguí todos los pasos para después embarrarlo en mi cabello. Aquello podía salir muy mal o muy bien. Mientras dejaba que actuará coloque un vinilo en el reproductor para poder relajarme mientras esperaba a que el potingue hiciera efecto. Edward me había regalado uno de sus tocadiscos. Parecía una pequeña maleta pero al abrirlo se convierte en un reproductor de vinilo. Era antiguo, de cuero oscuro con sus iniciales grabadas en dorado. Era toda una joya. Mientras 9to5 de Dolly Parton - una de mis canciones favoritas- se reproducía y el tinte rosa pastel hacía efecto elegí la ropa que me pondría hoy. Por fin podría salir de las montañas y conocer un poco más del pueblo. Era sábado y los chicos habían decidido que sería buena idea pasear un poco por Port Angeles. Las noticias sobre mi desaparición y la muerte de mis amigas y hermana ya se habían esfumado de las mentes de las personas de a pie. Aunque no de mi familia, y tampoco de la mía, pero yo ya no podía hacer nada y no quería detener mi vida, ya que ahora, disponía de toda una eternidad y se que mi hermana se entristecería si supiera que desperdicie mi vida llorándole. Aún así por las noches se me hace difícil no "llorar" en silencio. Cuando la noche cae me vuelvo un poco más deprimente. Me siento sola, aunque los últimos días Edward ha estado viniendo a mi habitación o yo voy a la suya. Pasamos la noche hablando y recordando viejos tiempos, y aunque me sienta triste, estar con él en esos momentos cuando la oscuridad me arrastra, todo cambia.

La alarma que había puesto en mi móvil para recordarme que ya era tiempo de sacarme el resto del tinte del pelo me sacó de mis pensamientos. En el baño, me despoje de las prendas que cubrían mi cuerpo mientras el agua de la ducha caía. El champú con el tinte hacían una mezcla de color aún más pastel, era bonito y me entretuve un buen rato jugando con la espuma como cuando era una niña pequeña. En cuanto estuve lista me enrollé en una de las blancas toallas que Esme dejaba para mí cada día, y caminé hacia el tocador donde tenía preparado el secador y diferentes peines. Ahora se escuchaba de fondo Jolene también de Dolly Parton.

***

Peine mi cabello y sonreí satisfecha por cómo me había quedado. Había oscurecido un poco la raíz, ya no era tan rubia y después, de medios a punta lo había teñido de un tono rosa pastel que me encantaba. Y quizás mi parte favorita de mi nuevo look eran los dos mechones de delante, completamente rosa de raíz a punta. Hice unas pequeñas ondulaciones para darle un poco de movimiento y maquille mi rostro como siempre hacía: eye-liner, máscara de pestañas, un poco de bronceador y colorete, y un brillo de labios. Aún en toalla caminé hacia la habitación donde había dejado la ropa preparada encima de mi cama. Con suavidad coloque mi ropa interior de encaje que Alice y Rosalie habían elegido para mí en uno de sus tantos viajes a centros comerciales. Hoy había elegido un outfit bastante diferente a como me he vestido los últimos días, y es que como he dicho mi personalidad está cambiando. Coloque con suavidad el jersey negro de cuello alto que se pegaba perfectamente a mi cuerpo, lo combine con una falda roja de cuadros y unas medias negras. En mis pies coloque mis inseparables botas militares que le daban un toque desenfadado al look. Me observé en el espejo de cuerpo completo y sonreí satisfecha por como lucía. Ojalá me vieras hermana - pensé.

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