Puñalada por la espalda

3. Imbécil

Claudia

Llego a mi casa, mi papá estaba ya ahí esperándome en la sala, con una sonrisa en el rostro. Parece alegre.

- Hola papá - digo dándole un beso
- Hola, ya no tienes que preocuparte por la demanda de la empresa - Dice el muy alegre.
- ¿ Cómo ? Pero hace unas horas estábamos batallando con el juez aún - dije sin entender nada
- Luis el hijo de los Avellaneda, arreglo las cosas. Llevo pruebas y hasta a los niños, el juez entendió y llamaron para ofrecernos una disculpa - Dice el con una sonrisa - ¿ Te das cuenta? Hasta disculpas consiguió.

¿ Cómo que arreglo las cosas ? Hace un momento estaba ahí, intentando hacerme la vida imposible en el juzgado y ahora resulta que arreglo todo. La abogada de la empresa soy yo, claro el también es buen abogado y supongo que le debo dar las gracias.

- Que bien, ¿ no crees ? - digo con una sonrisa falsa
- Parece que no te da gusto - Dice mi padre haciendo una mueca
- No, claro que me da gusto. Que bueno, dale las gracias de mi parte - digo y me giró para irme a mi habitación.
- Mejor se las das tu - dice el mientras se pone de pie - la familia Avellaneda viene hoy a cenar con nosotros. Es lo menos que podemos hacer en agradecimiento.

A mi padre no se le quita la sonrisa del rostro y yo no quiero volver a verlo, no después de ese incómodo momento que pase con el.

- ¿ Una cena ? ¿ Es necesario que yo este presente? Es que tenía otro compromiso - lo que quiero es no estar presente en esa dichosa cena, recordaría su estúpida sonrisa.
- Claro que estarás presente y cualquier compromiso que tengas lo cancelas. - mi papá se va dejándome ahí - ¡ ARREGLATE! Tienes que verte espectacular.

Eso fue lo último que mi papá dijo para después subir las escaleras para ir a su habitación.
Yo hago lo mismo y creo que no me queda de otra, más que arreglarme. Aunque no tenga ni ganas de estar presente en esa cena.

Luis

Me estoy divirtiendo mucho sólo con pensar en la cara que pondrá Claudia al enterarse que yo arregle su caso, o quizá ya se enteró.
Pero más risa me da la cara que pondrá cuando sepa que llegaremos a cenar hoy. Estoy seguro que no quiere verme después de lo de hoy.

Hubieran visto su cara, pero estoy seguro que se moría de ganas de besarme. Pensarán que soy un engreído pero no lo soy tanto. Pero esa mujer me provoca sacarla de quicio, me gusta que sea difícil no es como todas las mujeres, ella es distinta y eso me hace querer molestarla. Pero hasta ahí, no me provoca deseo simplemente quiero verla enfurecer.

Busco el traje que llevaré hoy en la cena, me decido por un saco y pantalón negro, acompañado de una camisa blanca y una corbata roja. Y no puede faltar mis zapatos de piel favoritos.
Me meto a la regadera y comienzo a ducharme.
Después de esa refrescante ducha, me visto y veo que quede como quiero.
Bajo a la sala y ahí están ya mis papás esperándome.

- ¡Que guapo! - Mi mamá vestida muy elegante me dice ese cumplido con una sonrisa.
- Es mi hijo mujer, claro que es guapo - mi papá me mira y también me regala una sonrisa
- Vamos, no soy la gran cosa, ustedes si se ven fenomenal - digo mientras bajo y le doy a mis padres un beso.

Todos salimos de casa para ir a la casa de los señores Fuentes Maldonado.
Mis padres se fueron en su coche y yo en el mío.
La familia de Claudia es una de las familias más importantes de la ciudad al igual que la nuestra. Muchas personas quieren comparar nuestra fortuna pero para mis padres eso no es importante, años de amistad con esa familia que ni todo el oro del mundo la destruiría.
Pero Claudia y yo no éramos amigos como mis padres y los suyos. Siempre nos hemos ignorado, Pero ahora quiero molestarla.

Al llegar a la casa de los señores, ellos nos reciben de la mejor manera posible, son muy amables y nos invitan a tomar asiento en la sala. Su mansión es hermosa, y los señores lucen muy elegantes. Ambos, son muy hermosos y creo que es por eso que Claudia salió igual de bella. Pero... ella no esta ahí.

- Disculpen y, ¿Claudia no nos acompañara ? - digo interrumpiendo la platica que tenían
- Claro que si, esta terminando de arreglarse ya saben como son las mujeres - Dice su papá con una enorme sonrisa

Apenas acabó de decir esas palabras y el sonido de unos tacones aparecieron en las escaleras. Todos volteamos y vemos a una Claudia aparecer.

No puedo negar que está hermosa.
Esta vestida con un vestido azul marino que le llega hasta los pies, le acomoda perfectamente en su cuerpo, haciendo lucir sus perfectas curvas que esconde debajo de la ropa, tiene una abertura en la espalda que deja ver su perfecta piel. Su cabello es suelto y sus ojos resaltan de una manera espectacular.

- ¡ Buenas noches! - Dice con una sonrisa en el rostro.
- Buenas noches - responden todos al unísono.
- Te vez hermosa Claudia - dice mi madre viéndola con esos ojos verdes que ella tiene.
- Gracias señora, usted también se ve genial. - Claudia responde de una manera muy amable y regala una sonrisa a todos.
- Mi hija es hermosa - la mamá de Claudia esta orgullosa de tener una hija tan bella como ella y tiene toda la razón de estarlo.
- Claudia, te ves genial - le digo mientras sonrió.
- Gracias - me responde de una manera fría y eso me hace olvidarme que está hermosa y recuerdo mi objetivo que es hacerla enojar
- Justo estaba pensando que nosotros dos haríamos una muy bonita pareja ¿ no creen? - al decir eso noto que el rostro de Claudia se tensa y me mira fijamente.
- Este... - interrumpen
- Claro que si, nada nos haría más feliz que ver a nuestros hijos enamorados - la mamá de Claudia habla con emoción.
- Mamá, entre nosotros no hay nada - Dice la pelinegra con una sonrisa, se ve incómoda.
- Pero puede haber - sonrió picaramente.
- Después de esta declaración de amor ¿ que les parece si pasamos a cenar? - el papá de Claudia habla y todos nos dirigimos al comedor.

Después de un rato la cena comenzaba a aburrirme. Quedó viendo fijamente a Claudia y ella al darse cuenta de eso se ruvoriza y dirige su mirada a otro lado.

- Compermiso, voy al baño - dijo Claudia poniéndose de pie.
- Yo también voy al baño, aprovecho para que Claudia me lo muestre. - también me levanto de la mesa y camino a lado de ella.

No se pudo negar, estábamos todos y no le quedo más remedio.
Ella sólo sonrió y camino sin decir palabra alguna.

- Pasa - dijo
- Primero las damas - digo sonriendole

Ella entra y después de poco sale nuevamente.

- Ya, pasa - Me dice nuevamente y yo sólo sonrió de lado.
- No quiero - dije
- Esta bien, entonces me voy - ella camina pero yo le impidió el paso - ¿ Me dejas pasar por favor? - dice molesta
- ¡ No! - noto como su rostro cambia y comienza a enfadarse - ¿ Quieres estar en esa aburrida cena?
- Lo que sea, menos estar contigo - Dice haciendo una mueca de disgusto
- ¿Yo que te hice para que me trates así? - hago un puchero
- ¿ Te parece poco siempre estar... - Parece estar buscando la palabra  adecuada - acosandome - Dice finalmente y no puedo aguantar la risa
- ¿ Acoso? Yo sólo quiero un besito tuyo - camino hacia a ella y miro sus labios
- No seas estúpido, y ya tengo que regresar. - trata de irse nuevamente y otra vez no la dejó. - ¡ Ya quítate! - me empuja y yo tomo sus manos. - Sueltame

Hago caso omiso a sus palabras y la pego a la pared. Me acerco a ella y noto como su respiración se agita, la miro fijamente a los labios y me pego aun más a ella. Mojo mis labios y me acerco a los suyos.
Estoy a centímetros de sus labios húmedos y de un color rojo.

- Alejate - Me dice molesta
- Pensé que nunca me lo dirías, estaba pensando muy seriamente si te regalo un beso - me empuja y me mira molesta, yo sólo tengo una sonrisa dibujada en mi rostro
- Imbécil - es lo único que dice mientras la observo irse molesta.

Hola, ese Luis si que le gusta molestar a Claudia.
Por un momento pensé que la besaría. Pero no, no sucedió. Me estoy esforzando en escribir algo que sea de su agrado espero no decepcionarlos.
Besos y abrazos ❤