Capítulo: 41

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La alarma sonó haciéndome saber que ya era hora de ir a la universidad

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La alarma sonó haciéndome saber que ya era hora de ir a la universidad. Pero no iré. No pude dormir. Mi cabeza trabaja sin parar, no comprendo cómo todo se puso de cabeza una vez más, bueno, si lo entiendo, es el efecto Nazareno.

Me senté en la cama. No puedo creer que haya sido tan estúpida...

"Solo dime si lo prefieres...si es así desaparezco..."

La discusión con Adhemar no deja de repetirse en mi cabeza. Al igual que las idioteces que le dije...y las que no dije.

─¿Te gusta él verdad?─ no alcance a poner un pie en la vereda frente a casa que ya comenzó con sus celos. Nos habíamos marchado de la fiesta de mi sobrinita, sin siquiera saludar.

─Por favor, no comiences...odio los celos.

─No los tendría si no me dieses motivos...

─ ¿¡Yo!?─ me sentía indignada ante tal frase machista, retrograda y violenta. Quería golpearlo...

¿Acaso vas a negar que te metió la lengua hasta la garganta? Y tú lo dejaste hacerlo claro...─ él nos vio...sus ojos al decir aquello se salían de sus órbitas.

─No...─yo no sabía que decirle ante  eso ¿perdón? No, eso sería darle la razón de culparme. Yo no busqué ese beso, yo no besé al poeta, me aparté. ─ No, no voy a negar que él me besó, pero eso no tuvo importancia...─ mi convicción era nula ante su cara de incredulidad.

─Al menos yo te tengo, eres mía y me elegiste a mí para el título de novio...─ su sarcasmo ya era pesado─ Con eso debo conformarme ¿verdad?

─No puedo creer que digas eso...─me di vuelta para irme de una vez. Ya no lo aguantaba, no iba a dejar que me trate así, ya no podía ver su cara de enojo,

Pero habló.

─¿Me prefieres?─ volteé a verlo y sus grandes ojos me intimidaban, estaba furioso, creo que no conmigo, con Nazareno. ─Deyamira, responde. ─ Tomó mi brazo evitando que huya.

─Eres un idiota. Haces un mundo de una estupidez...él me besó, no fui yo.

─ ¿Yo idiota? ¿¡Y él!? ...Sólo dime si vas a volver con él para no perder mi puto tiempo.─ si, Adhemar estaba furioso con ambos, y haciendo un show en plena calle.

La situación, el estrés de volver a ver al poeta y el comportamiento de el galán me frustraron de tal manera que mi enojo llegó a su límite y tuve que liberarlo, tenía que hacerlo, ya no lo soportaba.

─ Pues si soy una pérdida de tiempo ¡lárgate! ¡vete de una puta vez!─ mi boca soltaba la rabia acumulada, lo empujé contra su moto, estábamos haciendo un show.

DULCE POETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora