Capítulo 44

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El frío aire me estremeció, nos habíamos mojado mucho, la lluvia era un auténtico diluvio

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El frío aire me estremeció, nos habíamos mojado mucho, la lluvia era un auténtico diluvio. Sentí algo tibio pegado en mi mejilla abrí levemente los ojos encontrando el pecho de Nazareno, me llevaba alzada, me quedé dormida evidentemente. Levanté la vista a su rostro concentrado en caminar sin soltarme y oí las voces mi mamá y de Roxana ambas corriendo desde el auto hasta la casa.

─Naza...─ susurre sujetándome a su cuello─ Puedes bajarme...─ sus ojos me miraron y sonrió, se veía precioso con el agua cayendo por su rostro, y su pelo mojado pegado a su rostro.

─No cariño, al menos déjame entrarte a casa así, como marido y mujer...─ guiño su ojo izquierdo y sonreí por su broma. En silencio subió las escaleras conmigo acuestas. Aunque yo proteste pero él se negó a bajarme, incluso me llevó hasta el segundo piso.

─Dormirás en mi cuarto ¿sí?

─No, Naza, no quiero desalojarte...─ me sentía incómoda ante la idea de dormir sola.

─ El cuarto de huéspedes es muy frío, y hay un leve desorden, me sentiría mal si duermes allí...─ estaba sacando ropa seca de su armario y las colocó sobre la cama. ─ Ponte eso, te hará mal seguir con esa ropa húmeda...

─Gracias Naza pero...

─Sin peros, nena. Cámbiate y acuéstate, fue un día...horrible. Debes dormir y mañana iremos a ver a los chicos.

─De acuerdo pero...

─Sin peros.

─Duerme conmigo.

─ ¿Qué?

─No quiero estar sola...perdón, es mala idea ¿no?

─No, no, sólo...pensé que sería extraño dormir juntos. Pero me encantaría...

─Quédate, por favor...

─Bueno...pero iré a cambiarme.

─De acuerdo y...gracias.

─No hay problema cariño...por ti haría cualquier cosa.

─Mi héroe...

─Por ti baby, soy batman.

Ambos reímos, él se fue a no sé dónde a cambiarse y yo hice lo mismo pero en su cuarto. Amaba las paredes repletas de libros, en un bello arcoíris, me puse la ropa seca de Naza, unos pantalones de pijama y una remera, ambos tienen su aroma, tuve que sacarme el brasier pues estaba empapado por suerte mi bombacha no. La lluvia seguía cayendo, incluso diría que con mayor intensidad. Agarré una manta negra y me envolví en ella para luego caminar hasta el gran ventanal y observar fuera. Una enorme tormenta, cada vez que algo malo sucede tiene que variar el clima tanto...casualidades que jamás voy a comprender. Me quedé mirando la lluvia caer pero de un instante a otro apareció en mi mente el cuerpo de Federico desangrándose. Cerré mus ojos con fuerza obligándome a pensar en algo bonito aunque fuese inútil ya que nada bonito me está pasando últimamente.

DULCE POETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora