Ir a la oficina del director por quedarse dormido parecía una tontería para Ezequiel Maverick, pero todo cambió cuando se enteró del "castigo" que le esperaba y quiénes lo iban a acompañar: Greta Baker, Bowie Howard y Elena Dunne Doyle Castro. Algun...
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De forma instantánea, los cuatro estudiantes se levantaron de sus asientos. Ezequiel sintió un escalofrío viajar por su espalda cuando avanzó primero, como si dirigiera una marcha. Greta iba detrás de él con una mirada cautelosa, Elena tenía un entrecejo fruncido y Bowie era el más relajado.
Cuando entraron a la oficina del director, la puerta detrás de ellos sonó como si se hubiera dictado una sentencia.
—No esperaba tantos estudiantes castigados —comentó el director. Su tono era tranquilo, pero transmitía seriedad—. Entonces —se sentó, revisando los formularios y arrojando un vistazo por sobre sus anteojos—. Tenemos a Maverick, Baker, Howard y Dunne Doyle Castro —soltó una carcajada—. Algunos son una sorpresa y otros no. Por distintos motivos y en la misma hora de Química de Clement Johnson.
El profesor involucrado suspiró.
—Señor, yo...
—Llámame Owen, por favor. Sé que quieres parecer formal, pero jugamos bolos los jueves —señaló. Si pretendía suavizar el ambiente, estaba fallando—. No diré nada de esto porque creo que será beneficioso —sacó los lentes de su rostro. Apuntó a Ezequiel y los demás—. Hablo de ustedes.
—¿A qué se refiere, director Thompson? —preguntó Ezequiel.
—Tendrán un castigo —empezó Owen. El descontento en los rostros no se disimuló—. Sin embargo, no será convencional y tengo la corazonada de que le sacarán provecho.
—¿Qué nos hará? —inquirió Greta. Su tono tenía un tinte de auténtica inseguridad—. Lamento haber lanzado eso, pero...
Owen levantó su mano para silenciar a la chica. Revisó el formulario que había rellenado y entre vistazos tecleó en su computadora. Su rostro fue dominado por expresiones de seriedad, sorpresa y confusión en escasos instantes.
Ezequiel sintió a Greta tensarse a su lado.
—Greta —le murmuró. Hizo un intento delicado de acercarse y rozar un brazo en señal de apoyo—. Greta.
—Maverick, ¿qué te sucede? —llamó el profesor Johnson. Ezequiel dio un brinco hacia el costado, alejándose—. No hagas nada extraño.
El director corrió su silla hacia atrás, incorporándose.
—Tu hermano es Michael Maverick, ¿cómo inició su último año?
—Bueno, verá señor... —empezó Ezequiel y el director se volteó para verificar unos archiveros. Dudó sobre continuar y Bowie hizo un ruido con la garganta para indicarle que siguiera—. Empezó bien. Nada que discutir.
—Creo recordar que Bowie Howard debería de estar en su último año, pero tuvo que repetir.
—Ayude a mi padre con su trabajo —se excusó Bowie, contundente—. Es algo que disfruto hacer.
El director sacó un cuaderno de tamaño considerable y negro del archivero. Lo dejó en su escritorio.
—¡Pasiones más allá de la escuela! —señaló con énfasis—. ¿Tienes algo más?
