Capítulo 44: Rumbo a Maryland

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Crawling de Linkin Park sonaba en el silencio de la residencia de Jane Maverick

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Crawling de Linkin Park sonaba en el silencio de la residencia de Jane Maverick. Eran las cinco de la madrugada y Ezequiel se movía ciegamente hacia su celular para apagarlo y soltar un quejido. Se sentó al borde de la cama con una expresión perezosa, tenía el cabello alborotado y baba en la cara. Se dio unas palmaditas en las mejillas para tomar empuje y levantarse. Solo tenía media hora antes de que Michael se acercara.

Su ansiedad y planificación lo habían llevado a tener su ropa arreglada junto con un bolso desde la noche anterior. Tenía que darse una ducha rápida, costumbre de él, y comer un bocadillo rápido, que agradeció hallar en la mesa del comedor, cortesía de su abuela.

Al lado del jugo de naranja guardado en un recipiente y unas galletas protegidas había una nota.

«Pollito, estaré dormida cuando salgas. Pórtate bien y cuídate mucho. No te encariñes con otro abuelo o te echaré de la casa. Cariños, TU abuela».

Ezequiel soltó una carcajada mientras daba un sorbo al jugo y decidió asegurar la nota en su billetera como símbolo de buena suerte. Escasos minutos después, nada más quedaban un par de galletas y algo de jugo en el instante en que un golpe sonó. Hizo una visita rápida a la cocina, donde dejó el plato y el recipiente de jugo antes de ir al acceso principal.

Se encontró con la primera sorpresa del día.

—Mamá, ¿qué haces aquí?

—Lo habitual es decir buen día —señaló Michael, luciendo demasiado cansado.

—Déjalo. Es obvio que Zeke no esperaba verme —Aileen hizo un puchero y luego soltó una ligera carcajada—. Quería observarlos partir hacia Maryland. Estoy emocionada de que viajen después de tanto tiempo.

Zeke le dirigió una leve sonrisa.

—La última vez fueron nuestras vacaciones en Vermont.

—Antes de que el abuelo Félix falleciera —declaró la mujer, agarrando unos mechones del cabello de su hijo menor. Ezequiel la dejó, era algo que no hacía mucho—. Te pareces mucho a él.

—El abuelo era increíble, mamá. Yo apenas un poco.

—Tienes un punto —comentó Michael, no dejando claro de quién hablaba—. Hay suficiente combustible para llegar a Wilmington sin problemas. Después tomaremos el camino por Delaware para ahorrarnos el peaje.

—¿Significa que pasaremos por la bahía de Chesapeake? —preguntó Ezequiel.

—¡El sitio es hermoso! Su padre nos llevó ahí en nuestra primera cita —resopló Aileen con alegría auténtica.

—Que conveniente para ti —farfulló Michael con diversión hacia su hermano. Este desvío su mirada con desagrado—. No te hagas el tonto. Sé que te gusta esa chica.

—Ajá, ¿y qué con eso? —espetó el muchacho cuando volvió su vista hacia la vereda de la casa. Gareth y Greta habían llegado—. Tenemos que irnos —se dirigió a su hermano con determinación. Este asintió con la cabeza—. Mamá, ¿tú entras donde la abuela o...?

Buscándote || Esto es crecer #1 || COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora