Capítulo 13: Cuando extrañas a alguien

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El sonido de la heladería era casi nulo

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El sonido de la heladería era casi nulo. Solo los murmullos de algunos estudiantes se unían a la música ambiental que inútilmente intentaba cubrir la tensión creciente entre Dylan y Greta. Habían abandonado la orilla del río luego de la inoportuna interrupción de Patsy. Y Ezequiel no había llegado a concretar su respuesta porque la chica de cabello trenzado le había dicho que se retirara. Las dudas se cernían sobre el hombre debido a la forma en que había actuado.

Eran pocos momentos donde Dylan podía sentarse en paz con su hija, sin trabajo o presiones sociales. Solía ser un hombre sencillo y sin muchas aspiraciones hasta que decidió estudiar Marketing en Harvard, cosa que lo llevó a conocer a su mujer: Stella Jones.

Stela era clase alta y venía de una línea familiar con personas de importancia en la moda, contrario a él, que era hijo de un par de vendedores de granos de Oregón. Eso no impidió que tuvieran un feliz matrimonio que después dio origen a Greta Baker. La pequeña familia decidió vivir cerca de los padres de Dylan, que fallecieron sin conocer a su nieta. Su hijo se quedó con el negocio de granos mientras Stella ejercía en Portland como diseñadora.

Ella tenía fama que le ofrecía oportunidades en New York, pero Dylan no deseaba dejar su ciudad, sin embargo, aquel incidente con su hija había ocurrido junto con una oferta laboral importante en Little Egg Harbor que aceptó sin vacilar.

Ahora vivían en un sitio nuevo. Stella estaba cerca de su lugar soñado y lidiaban con una adolescente que tenía un castigo particular. Un grupo que Dylan podría describir como extraño, pero que parecía tener un efecto positivo.

—¿Tu helado de vainilla sabe a vainilla? —preguntó él. Greta odiaba comer su sabor favorito de helado atravesado por colorantes artificiales. Era entusiasta de lo artesanal—. ¿Crees que tu madre querrá que le llevemos menta granizada? Sé que es el peor sabor del mundo, pero ella lo adora.

Imagine Dragons comenzó a sonar con un tema que Greta no supo identificar. Solo oír la voz de Dan Reylonds la hizo recordar una heladería de Portland. Pasaba después de clases con su madre a pedir su horrible sabor de helado favorito, pero siempre aceptaba acompañarla para obtener su cono de vainilla. Que ahora había tenido un sabor extraño y solitario, pensando que alguien más podría estar allí si no fuera por sus comentarios.

—A mamá le encantaría —dijo la chica al final. La expresión de su padre cambió rotundamente—. El helado sabe cómo debe saber, delicioso. Gracias, papá.

—Todo sea por mi chica —la elogió Dylan. Greta devolvió el comentario con una sonrisa—. Por cierto, ¿quieres contarme de qué va tu grupo?

—No es nada del otro mundo, aunque tampoco somos simples niñeros —explicó Greta y miró a su padre. Él veía con auténtico interés lo que estaba comentado—. La Red es un grupo que sirve para guiar a los estudiantes. Los estamos ayudando a adaptarse mediante ideas que tuvimos, aunque lo del río fue posible gracias a Zeke. Es mi líder.

Buscándote || Esto es crecer #1 || COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora